Dr. Serafín Romero: “Para hacer política de recursos humanos es básico tener un registro de profesionales sanitarios”

El Dr. Serafín Romero, ex presidente de la OMC, es el actual presidente de la Comisión de Garantías y Evaluación para la Ley de Eutanasia en Andalucía

proteger a los profesionales

Redacción
El actual presidente de la Comisión de Garantías y Evaluación para la Ley de Eutanasia en Salud de Andalucía, el Dr. Serafín Romero, ha insistido en recordar la urgencia de contar con un registro nacional de profesionales sanitarios. No conocer con exactitud estos datos es una traba a la hora de planificar y mejorar la situación actual. “Cuando se llega a una situación de huelga es porque la situación es insostenible”, ha comentado tras subrayar la importancia de las mismas para que la opinión pública conozca de primera mano la situación.

¿Está funcionando el registro de profesionales del Ministerio?
Para hacer política de recursos humanos, especialmente de las sociedades en recursos humanos, es básico tener un registro de profesionales sanitarios. Hemos venido demandándolo desde hace tiempo. Hemos tenido una atalaya especial, que no se ha querido tener en cuenta, y es que en España para poder ejercer la medicina es obligatorio estar colegiado. Tenemos una base importante, de 2009 -2010, en la que se mejoró el registro. Con lo cual, sí que sabemos cuántos médicos colegiados hay en España, que especialidad tienen y dónde están. Esto podría ser, sin ser la definitiva, una forma de poder plantear política. Pero sigue siendo necesario un registro estatal o nacional de profesionales sanitarios para planificar.

¿En qué ayudan las huelgas y manifestaciones que hay en Madrid, Cantabria, Cataluña, y en tantos sitios?
La pregunta sería más bien en qué deberían de ayudar. Cuando se llega a una situación de huelga es porque la situación es insostenible. Antes del Covid, la profesión médica salió a nivel nacional a la calle a través del foro de la profesión médica durante dos años seguidos. El entorno de primaria ya se venía avanzando que era un polvorín y que sería una situación complicada.

Las huelgas sirven para que la opinión pública conozca de primera mano que la situación es insostenible. Y debería de servir para acelerar lo que ya está más que escrito. Hace casi un año se puso en marcha un plan de acción de atención primaria y comunitaria. Actualmente, estamos casi en la misma casilla de salida. En la época de María Luisa Carcedo ya se consiguió meter en el Boletín Oficial del Estado todo un plan, también para atención primaria, y seguimos sin verlo. Hasta la propia Comisión para Reconstrucción Social y Económica marcó un escenario, y es que en la atención primaria y de salud sigue sin haber un gran acuerdo a nivel nacional.

“Si no sabemos cuántos profesionales tenemos, dónde están, qué edad tienen o sus perspectivas de jubilación, no podemos planificar”

¿Cuántas veces ha hablado usted de la necesidad de un pacto por la sanidad?, ¿es más necesario ahora que nunca?
En 2013 se firmó un acuerdo con el Ministerio de Sanidad y con el Gobierno. No solamente lo hizo la profesión médica, también lo hizo la profesión enfermera. Fue un gran acuerdo. Un punto esencial que se recogía era un pacto por la sanidad. Se hizo en época de Ana Mato como ministra y con el Gobierno de Mariano Rajoy. El año fue complicado por la crisis económica y por ciertos vientos de privatización dura. Fue un gran acuerdo para conseguir un pacto por la sanidad, para que esta no fuera moneda de cambio, por lo menos de confrontación política.

La realidad de ahora hace inviable que se pueda producir un pacto. Fui presidente del Consejo General, en la comparecencia en la Comisión Nacional de Reconstrucción. Tuve la oportunidad de pedirle a los políticos que ya no queríamos un pacto por la sanidad, pero sí un gran acuerdo en este entorno sanitario. Ese acuerdo se ha desarrollado escasamente. Debemos pedir un gran acuerdo político para que en esta situación de SOS, ni nos tiremos los trastos ni haya protagonismo político, independientemente del equipo de administración que gobierne.

Es importante entender que tenemos un problema de recursos humanos en medicina de familia, no en el entorno de primaria. La solución no es poner más médicos, porque no están en la estantería. Tampoco poner más facultades, porque tardaría 10 años en aparece el primer médico de familia. Se soluciona buscando fórmulas para seguir recuperando el número de médicos de familia que deberíamos haber formado en la crisis económica.

También hay que hacer medidas estructurales y valientes, que no se han hecho porque hay miedo. Miedo electoral, miedo a lo que nos vaya a ocurrir en las próximas elecciones. Y esto hay que decirlo claro y contundente: se están haciendo políticas cortoplacistas que hacen más de lo mismo y, lógicamente, el resultado es el mismo.

“Sin los profesionales, sin la profesión, no hay políticas sanitarias que vayan a salir adelante”

Hay cada vez más voces autorizadas que insisten en la falta de planificación de las administraciones, ¿es un hecho?, ¿se hace fundamental ya el registro de profesionales como sea?
Lo que tenemos que tener claro es si somos capaces. Por eso es importante contar con los protagonistas, con las profesiones sanitarias. Tenemos que tener un análisis sobre lo que va a ocurrir en ese espacio. Desde la Organización Médica Colegial y la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, hemos venido trabajando en estudios de demografía. Estos demuestran que hay ciertas especialidades envejecidas, y vamos a tener un problema serio. También habrá que plantear si vamos a necesitar, dentro de 5 o 10 años, a los especialistas que hoy necesitamos.

Si no sabemos cuántos profesionales tenemos, dónde están, qué edad tienen o sus perspectivas de jubilación, no podemos planificar. No podemos crear más hospitales si no tenemos recursos humanos para dotarlos. El hospital estructuralmente se podrá construir, pero tiene dos problemas. El primero, el mantenimiento económico. El segundo, lo del personal. Este último es un problema importante, no podemos estar planificando sin planificar políticas de recursos humanos.

¿Hay margen de colaboración entre las administraciones y los colegios de médicos? Porque tienes experiencia en ambos lados.
Cuando se ha visto que el agua nos llegaba al cuello es cuando se llama a la profesión. Seguimos añorando, y sobre todo tendríamos que estar reivindicando, más participación de las profesiones sanitarias. Se ha demostrado que ayudan a generar mejores políticas y además son eficientes.

Parece mentira que el actual gobierno externalice, casi privatice, cómo va a ser el desarrollo profesional de los médicos. Ya la propia profesión médica se lo había puesto en bandeja a través del análisis, para un desarrollo profesional, donde se contemplaba la recertificación de los profesionales. Recertificación de las competencias de la mano de las Sociedades Científicas y también la validación periódica de la colegiación que es una garantía de que la actitud de los profesionales se lleva a cabo. Sorprende que el gabinete del Ministerio haya contratado a una empresa externa para hacer un análisis de cómo está la recertificación en Europa, de como debería ser en España, inclusive para formar a sociedades científicas y a colegios.

Sin embargo, no hay interés en que haya participación profesional. Esto conlleva situaciones como la que estamos viendo. Sin los profesionales, sin la profesión, no hay políticas sanitarias que vayan a salir adelante. Y sí que es posible. Fue posible cuando hicimos ese pacto que le comentaba del 2013.

Se ha visto en la pandemia que las profesiones han estado por encima de las administraciones sanitarias. Han demostrado que somos capaces de tener responsabilidad y que hay que confiar en ellas. Además los colegios profesionales, en este caso los colegios de médicos, tienen herramientas importantes para votar y facilitar la acción política como la de obtener un registro de médicos colegiados.

“Las huelgas sirven para que la opinión pública conozca de primera mano que la situación es insostenible”

Tras la crisis del Covid y los famosos aplausos, ¿ha empeorado la situación de los médicos o simplemente se ha hecho visible lo que ya había?
Hemos vuelto a la casilla de salida. Tras el Covid y los aplausos, la consideración de los ciudadanos se mantiene. Lo que no se mantiene es el reconocimiento obligado a los profesionales sanitarios. Otra tema es el de las políticas de recursos humanos, especialmente para cuidar a los que cuidan. Hay que dotarles de salida laboral suficiente y un sueldo digno e intentar no perder talento.

Han menguado los aplausos y la sensación de reconocimiento. Lo que se ha dado son políticas para, digamos, enganchar el gran esfuerzo, el gran compromiso que han demostrado las profesiones sanitarias en general, y la médica en particular. El problema es que políticamente no ha habido esa actitud. Cada uno ha ido haciendo la guerra por su cuenta y falta una dirección global a nivel nacional. El Ministerio, con tanto cambio, no prevé que podamos llegar.

Ya lo último, ¿por dónde hay que empezar para construir un sistema sanitario que sea bueno para pacientes y profesionales del futuro?
Yo creo que a lo largo de los últimos 10-12 años, el sistema ha sido sometido a dos duras pruebas de esfuerzo. La primera, una gran crisis económica y financiera. La segunda, una crisis sanitaria, como la de la pandemia, que ha desbordado al sistema en algunos momentos. Los diagnósticos están hechos. Lo que nos falta es se tenga el propósito de generar política. El tema es ponerse en marcha. Para ello seguimos siempre una gran apuesta financiera para nuestro sistema. Vamos lentos y estamos alejados de esa apuesta. Sabiendo que algunas, como las de recursos humanos de necesidad, van a necesitar un tiempo para tener y disponer de estos médicos especializados que faltan. Creo que lo que habría que hacer es sentar, financiar y tener en cuenta que en esa mesa no pueden estar ausentes las profesiones sanitarias.

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