..Luis de Haro. Director general de iSanidad.
Estamos en un momento crucial para la sociedad. España tiene problemas internacionales con Argelia y Marruecos, con Estados Unidos que no recibe al presidente Pedro Sánchez. España tiene importantes problemas económicos, como todo el mundo sabe, con el precio de la luz disparado, el precio del gas disparado, el precio de la gasolina disparado. Hay graves problemas con la educación, con el paro, con la inmigración, el transporte, los microchips… es evidente que la sanidad no iba a ser diferente.
No es diferente este sector estratégico, en España la sanidad también está “patas arriba”. Atención primaria, listas de espera, urgencias, infecciosas, residentes, enfermeras… hay tantos problemas por afrontar que solo quien no conoce el sistema sanitario se puede atrever a abrir nuevas grietas.
No es diferente este sector estratégico, en España la sanidad también está “patas arriba”
Sanidad privada, pacientes, atención primaria, médicos y enfermeras no paran de proponer mejoras que aporten soluciones al “atasco” sanitario. Sin embargo, la Ley de Equidad aprobada en Consejo de Ministros, ¿ha venido en el mejor momento? “Esta nueva ley tiene como objetivo restringir al máximo la gestión privada para que sea complementaria y de apoyo y no sustitutoria, como ocurre ahora”. Así lo explicaba la ministra Carolina Darias.
Tampoco los directivos sanitarios están a favor de esta polémica ley. La sanidad no es diferente del resto de sectores en este aspecto. Lo bueno es cooperar, unir esfuerzos, aportar medios, recursos en general, conocimiento, oportunidades para una investigación más eficiente. Así lo definía José Soto, presidente de Sedisa. El objetivo es una prestación asistencial de más calidad por estar más sedimentada. Piden los directivos “ir juntos a los difíciles retos de la salud” que tenemos ahora.
Ley de Equidad: “Lo bueno es cooperar, unir esfuerzos, aportar medios, recursos en general, conocimiento, oportunidades para una investigación más eficiente”
Sanidad como teatro político
Estas decisiones, tomadas en mitad de una campaña electoral, no ayudan a vislumbrar un futuro pacto por la sanidad. De hecho, parecen no estar meditadas, ni confrontadas con los agentes del sector. La sanidad no es diferente, está usada, como el resto de sectores, para el beneficio de quien gobierna.
Solo falta que la ministra anuncie una cuarta dosis Covid, como si fuera clínica o científica, a modo de promesa electoral. En lugar de tener todos los datos, explicarlo y convencer a la sociedad, es capaz de hacer un anuncio y luego desdecirse. Actuar sin conocer empieza a ser habitual.