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La mala adherencia a los tratamientos es un reto para los sistemas sanitarios. Los farmacéuticos han dado un paso al frente para resolver este problema que afecta a un importante número de pacientes crónicos. Con este fin, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos ha puesto en marcha la iniciativa HazAdherencia. En esta entrevista con iSanidad, Mercedes Maderuelo, gerente de la Federación Española de Diabetes, pone en valor este programa y la figura del farmacéutico para informar y formar a los pacientes con diabetes.
¿Cómo valora el paciente el papel del farmacéutico en el control de la diabetes?
Nosotros valoramos al farmacéutico como un profesional más dentro del Sistema Nacional de Salud y creemos que puede hacer una gran labor informativa y formativa. En concreto, en el tema de la adherencia los farmacéuticos resultan claves. A veces los pacientes tienen bastantes dudas y acuden al farmacéutico a preguntar. Estos programas como HazAdherencia son importantes.
“El farmacéutico puede hacer una primera recomendación y trasladar al paciente a la consulta médica”, explica Mercedes Maderuelo
¿Cuáles son las dudas más comunes con las que acude el farmacéutico?
Suele ser gente mayor. Pueden preguntar por el funcionamiento del glucómetro; si tiene un sensor, cómo poner las alarmas; también hay dudas sobre los niveles de glucosa en sangre… En estos casos el farmacéutico puede hacer una primera recomendación y trasladar al paciente a la consulta médica. La diabetes no es matemáticas y hay muchos requerimientos por parte de los pacientes sobre alimentación, la lectura del etiquetado, el conteo de los carbohidratos… El farmacéutico es una figura más cercana, accesible y más disponible porque el profesional sanitario del centro de salud ya sabemos el tiempo que tiene. Están saturados y el farmacéutico puede dedicarle más tiempo de calidad. Esto, al final, redunda en la adherencia al tratamiento.
¿Qué aporta el farmacéutico?
Nosotros necesitamos esa atención más personalizada y más de tú a tú, porque también el lenguaje hace. Los tecnicismos son una barrera.
¿Existe un problema grave en la adherencia a los tratamientos contra la diabetes?
Hay un problema muy grave. Solo el 54% de las personas con diabetes es adherente al tratamiento farmacológico, según un estudio de Farmaindustria, pero hay más variables como la alimentación y la actividad fásica. No es muy buena señal porque estamos hablando que casi un 50% que no es adherente. Esta falta de seguimiento genera muertes prematuras.
“El farmacéutico puede dedicarle más tiempo de calidad al paciente y esto al final redunda en la adherencia al tratamiento”
¿A cuánto ascienden estas muertes prematuras?
En España, podemos estar hablando de cerca de 20.000. Concretamente estimamos 18.401 muertes prematuras y evitables. Al final, es algo muy negativo tanto a nivel de calidad de vida de los pacientes porque cuando se producen estas defunciones la calidad de vida ya está muy mermada. Según un estudio de FEFE, tiene un impacto económico que en España sería de 11.250 millones de euros. Si queremos que el sistema sanitario sea sostenible, debemos dirigirnos a aquellas áreas en las que podamos reducir el gasto. Mediante la prevención, la formación y la adherencia se pueden evitar muertes. Aquí es importante también la labor del farmacéutico.
“El farmacéutico es una figura más cercana, accesible y más disponible porque el profesional sanitario del centro de salud ya sabemos el tiempo que tiene”
¿Cuáles son las barreras que impiden al paciente tener una buena adherencia?
No hay educación diabetológica. En ocho minutos de consulta, un profesional de atención primaria no puede forma adecuadamente al paciente. Tiene que ser una educación personalizada, de calidad, con el tiempo que necesite, continuada en el tiempo… La diabetes va evolucionando. Hay nuevas tecnologías, innovación, nuevos tratamientos, necesitan nueva formación y reactualizaciones.
La principal causa de la mala adherencia es la falta de educación diabetológica. Solamente en un 45% de las personas con diabetes, sus familiares han declarado haber recibido en alguna ocasión una charla formativa. Eso no quiere decir que haya sido de calidad o individualizada. La educación diabetológica debe darla un profesional sanitario adecuadamente formado para formar adecuadamente al paciente.
