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Las mujeres con enfermedades cardiovasculares (ECV) suelen tener peores resultados y menos probabilidades de asistir a programas de prevención y rehabilitación que los hombres. Por ello, un grupo de expertos reunido por el Consejo Internacional de Prevención y Rehabilitación Cardiovascular (Iccpr) ha elaborado una guía de práctica clínica respaldada por 24 sociedades científicas de todo el mundo para orientar a la comunidad de la rehabilitación cardíaca sobre cómo ofrecer una programación más eficaz centrada en las mujeres.
“Hace tiempo que se sabe que las mujeres tienen muchas menos probabilidades de acceder a la rehabilitación cardiaca (RC) y de completarla. A menudo sus resultados son peores, a pesar de necesitarla más que los hombres. En consecuencia, se han desarrollado modelos de RC centrados en la mujer para involucrarla mejor y optimizar sus resultados. En la actualidad hay suficientes pruebas sobre la RC centrada en la mujer para hacer recomendaciones a la comunidad de la RC”, apunta la Dra. Sherry L. Grace de la Facultad de Salud de la Universidad de York y autora principal.
Esta guía, publicada en el Canadian Journal of Cardiology, ofrece orientación a la comunidad de RC sobre la mejor manera de diseñar programas para mujeres con ECV, incluidos el ictus y la enfermedad arterial periférica (EAP). Además, busca cómo aumentar su compromiso, con el objetivo de optimizar los resultados de las mujeres. Es decir, muerte, hospitalización, función, bienestar psicosocial y calidad de vida. Además, el coste, las implicaciones de los recursos, la viabilidad y las preferencias de las pacientes son consideraciones primordiales en las recomendaciones.
“Se han desarrollado modelos de rehabilitación cardiaca centrados en la mujer para involucrarla mejor y optimizar sus resultados”
Las personas y los programas que consintieron en participar, formaron un panel de redacción y consenso que incluye a expertos con representación geográfica diversa. Éstos son proveedores de atención sanitaria multidisciplinar, un responsable político y socios pacientes. El grupo redactó y revisó las recomendaciones. A continuación, el borrador se sometió a una revisión externa por parte de las sociedades de RC a nivel internacional y se publicó en Internet para que el público hiciera comentarios antes de su finalización. Un tercio de los estudios identificados en la revisión que sirvió de base para la directriz procedía de Canadá, país considerado líder en la RC centrada en la mujer.
Asimismo, la guía presenta 15 recomendaciones relativas a la derivación (automática y de fomento), el entorno y la prestación. Estas recomendaciones y las herramientas asociadas recopiladas pueden apoyar de forma viable algún grado de RC centrado en la mujer como parte de cualquier programa. A su vez, recomienda, entre otras cuestiones que, a la hora de desarrollar un plan de rehabilitación a medida para una mujer, se tenga en cuenta su historial clínico completo y contextual, como los problemas de salud mental y psicosociales, el estado de la menopausia, la fragilidad, los antecedentes de cáncer y las preocupaciones sobre la incontinencia urinaria, el riesgo de caídas/la osteoporosis, así como las enfermedades autoinmunes.
Recomiendan que al desarrollar un plan de rehabilitación a medida para una mujer, se tenga en cuenta su historial clínico completo y contextual
Además, según la guía, todos los programas deben ofrecer una programación centrada en la mujer. Es decir, que incluya tantos elementos definitorios de la RC como sea posible. Asimismo, indica que las mujeres deberían poder elegir entre participar en un centro (clínico o comunitario) o en el hogar. Un entorno favorable y sus necesidades/preferencias deberían tenerse en cuenta a la hora de formular sus programas.
Finalmente, aboga por que los programas incluyan un fuerte componente psicosocial, la elección de las modalidades de ejercicio, así como una educación específica sobre las mujeres y la ECV. Las necesidades psicosociales de las mujeres deben ser evaluadas y abordadas de una manera basada en la evidencia. “Por primera vez, existe una definición y unas recomendaciones consensuadas para la RC centrada en la mujer, por lo que ahora se espera que muchos programas incorporen estos elementos. Si se ponen en práctica, más mujeres podrán participar en la RC, y como resultado, tendrán una calidad y cantidad de vida significativamente mayor”, asevera la Dra. Grace.
La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte entre las mujeres en todo el mundo, según el Iccpr
Según el Iccpr, la ECV es la principal causa de muerte entre las mujeres en todo el mundo, con una prevalencia de más de 6.400 casos por cada 100.000. Si bien la carga de ECV a nivel mundial ha disminuido desde 1990, ha aumentado en muchos países de África, Asia y el Pacífico Occidental. Además, el descenso de la prevalencia a nivel mundial se ha estancado desde 2010. En comparación con los hombres, menos mujeres con ECV reciben pruebas de diagnóstico, medicamentos de prevención secundaria y procedimientos de revascularización.
En este sentido, “la guía proporciona recomendaciones que ayudarán a los clínicos y a los diseñadores de servicios sanitarios a desarrollar y ofrecer programas que aborden esta desigualdad para las mujeres, independientemente de los contextos de recursos”, concluye Robyn Gallagher, presidenta del Iccpr.
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