Redacción
El desarrollo de nuevos y diferentes sistemas de guiado en las técnicas de termoablación permiten el tratamiento radiológico de tumores con resultados similares a la resección quirúrgica, especialmente en lesiones con tamaños por debajo de 3 cm. El uso de técnicas de termoablación supone menor morbimortalidad para el paciente, aunque los resultados dependen del tipo de tumor, su localización y la técnica utilizada.
El uso de técnicas de termoablación supone menor morbimortalidad para el paciente. Además, permite disminuir la duración del procedimiento, el tiempo de anestesia y la dosis de radiación recibida
La termoablación es un grupo de técnicas que destruyen lesiones tumorales mediante calor (radiofrecuencia, microondas y láser) o frío (crioablación) guiadas por técnicas de imagen como la ecografía y tomografía computarizada (TC) de manera más frecuente. Los nuevos sistemas de guiado localizan la lesión con exactitud, lo que permite mayor precisión en la punción de ésta. También posibilita una mayor reproducibilidad de la técnica con mayor seguridad del tratamiento en relación con complicaciones y éxito de resultados. Esto último supone que, las punciones de lesiones en localizaciones más o menos complejas las pueda realizar cualquier profesional en radiología intervencionista con diferentes grados de experiencia con éxito.
“Estas técnicas se utilizan para el tratamiento de tumores, tanto primarios como secundarios, independientemente de su localización y del tipo de paciente. Los radiólogos intervencionistas habitualmente tratamos lesiones tumorales hepáticas, renales, pulmonares, tiroideas y del sistema musculoesquelético”. Así lo explica el Dr. Juan José Espejo, especialista de la sección de radiología vascular e intervencionista (Servei) de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram).
Estas técnicas se utilizan para el tratamiento de tumores independientemente de su localización y del tipo de paciente
Ventajas de los nuevos sistemas guiados
Además de la menor morbimortalidad para el paciente o la localización con exactitud de la lesión, estos nuevos sistemas guiados permiten disminuir el número de punciones y recolocaciones de la aguja o antena. Así, se reduce la duración del procedimiento, el tiempo de anestesia y la dosis de radiación recibida si el control de la ablación se hace con TC.
“Los avances actuales en estas técnicas no están tanto en las agujas o antenas que generan la temperatura, sino en el desarrollo de diferentes sistemas de guiado que permiten puncionar el tumor con más precisión y evaluar, con algunos de ellos, los límites de ablación para confirmar con mayor exactitud si el tumor ha quedado completamente destruido con márgenes de seguridad adecuados”, concluye el Dr. Espejo.