Los beneficios de los tratamientos biológicos en asma grave

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..Redacción.
El asma grave es una enfermedad que afecta a entre 12 y 40 millones de personas aproximadamente a nivel global. Esta población podría encontrar numerosos beneficios en los tratamientos biológicos ya que pueden reducir de manera sólida y sostenida en el tiempo el uso de corticoides.

Los pacientes con asma suelen presentar comorbilidades. Entre ellas encontramos la enfermedad rinosinusal, el reflujo gastroesofágico y la obesidad. También pueden padecer el síndrome de apnea del sueño, la disfunción de las cuerdas vocales, las alteraciones psicopatológicas y/o la disnea funcional. Esta última pueden contribuir a un control inadecuado del asma. Son los tratamientos biológicos los que tienen un impacto positivo sobre muchas de estas comorbilidades.

Los pacientes de asma grave podrían encontrar numerosos beneficios en los tratamientos biológicos y reducir el uso de corticoides

Desde la Guía Española para el Manejo del Asma se recomienda el uso de dichos tratamientos en aquellos pacientes cuya asma permanezca mal controlada y con exacerbaciones frecuentes. Según el  Dr. Carlos Almonacid, jefe del Servicio de Neumología del Complejo Hospitalario de Toledo los fármacos biológicos “han demostrado beneficios en los pacientes con asma grave que no se controlan con altas dosis de corticoides inhalados asociados a un broncodilatador de acción prolongada o a otra medicación controladora”.

Reducción del uso de corticoides gracias a tratamientos biológicos
La Guía explica los muchos beneficios de los tratamientos biológicos en asma grave en cuanto a la reducción del uso de corticoides. Y subraya: “disminuyen los niveles de inflamación de una forma eficaz, mejorando el control de los síntomas, evitando las exacerbaciones y mejorando la función pulmonar, disminuyendo el uso de corticoides sistémicos, ya sea de forma continua o en ciclos”. Además, aclara: “los efectos adversos se observan con mayor intensidad a mayor dosis acumulada de corticoides sistémicos, de ahí que la administración de varios ciclos de corticoides sistémicos al año pueda implicar una dosis acumulada entre 0,5 y 1 g, que se asocian a un incremento significativo de eventos adversos”.

La Guía Española para el Manejo del Asma explica los muchos beneficios de los tratamientos biológicos en asma grave

El 44,1% de los pacientes utilizan corticoides de manera crónica, cuya dependencia puede ocasionar consecuencias graves a corto y largo plazo. Estos efectos pueden ser graves. Entre ellas se encuentran el aumento de peso, diabetes, osteoporosis, glaucoma, ansiedad y depresión. Asimismo pueden contribuir en inmunosupresión por enfermedades cardiovasculares. Incluso pueden padecer insuficiencia suprarrenal. Esta es una enfermedad en la que las glándulas suprarrenales no producen cantidades adecuadas de hormonas esteroides.

La dependencia excesiva de corticoides puede desembocar en una presión adicional para los sistemas sanitarios. Según un estudio elaborado en Reino Unido los pacientes dependientes de estos corticoides aumentan de media en sus gastos de tratamientos un 43%. Esto comparado con los pacientes que no reciben corticoides orales de mantenimiento. Por eso, el doctor añade que “se debería evitar el uso de corticoides sistémicos en los pacientes con asma grave. Debemos ser conscientes del riesgo asociado a su consumo. Debemos estar alerta de la dosis anual acumulada de corticoides sistémicos en nuestros pacientes y pasar una encuesta para detectar precozmente los eventos adversos asociados a su consumo”.

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