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El SARS-CoV-2 sigue circulando entre nosotros. Un nuevo estudio publicado en la revista Nature afirma que siguen siendo necesarios esfuerzos y recursos específicos para salvar vidas. Este es uno de los seis temas principales de actuación identificados por un amplio grupo de personas expertas de diferentes disciplinas y más de 100 países para recomendar acciones que acaben con el Covid-19 como amenaza para la salud pública. Más de 180 organizaciones de 72 países ya han respaldado las conclusiones del estudio, liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “La Caixa”.
El estudio ofrece recomendaciones para acabar con la amenaza para la salud pública sin agravar el coste socioeconómico ni poner en riesgo a los vulnerables
Hasta octubre de 2022, se han registrado más de 630 millones de casos de Covid-19 y más de 6,5 millones de muertes. No obstante, el número real de fallecidos se ha estimado en más de 20 millones. Además, millones de pacientes con cáncer y enfermedades crónicas han sufrido peligrosos retrasos en la atención médica. Igualmente, el Covid prolongado sigue sin tratamiento definitivo. Por otra parte, el virus también sigue acumulando mutaciones que pueden mejorar su capacidad para evadir la inmunidad previa. Diversos líderes de la salud pública, incluidos los autores de este estudio, consideran que el Covid-19 continúa siendo una peligrosa amenaza de salud global.
A pesar de notables avances científicos y médicos, la respuesta global al Covid-19 se ha visto obstaculizada por factores políticos, sociales y de comportamiento más extensos. Por ejemplo, la información falsa, las dudas sobre las vacunas, la falta de coordinación global y la desigual distribución de equipos, vacunas y tratamientos. “Cada país ha respondido de forma diferente, y a menudo inadecuada. Esto se debe en parte a una considerable falta de coordinación y de objetivos claros”. Así lo afirma el coordinador del estudio, el Prof. Jeffrey V Lazarus, jefe del grupo de investigación en Sistemas de Salud y codirector del Programa de Infecciones Virales y Bacterianas de ISGlobal.
La respuesta global al Covid-19 se ha visto obstaculizada por factores políticos, sociales y de comportamiento más extensos
Para llegar a un consenso global sobre cómo abordar estas cuestiones en el futuro, Lazarus y sus colegas llevaron a cabo un estudio Delphi. Se trata de una metodología de investigación bien establecida que incita a los expertos a obtener un consenso sobre respuestas a preguntas de investigación complejas. Un panel multidisciplinar de 386 personas expertas de los ámbitos académico, sanitario, de ONG, gubernamental y de otros ámbitos, procedentes de 112 países y territorios, participó en tres rondas de consultas estructuradas. El resultado es un conjunto de 41 declaraciones y 57 recomendaciones en seis áreas principales: comunicación, sistemas de salud, vacunación, prevención, tratamiento y atención, y desigualdades.
Tres de las recomendaciones con mayor prioridad fueron: adoptar un enfoque de “toda la sociedad” que implique a múltiples disciplinas, sectores y actores para evitar la fragmentación de los esfuerzos; acciones de “todo el gobierno” (por ejemplo, coordinación entre ministerios) para identificar, revisar y abordar la resiliencia de los sistemas de salud y hacerlos más sensibles a las necesidades de las personas; y mantener una estrategia “vacunas plus”, que combine la vacunación contra el Covid-19, otras medidas de prevención estructurales y de comportamiento, tratamientos, y medidas de apoyo económico. Los panelistas también dieron prioridad a recomendaciones para desarrollar tecnologías (vacunas, terapias y servicios) que puedan llegar a las poblaciones diana.
Un panel multidisciplinar de 386 personas expertas de diferentes ámbitos procedentes de 112 países y territorios participó en tres rondas de consultas estructuradas. El resultado es un conjunto de 41 declaraciones y 57 recomendaciones en seis áreas principales
Otras recomendaciones que alcanzaron un acuerdo del 99% o más fueron: comunicar de manera eficaz con el público, recuperar la confianza pública y fomentar la participación de las comunidades en la gestión de la respuesta a la pandemia. Solo seis recomendaciones tuvieron más de un 5% de desacuerdo. Entre ellas, la que propone incentivos económicos para hacer frente a la indecisión sobre las vacunas o un enfoque basado en síntomas para diagnosticar el Covid-19 en entornos con poco acceso a las pruebas.
Las 57 recomendaciones están dirigidas a los gobiernos, los sistemas de salud, la industria y otros actores clave. “En la medida de lo posible, nuestros resultados hacen hincapié en recomendaciones de políticas sanitarias y sociales que pueden implementarse en meses, no en años, para ayudar a poner fin a esta amenaza para la salud pública”, señala Quique Bassat, profesor Icrea en ISGlobal, coautor del estudio y miembro de la Universidad de Barcelona.
Las 57 recomendaciones están dirigidas a los gobiernos, los sistemas de salud, la industria y otros actores clave
“Nuestro estudio se hace eco de algunas recomendaciones anteriores, como las del Grupo Independiente de Preparación y Respuesta ante una Pandemia y el Plan 2022 de la OMS sobre Preparación Estratégica”, añade el Prof. Lazarus. “Pero lo que hace que este trabajo sea único es el gran número de expertos consultados, la amplia representación geográfica y el diseño del estudio, que hace hincapié en crear consenso y en identificar las áreas de desacuerdo. Puede resultar un modelo para definir respuestas a futuras emergencias sanitarias internacionales», concluye.
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