Luis de Haro. Director general de iSanidad
La desinformación sobre la situación de atención primaria en España es casi total, sin conocer la historia es difícil de explicar a la ciudadanía lo que pasa. Es habitual que los diarios generalistas aporten informaciones parciales o sesgadas. Los intereses ideológicos o económicos, la falta de información o el simple desconocimiento llevan al error.
La historia de los problemas de la atención primaria vienen de lejos, de otro siglo, y eso aumenta su complejidad, no se va a resolver fácilmente. La campaña #DefendamosLaPrimaria de 2022 ya tenía como objetivo concienciar a la ciudadanía de la importancia de este nivel asistencial. El Foro de Atención Primaria ha asegurado durante años que la inversión en atención primaria “ha sido mínima”. Todas las administraciones de todos los colores políticos ponen en evidencia que es un nivel primordial. Sin embargo, “la realidad es muy diferente”, decía el Dr. José Polo, presidente de Semergen. “La atención primaria no puede seguir así; necesitamos cambiar el modelo“, decía la Dra. María Fernández, presidenta de semFYC.
El propio Dr. Antonio Fernández-Pro, presidente de SEMG, insistía en términos muy parecidos. “La gran carga de trabajo de burocracia ha restado un valioso tiempo a la labor asistencial de nuestros pacientes”, insistía. Este tema no es una consecuencia de la pandemia. Simplemente los problemas de la atención primaria se están cronificando ante la ausencia de decisiones e inversiones. El Foro pedía un cambio real de la situación por parte del Gobierno y las comunidades autónomas.
Cuando sindicatos o partidos políticos acusan a los gobiernos autonómicos de atrocidades, muestran una total desinformación sobre la historia de la atención primaria
Cuando sindicatos o partidos políticos acusan a los gobiernos autonómicos de atrocidades, muestran una total desinformación sobre la historia de la atención primaria. La situación no es nueva, ya el Informe Abril (1991), disponible para todos los que tengan interés, detallaba aspectos esenciales. Por un lado indicaba ya que “el marco laboral estatutario no responde a las necesidades actuales,[…], algunos profesionales se encuentran lógicamente desmotivados…”. Además, incidía en una “ausencia general de estructuras y mecanismos de información, evaluación y análisis en el sector sanitario público y privado”. En los aspectos referidos a recursos humanos aseguraba que “el deber de rendir cuentas de los resultados constituye un incentivo inexcusable para cumplir los fines de cualquier servicio o empresa”. Más de 30 años después, ¿qué se ha avanzado?
Para el Informe Abril la reforma de la estructura de recursos humanos era ineludible ya en 1991. “Debería estimularse el desarrollo de la carrera profesional en las diferentes modalidades de personal sanitario, separando las responsabilidades jerárquicas de la promoción profesional personal. Deberían establecerse mecanismos de motivación e incentivación del personal, a través de diferentes modalidades, para lograr su participación y revalorización en la gestión y funcionamiento de cada una de las unidades asistenciales”. De manera muy sencilla explicaba que ¨la estabilidad en el puesto de trabajo, aspiración compartida por la mayoría de la población, se convierte en contrapartida a la ausencia de otro tipo de incentivos, económicos o de desarrollo profesional, y ello fomenta un igualitarismo empobrecedor”
El Informe Abril, ya en 1991, aseguraba que la ausencia de incentivos fomenta un igualitarismo empobrecedor
No, el problema de la atención primaria no es de Darias, Ayuso, Ximo Puig o JuanMa Moreno. El problema es de la falta de interés que han mostrado los presidentes del Gobierno poniendo al frente de Sanidad a personas que no han afrontado el problema. Sí, la sanidad es una cuestión política que nadie ha querido reformar. La situación de conflicto preelectoral aviva el conflicto, pero no aporta soluciones porque ahora nadie las quiere.
