Redacción
Hace aproximadamente un año y medio, la urgencia de atención primaria de un pediatra madileño iba a convertirse en el inicio de una baja médica por una agresión. “Diagnostiqué a una niña que acudió al centro de salud por una urgencia. La derivé al hospital y su madre la llevó con tranquilidad. Para mi sorpresa, media hora más tarde apareció su padre exigiéndome darle, de nuevo, el informe de su hija, a lo que respondí que ya lo tenía su madre. Entonces comenzó a grabarme y lo impedí con la palma de mi mano, pidiéndole que no lo hiciera. Me respondió con un puñetazo en el ojo“, explica el médico, que prefiere permanecer en el anonimato. Las agresiones a médicos han ido en aumento en los últimos años.
La agresión le ocasionó un desprendimiento de vítreo de ojo izquierdo y ua herida supraciliar izquierda que llevó al pediatra a estar siete días de baja
Según informa el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem) ha ganado casi 80 sentencias penales desde que se firmó el convenio con la Fiscalía de la Comunidad de Madrid para la defensa de las agresiones a médicos. El pediatra que cuenta su testimonio es uno de ellos y la resolución favorable, la última que ha obtenido la asesoría jurídica del colegio, que asume la defensa de los médicos colegiados ante casos de agresiones fruto del ejercicio profesional.
En su caso, despues de que sus compañeros del centro de salud vieran su ojo, acudió a los servicios jurídicos del colegio. En los casos de agresiones, se interpone una denuncia en la comisaría de policía o en el juzgado de guardia, o bien se tramita la denuncia por vía colegial según el protocolo firmado con la Fiscalía y se inician las medidas administrativas para evitar que vuelva a ocurrir.
Cristóbal Zarco: “Lo importante es que el médico denuncie, que los agresores sepan que podrá haber una condena al respecto”
“Rápidamente me asesoraron sobre lo que debía hacer, tuve una entrevista con el abogado, en la que me atendió muy bien, asistió al juicio y la institución me ofreció una ayuda por los días que debía estar de baja”, explica el pediatra. El proceso se resolvió a favor del médico. La agresión le ocasionó un desprendimiento de vítreo de ojo izquierdo y ua herida supraciliar izquierda que requirieron para su sanidad de tratamiento médico. Tardó en curar 15 días, de los que siete estuvo impedido para sus ocupaciones habituales. Le ha quedado como secuela un ligero perjuicio estético.
El fallo del jurado condena al autor de la agresión con una multa de seis meses a razón de seis euros. Además, el acusado deberá indemnizar al facultativo con 1100 euros por las lesiones y 750 por secuelas. “No solo debemos ceñirnos al resultado final de la sentencia. Lo importante es que el médico denuncie, que los agresores sepan que podrá haber una condena al respecto y que el médico vea que los hechos al final se castigan y que tienen el amparo del colegio”, recuerda el letrado del Icomem Cristóbal Zarco.
“Soy el único pediatra que hay en horario de tarde para las tres consultas y las urgencias. No creo que los pacientes estén satisfechos con este servicio y los que sufrimos las consecuencias somos nosotros”
La asesoría jurídica del Icomem ha recibido en 2022 la notificación de 67 agresiones, ocho más que en 2021. De ellas, 41 fueron a mujeres y 62 se produjeron en la sanidad pública. Según observa el colegiado, “las actitudes agresivas han aumentado mucho en los últimamente”, un problema que achaca a la falta de médicos. “En mi centro de salud soy el único pediatra que hay en horario de tarde para las tres consultas y las urgencias. No creo que los pacientes estén satisfechos con este servicio y los que sufrimos las consecuencias somos nosotros”, lamenta el pediatra agredido.