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La combinación del tratamiento farmacológico con el uso de fagos, virus que infectan bacterias, logra acabar con una infección producida por una bacteria que se había vuelto resistente a los antibióticos. Así, esta fórmula experimental ha conseguido salvar la vida de Karen Northshield, una mujer de 30 años que sufrió un politraumatismo durante el atentado suicida en el aeropuerto de Bruselas en 2016.
La fagoterapia logra acabar con una infección producida por una bacteria resistente a los antibióticos
Tras la explosión de la bomba, Northshiel fue ingresada en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Erasmo. Al llegar, sufrió una parada cardíaca causada por un shock hemorrágico debido a las heridas por explosión en el flanco izquierdo del muslo. Después de una agresiva intervención multidisciplinaria, que incluyó reanimación, amputación parcial del hueso ilíaco y fijación externa de un fémur roto, los médicos consiguieron estabilizarla.
A los cuatro días, una bacteria de la especie Klebsiella pneumoniae había infectado su muslo izquierdo. La paciente no respondía al tratamiento con ninguno de los antibióticos existentes. La bacteria que había infectado a esta paciente forma parte de ESKAPE, el grupo con las seis especies de microbios resistentes a antibióticos más peligrosas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estos microorganismos suponen una de las principales amenazas para la salud global. La OMS calcula que estas infecciones mataran a 10 millones de personas en el año 2050. Asimismo, en España se calcula que anualmente suponen más muertes que las provocadas por los accidentes de tráfico.
La Organización Mundial de la Salud calcula que estas infecciones mataran a 10 millones de personas en el año 2050
Así, el equipo médico decidió recurrir a un tratamiento experimental a través virus especializados en matar bacterias para combatir la infección. Lo primero fue buscar los mejores virus contra esta bacteria, algo complicado, pues los fagos son la entidad biológica más numerosa de la Tierra. Para ello, el equipo médico analizó el genoma de la bacteria y se envió al mayor banco de fagos del mundo, situado en Georgia. Allí, se encontró al fago adecuado en una muestra procedente de aguas residuales de 2012 de la región tailandesa de Tbilisi.
“Tres años después del tratamiento combinado fago-antibiótico, la paciente ha recuperado la deambulación y la movilidad, generalmente con la ayuda de muletas, y participa en eventos deportivos como el ciclismo”, ha relatado el equipo médico en ‘Nature Communications’. De esta manera la terapia combinada de fagos y antibióticos logró eliminar la infección por completo, según detalla el equipo médico en Nature. “La terapia de rescate que consiste en un fago preadaptado junto con meropenem y colistina, seguida de ceftazidima/avibactam da como resultado una mejoría clínica, microbiológica y radiológica de las heridas y el estado general del paciente. Proporcionamos pruebas de que la combinación de fago y antibiótico es muy eficaz contra la cepa de K. pneumoniae del paciente in vitro, tanto en suspensiones como en biopelículas”, concluyen los médicos.
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