Gregorio Marañón y su viaje a Las Hurdes: el hambre aguda como problema de sanidad pública. Dr. Juan Antonio Vargas

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..Dr. Juan Antonio Vargas, jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda. Catedrático de Medicina de la UAM.
Don Gregorio es, sin duda, una de las personalidades más influyentes y brillantes del S.XX en España. Coinciden en Marañón los rasgos que mejor identifican el espíritu de la Generación del 14: preocupación por la ciencia, sentido humanista de la cultura y dedicación a la vida pública como servicio a la nación española desde ideales liberales. A la edad de 33 años, fue elegido miembro de la Real Academia Nacional de Medicina, lo que supuso un gran reconocimiento profesional. Este nombramiento se vio reforzado poco después por el viaje a Las Hurdes, del que ahora se cumplen 100 años. Un viaje que lo organizó con el objetivo de llamar la atención de la opinión pública española sobre el atraso en que vivía aquella región.

El viaje a Las Hurdes pretendía llamar la atención de la opinión pública española sobre el atraso en que vivía aquella región

Como señala Fernando Bandrés, catedrático y director del Centro de Estudios Gregorio Marañón de la Fundación Ortega-Marañón, el 12 de marzo de 1922, Gregorio Marañón inicia su viaje a Las Hurdes. Para ello, se acompañó de los doctores Goyanes y Bardají, encargados por el gobierno a fin de elaborar un informe sobre la situación sanitaria y social de la comarca. Esto fue determinante para que el rey Alfonso XIII realizara el mismo viaje unas semanas después junto a Marañón y otras personalidades,.

Así, el 20 de junio de 1922, el rey Alfonso XIII, el doctor Marañón y el resto de su comitiva partieron de Madrid rumbo a Las Hurdes. La mayor parte del trayecto ya en Las Hurdes fue a caballo, debido a lo abrupto de los senderos. 8.000 habitantes en una región de pedregales con un 90% de analfabetismo, una mortalidad del 90/1000 habitantes (hoy es del 8.83/1000 hab.), y con múltiples enfermedades (bocio, idiocia, cretinismo, sordomudez, anemia, paludismo y tuberculosis). Pero la peor de las enfermedades que describieron Marañón y Goyanes en su informe fue “el hambre aguda”.

La peor de las enfermedades que describieron Marañón y Goyanes en su informe fue “el hambre aguda”

De esta forma, refieren en su informe: “Al pasar por los pueblos nos salían al paso masas enteras de jurdanos de todas las edades y se nos quejaban de una dolencia, siempre igual, que para abreviar calificamos pronto con el nombre de mal de Las Hurdes. El enfermo afecto de este mal siente, a media mañana, cuando lleva algún tiempo de camino por los senderos que le conducen al huerto, o de trabajo en este, una sensación de agudo dolorimiento en el epigastrio, “como un perro”, “como una garra”; todo da vueltas en torno al enfermo y este se ve obligado a sentarse y aliviar la molestia, apretándose el vientre con las manos. El brevísimo almuerzo de medio día calma estos trastornos que reaparecen dos o tres horas más tarde. El diagnóstico de esta afección es elemental: se trata de hambre aguda” (referido en el libro Viaje a las Hurdes).

En este marco social y sanitario, Marañón concluye en su informe que: “El problema jurdano es pura y simplemente un problema sanitario que a la sanidad pública toca, por tanto, corregir.  Tras este viaje se redactó la memoria que serviría para crear el Patronato de Las Hurdes. “Las medidas a tomar más significativas que el doctor Marañón puso de manifiesto para mejorar la vida de los hurdanos empezaban primordialmente por resolver la cuestión sanitaria”, indica el historiador López Vega. “Se estableció un consultorio en cada uno de los tres valles (el del Ladrillar, el Hurdano y el de Los Ángeles) de modo que en cada uno de ellos hubiera un médico repartiendo quinina para resolver los males endocrinológicos. Y, una vez resuelto el problema sanitario, ya se abordaría todo lo demás: inversión en infraestructuras, en educación, y todo aquello que componía la visión integral del doctor Marañón en cuanto a medidas a tomar para solucionar los problemas que allí existían”.

La repercusión social y política de este viaje provocó un debate nacional acerca de la España agraria

Como indica Javier Salido, periodista cultural, la repercusión social y política de este viaje fue extraordinaria, lo que permitió incorporar significativas mejoras sociales y sanitarias en la comarca. Tuvo lugar un debate nacional, por extensión, acerca de la España agraria, pues Las Hurdes podían ser el pequeño resumen de muchas de las desdichas que se vivían en otras regiones del país. Hubo, pues, una llamada a la conciencia social de la nación. Actualmente, Las Hurdes se erigen como uno de los parajes naturales más bellos y fecundos no solo de España, sino de toda Europa.

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