..Gema Maldonado.
Tiene un expediente académico brillante y un currículum casi interminable al que no le falta ni publicaciones en revistas científicas, ni una calificación cum laude por su tesis doctoral, además de una trayectoria más buena en sus cinco años como residente de traumatología y cirugía ortopédica en el Hospital La Fe de Valencia, ingredientes que hablan de perseverancia y que le han valido el Premio MIR 2021 que otorga la Fundación Sanitas. El Dr. Joan Ferrás habla con iSanidad de los principales aprendizajes que saca de estos años y da algunas claves para los futuros MIR.
Premio MIR 2021,¿cómo es recoger este reconocimiento después del esfuerzo que supone la carrera de medicina, la preparación MIR y la residencia?
Es un momento de alegría por mí y por todos mis compañeros. Porque esto lo hace un equipo entero de gente, no soy solo yo: son mis adjuntos, mis tutores, etc. Es el fruto de una filosofía de trabajo. Es muy bonito tanto por mí como por ver que la gente que se ha dejado la piel para que yo esté aquí, y que no se ve. Esto es como devolverles un pedacito.
“Estos cinco años del MIR son espectaculares. Tienes tiempo y energía para formarte en lo que te gusta, tiempo para crecer y no ponerte límites”
¿Cómo han sido estos años de formación como médico interno residente?
Estos cinco años de MIR son espectaculares. Si tienes un buen equipo en el que poder apoyarte, unos buenos compañeros de residencia, que son fundamentales, con los que hacer proyectos juntos, puedes hacer muchas cosas. Tienes tiempo, tienes energía, eres joven y generalmente no tienes muchas obligaciones, así que es una época en la que tienes todo el tiempo para formarte en algo que has escogido, que te gusta, tiempo para crecer y no ponerte límites. Probar, preguntar, estudiar, seguir, hacer otra prueba, aportar energía a un equipo y aprender del día a día.
Pero también es duro, porque te equivocas muchas veces. Yo recuerdo mis cinco o seis primeros meses que fueron una metedura de pata detrás de la otra; pides mal las pruebas, no haces bien las cosas y, eso, también hay que asumirlo. Pero poco a poco lo vas haciendo y te vas acostumbrando a una forma de trabajo. Lo superas, lo aprendes y es muy chulo. Lo recuerdo con mucho cariño.
“También es duro, porque te equivocas muchas veces. Yo recuerdo mis cinco o seis primeros meses que fueron una metedura de pata detrás de la otra”
El examen MIR es un día importante en la carrera de un médico. ¿Cómo viviste la preparación?
Cuanto más miro hacia atrás y más la recuerdo, más me parece digna de un atleta griego y más admiro a la gente que se está preparando ahora. Es una labor de disciplina y de perseverancia muy grande. Es día tras día, desde muy temprano hasta muy tarde, estudiando en casa, con la mantita en invierno y con el calor en verano. Pero luego es muy bonito, porque llegas a manejar toda la patología, toda la medicina general. Resumes una carrera que te ha costado seis años sacarte en ocho meses. Y eso es duro y bonito a la vez.
Luego el día del MIR es una locura. Yo entré en el examen y no recuerdo nada del examen hasta que salí. Te acostumbras a hacer preguntas test, una detrás de la otra y a auntomatizarlo. Es cuestión de técnica, perseverancia y de no desfallecer, porque es muy duro. La semana que más has estudiado haces el peor simulacro y piensas: no voy a llegar. Pero no pasa nada, hay que seguir, semana nueva y vida nueva.
“La semana que más has estudiado haces el peor simulacro y piensas: no voy a llegar. Pero no pasa nada, hay que seguir, semana nueva y vida nueva”
¿Cómo has pasado el periodo de la pandemia y qué ha supuesto para tu formación?
Para mí en el aspecto de formación fue muy duro. Me confinaron un jueves y ese sábado me iba a Glasgow (Escocia) y luego a Tejas (EE.UU.) para especializarme en una parte muy concreta que me gustaba mucho. No pudo ser, me pude ir a Singapur previamente, pero perdí una parte importante de mi formación. Por eso ha sido un palo en mi formación. Y más de R4 y R5, que es cuando me ha pillado a mí. Pero es algo que no podía prever nadie y no hay forma de solucionarlo, así que hay que intentar buscar otras maneras de formarse y estar en contacto con profesionales de fuera para intentar ver otras técnicas diferentes e intentar luego aportarlas a mi currículum.
Y en el día a día de tu actividad, ¿cambió mucho?
Cambió mucho, sí. En traumatología prácticamente no tenemos ni idea de infecciones respiratorias y los hospitales se saturaron de pacientes Covid-19. Teníamos que manejar nuestro trabajo de traumatología y cirugía ortopédica dentro de un contexto de Covid-19 hospitalario que supuso la reorganización de quirófanos y la adaptación al número de camas que quedaban. Además, había que echar una mano en lo que podíamos: en la UCI y asistiendo a la gente que estaba más familiarizada con esta patología. Fue un cambio de rol 100%.
“La residencia es muy importante para llenar la mochila de recursos que cuando tengas un problema, te puedan sacar de él”
Este es tu primer año como adjunto, ¿de aquí en adelante que esperas y qué quieres hacer?
Espero aprender mucho de mi especialidad, porque un médico nunca acaba de estudiar. Me queda la parte más operativa y de tomar decisiones. Ahora yo decido lo que hago y de residente siempre tienes algo más de ayuda. Ahora eres tú y haces tu indicación. Eso requiere estudiar mucho, investigar mucho, pedir mucha ayuda y aprender a hacerlo. Yo tengo mucha ilusión por seguir desarrollando cosas, porque cuantas más cosas haces, más dudas te surgen y cada pregunta es una nueva investigación.
Por eso es muy importante la residencia, para llenar la mochila de recursos, intentar aprender cosas que cuando tengas un problema, te puedan sacar de él. Por ejemplo, la impresión 3D te permite generar dispositivos o la realidad virtual con imagen 3D te permite ver un caso de una forma o de otra, y puedes intentar planificar una cosa al máximo nivel. La estadística te permite analizar un artículo y hacer tus propias conclusiones de tus resultados. Son cosas que vas cargando en tu mochila de recursos operativos para tu día a día que, cuando eres adjunto, las agradeces y te ayudan a mejorar.