Dr. Juan Antonio Vargas, jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda. Catedrático de Medicina de la UAM
Los internistas nos formamos bajo el principio de que ninguna enfermedad o problema clínico del adulto es ajeno a nuestra incumbencia y responsabilidad. Esta actitud ha determinado que los internistas participen activamente en la mayoría de los retos asistenciales a los que ha tenido que hacer frente nuestro sistema sanitario, como el síndrome tóxico, la infección por VIH o la pandemia por Covid.
La especialidad de Medicina Interna ha aprendido a trabajar en equipo para ofertar una atención integral
La especialidad de Medicina Interna hoy día no puede abarcar con profundidad todos los conocimientos y técnicas que están a disposición de la medicina, por lo que ha aprendido a trabajar en equipo para ofertar a sus pacientes la mejor atención integral posible, ofreciendo una visión global del enfermo.
La atención sanitaria del siglo XXI se mueve en escenarios cambiantes y complejos, determinados, en gran medida, por la demanda creciente de más y mejores servicios. La medicina moderna ha experimentado cambios en la relación médico-paciente, el desarrollo e incorporación de nuevas tecnologías, en los nuevos criterios de atención hospitalaria, y en la creación de dispositivos de atención ambulatoria (hospitales de día, consultas de diagnóstico rápido) o en el propio domicilio del paciente.
Es necesario abordar una actualización del programa docente que se adecue al nuevo entorno
En este contexto, el papel de la especialidad de Medicina Interna, como garante de la atención integral en el entorno hospitalario, es decisivo para favorecer una atención sanitaria centrada en las necesidades globales de la persona, evitando el riesgo de atomizar la medicina y hacer de la tecnología el eje exclusivo de la atención hospitalaria. Para garantizar que la especialidad de Medicina Interna pueda seguir cumpliendo la misión que la sociedad actual le reclama, es necesario abordar una actualización del programa docente que se adecue a este nuevo entorno.
El nuevo programa formativo que se encuentra en desarrollo ofrece las líneas generales por las que debe transcurrir la formación de los futuros especialistas en Medicina Interna incorporando, como aspecto novedoso, la descripción de las competencias que deben adquirir y su evaluación con el fin de garantizar que se han adquirido de manera adecuada. Cada unidad docente deberá adaptar a su propia realidad la puesta en práctica de estas directrices, adaptándolas a las características de cada institución acreditada con el fin exclusivo de alcanzar los objetivos formativos planteados.
Este nuevo programa formativo es una oportunidad única para revitalizar la especialidad
Algunos de los principios en los que se basa este futuro programa son: la enseñanza debe basarse en quien aprende; el principio de adquisición progresiva de conocimientos, habilidades y responsabilidades; la adquisición de actitudes positivas respecto a su formación continuada, la investigación, el mantenimiento de comportamientos éticos y la relación adecuada con el enfermo y su entorno.
Durante todo el período de formación en la especialidad, el internista en formación deberá aprender actitudes y valores específicamente aplicados a su ejercicio profesional, como son: facilitar mensajes preventivos de salud a los pacientes a su cargo, mostrar actitud de empatía, saber integrarse en el trabajo en equipo, saber reconocer las propias limitaciones y desarrollar técnicas de autoaprendizaje. Sin duda, este nuevo programa formativo es una oportunidad única para revitalizar la especialidad y dar a conocer a la sociedad el enorme potencial de la Medicina Interna y su visión integral e integradora.
