Victoria Guillén
C.C / A.G.B (Fotografías y vídeo)
La amputación provoca una deficiencia y disminución de la capacidad funcional y autonomía. Además, genera un importante impacto y alteración en el estado físico y psicológico, lo que conlleva una pérdida de la calidad de vida de los pacientes amputados. Según datos de Federación Española de Ortesistas y Protesistas (Fedop) de 2019, se estima que en España hay aproximadamente 60.000 personas amputadas. Por ello, contar con un equipo multidisciplinar, así como realizar un acompañamiento global y un abordaje integral del paciente amputado resulta esencial para ayudar a su recuperación tanto física como emocional.
En este sentido, Ignacio Prim, presidente del sector de Ortopedia de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), ha señalado que “una de las razones de que el tratamiento global de los pacientes amputados tenga éxito es que seamos un equipo porque cada profesional sabe cuál es su parte y, por ejemplo, es evidente que sin un médico rehabilitador yo no podría realizar mi trabajo”.
Según datos de Federación Española de Ortesistas y Protesistas de 2019, se estima que en España hay aproximadamente 60.000 personas amputadas
Según ha destacado Prim, para la fabricación de productos ortoprotésicos resulta necesario contar con un equipo multidisciplinar, donde la figura central sea el médico rehabilitador. Sin embargo, durante el proceso también intervienen otros agentes importantes médicos ocupacionales, enfermería, ortopedia, fisioterapeutas, psicólogos, entre otros. “Todos trabajamos estrechamente con los distintos servicios implicados en la rehabilitación del paciente en aras a obtener el mejor producto ortoprotésico y la mejor adaptación del paciente”, ha manifestado Prim.
Por su parte, la Dra. Carolina de Miguel Benadiba, presidenta de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (Sermef), ha explicado: “Nosotros, como médicos rehabilitadores trabajamos con un equipo coordinado del que forman parte fisioterapeutas, médicos ocupacionales y, por supuesto, técnicos ortopédicos que tienen una función fundamental para transcribir al enfermo aquello que nosotros vemos necesario”. Así, la rehabilitación del paciente amputado es un proceso continuado que debe empezar antes del proceso de amputación y debe mantenerse hasta alcanzar el nivel funcional esperado.
La rehabilitación del paciente amputado es un proceso continuado que debe mantenerse hasta alcanzar el nivel funcional esperado
Sin embargo, Sandra Miso, miembro de la Asociación de Familias de Niños con Prótesis (Afanip), ha manifestado que, pese a que es imprescindible contar con un enfoque multidisciplinar, existen diferencias territoriales que impiden un abordaje integral de los pacientes. “Nos hemos encontrado con médicos rehabilitadores que, por ejemplo, no prescribían una rehabilitación para el paciente o a personas jóvenes que no se les daba la oportunidad de tener rodillas hidráulicas, más manejables. En muchos casos, se prescribe lo mismo a una persona de 70 años que a una de 15 años y este tipo de situaciones no se pueden dar. Tenemos una realidad muy diversa que tenemos que mejorar. Las buenas prácticas deben extenderse más a otros territorios”, ha puntualizado.
En este sentido, la Dra. de Miguel Benadiba ha añadido que “la realidad es que hacen falta más médicos rehabilitadores que tengan un conocimiento especifico en prótesis de miembro superior”. “Por ejemplo, en Extremadura posiblemente el médico rehabilitador que esté, incluso el protésico, ninguno de los dos tenga el nivel suficiente para poder plantear al enfermo las mejores necesidades y resultados funcionales. Se tendrían que habilitar centros de referencia para que los pacientes puedan obtener una atención de calidad”, ha concluido.
