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Un estudio reciente realizado por la Sociedad Española Interdisciplinaria del SIDA (Seisida) ha observado que no se están identificando adecuadamente las preocupaciones y síntomas de los pacientes. De hecho, lo que percibe el paciente sobre su enfermedad y lo que evidencia el médico, en muchos casos, no es lo mismo. Los médicos, en algunas ocasiones, pueden llegar a infravalorar algunos síntomas molestos, como ansiedad, tristeza y fatiga. En este sentido, los expertos destacan que es fundamental mejorar la comunicación entre ellos.
Es fundamental fomentar e implementar herramientas que favorezcan la comunicación entre los pacientes con VIH y su equipo médico
Por ello, fomentar e implementar herramientas que favorezcan la comunicación entre la PVIH y su equipo médico es clave para profundizar en las preocupaciones que afectan a su salud y calidad de vida. Estas han sido algunas de las principales conclusiones del Simposium “La Comunicación Médico-Paciente en VIH: ¿Puede mejorar la calidad de vida?” que se ha celebrado en Bilbao en el marco del Congreso de Seisida. El simposium ha contado con la colaboración de Gilead Sciences.
Ante la falta de indicadores concretos, es más necesario aprovechar las herramientas disponibles que favorezcan una comunicación fluida entre el paciente y su equipo médico. El principal objetivo es comprender los síntomas y percepciones que impactan en la persona con VIH para que el equipo médico pueda mejorar su abordaje terapéutico. Algunos de los problemas que presentan las PVIH podrían estar infradiagnosticados y son complicaciones que disminuyen su satisfacción e inciden y merman su calidad de vida. Por eso, los pacientes reclaman en muchos casos esa mejora en la atención, ya que para ellos es clave poder preparar la consulta con su médico y que se puedan detectar esos síntomas.
Las personas con VIH requieren atención en aspectos como la salud mental, el envejecimiento precoz o la prevención y aparición de comorbilidades
Este desequilibrio en la comunicación es especialmente relevante en los síntomas asociados a la salud mental. Estos síntomas presentan una importante prevalencia en las personas que viven con VIH. De hecho, se estima que aproximadamente la mitad de los pacientes con esta infección presentan algún tipo de trastornos neuropsiquiátricos. Entre los más habituales se encuentra el insomnio, la depresión, la ansiedad o el sentimiento de estigmatización asociado a la infección, influyendo negativamente en su calidad de vida.
Se estima que aproximadamente la mitad de los pacientes con VIH presentan algún tipo de trastorno neuropsiquiátrico
Según el Dr. Esteban Martínez, del Hospital Clínic de Barcelona, “es fundamental atender al paciente desde un punto de vista multidisciplinar, logrando la integración de distintas especialidades en un mismo equipo médico que trate holísticamente a la persona con VIH. Así, los profesionales especializados pueden detectar ciertos efectos que la persona con VIH presenta y tratarlos. Ejemplo de ello es que cerca del 40% de las personas con VIH padecen un trastorno relacionado con la salud mental y no son del todo conscientes. Además, hasta un 28% de los pacientes estaban tomando psicofármacos por decisión propia”. Así, lograr una atención médica efectiva permite mejorar la comunicación y la intervención, aportando beneficios que el paciente percibe rápidamente.
En este abordaje, los tratamientos también desempeñan un papel fundamental. Por ello, los esfuerzos se encaminan hacia tratamientos que vayan más allá de la supresión viral y se adapten a la realidad de cada persona. Las altas tasas de eficacia gracias al avance en la innovación del tratamiento antirretroviral (TAR) permiten centrar esfuerzos en intervenciones que mejoren la adherencia al tratamiento antirretroviral gracias a un manejo multidisciplinar que no se olvide del envejecimiento precoz y de la aparición de comorbilidades.