Redacción
La cirugía robótica necesita cirujanos bien formados y motivados para utilizarla. Conscientes de ello, la Fundación Jiménez Díaz ha llevado a cabo recientemente un taller de robótica dirigido a sus residentes de cirugía general. El objetivo ha sido formarles y actualizarles en robótica para que conozcan las posibilidades y avances registrados en este ámbito.
El especialista del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del hospital, el Dr. Miguel León Arellano, ha explicado que “aunque parezca sorprendente, se ha dado el caso de proyectos de implantación de cirugía robótica que han fracasado, dejando equipamientos adquiridos sin usarse, por no haber realizado la necesaria formación previa en los profesionales”. El futuro es robótico asegura el Dr. León, “a la hora de elegir hospital para su formación, los residentes priorizan aquellos cuyos quirófanos cuentan con esta tecnología”. A su vez, el Dr. Héctor Guadalajara, jefe asociado del mismo servicio, considera que son necesarios programas formativos reglados que faciliten acceso universal a este tipo de formación quirúrgica.
Se han dado el caso de proyectos de cirugía robótica fracasados por no haber realizado la necesaria formación previa en los profesionales
Taller teórico práctico
La Fundación Jiménez Díaz ha realizado esta formación de forma semipresencial con una duración de cuatro meses. Dos partes teóricas y otras dos prácticas realizadas en el quirófano, con el simulador incorporado en el robot Da Vinci. Además de todo ello, los residentes y fellows han tenido que cumplir con una serie de requisitos para poder finalizar la formación. Por un lado, “observar cirugías a través de la plataforma online, y también de forma presencial”. Por otro, “completar con una determinada puntuación la simulación robótica y aprobar un examen de conocimientos” aclara el cirujano.
Los principales beneficios son mínima invasión quirúrgica y menor agresión frente a la cirugía laparoscópica, y una visión en 3D, como operar dentro del paciente. Además, hay que sumar los beneficios de disponer de “instrumentos articulados, la ergonomía para el cirujano y la eliminación de oscilaciones”, indica el cirujano. La finalidad son movimientos más precisos y finos. Todo junto “conlleva mejores resultados de dolor postoperatorio y funcionales”.