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¿Es el SARS-CoV-2 un virus oncogénico?, esta es la pregunta que los profesores de la USC, Antonio Salas y Federico Martinón, junto con Alberto Gómez Carballa del Instituto de Investigaciones Sanitarias (IDIS), intentan responder respuesta en Journal of Infection, revista de la Asociación Británica de Infecciones. En colaboración con el Imperial College London, el equipo detectó evidencia molecular del posible vínculo genético entre la infección por Covid-19 y el cáncer. Esto respalda la hipótesis que vincula el SARS-CoV-2 y el cáncer de endometrio grave sugerida por investigadores chinos en la misma revista.
El equipo de investigadores detectó evidencia molecular del posible vínculo genético entre la infección por Covid-19 y el cáncer
Los investigadores indican que “esto no demuestra una relación causal entre el SARS-CoV-2 y el cáncer. Sin embargo, en el caso de que estudios con una muestra más grande y un seguimiento extenso puedan confirmarlo, el impacto en la salud pública mundial sería enorme”.
El proceso concreto consistiría, según las evidencias del estudio, en que los antígenos del SARS-CoV-2 secuestran la proteína supresora de tumores p53 provocando su degeneración por daño oxidativo. El SARS-CoV-2 aprovecharía las vías controladas por p53 durante la fase de infección, evitando las respuestas inmunitarias. Esto podría implicar que la inhibición a largo plazo de p53 por parte del SARS-CoV-2 podría ser un factor de riesgo de carcinogénesis. De hecho, se obtuvo evidencia de que los pacientes en la fase aguda y aquellos con infección de larga duración muestran una baja de p53.
Para llegar a estas conclusiones se realizaron tres estudios con pacientes sanos e infectados por SARS-CoV-2 estratificados según su gravedad, desde críticos, graves, leves y sanos; y en diferentes momentos después de la infección, a las doce, dieciséis y 24 semanas después de una prueba negativa o alta médica. El estudio ha sido financiado por la Agencia Gallega de Innovación, la Agencia del Conocimiento Sanitario. Asimismo, ha sido financiado por el Instituto de Salud Carlos III y los fondos europeos del programa H2020.
La inhibición a largo plazo de p53 por parte del SARS-CoV-2 podría ser un factor de riesgo de carcinogénesis
“Nuestra evidencia se origina en el campo de la expresión génica, que llamamos transcriptómica. El hecho de que encontremos evidencia convergente en tres estudios independientes sienta una base lo suficientemente sólida como para iniciar estudios en el campo clínico y epidemiológico que nos permitan arrojar luz sobre este posible vínculo”, explican los investigadores. “Debido al contexto de pandemia que hemos atravesado y seguimos atravesando, y por las consecuencias que podría tener en los sistemas de salud a mediano y largo plazo, sería importante realizar estudios que acoten el alcance específico de nuestros resultados”, apuntan. “El estudio infiere que el SARS-CoV-2 podría convertirse en un factor de riesgo al igual que muchos otros factores en varios tipos de cáncer; desde mutaciones genéticas que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer, hasta factores ambientales”, concluyen. El equipo coincide en la necesidad de hacer más estudios y en el deseo de equivocarse.