Dra. Beatriz Fernández: “Es crucial hacer un seguimiento en el paciente diabético para diagnosticar cuanto antes la enfermedad renal crónica”

Médica adjunta del Servicio de Nefrología e Hipertensión del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz

Pablo Malo Segura
La enfermedad renal crónica (ERC) asociada a la diabetes tipo 2 (DM2) puede deteriorar de forma importante la calidad de vida y tiene un coste significativo para los pacientes y el sistema sanitario. Según un estudio europeo, impulsado por la European Kidney Patients Federation (EKPF) con la colaboración de Bayer, más de la mitad de los pacientes encuestados con diabetes tipo 2 no conocía nada sobre la enfermedad renal crónica antes del diagnóstico. La Dra. Beatriz Fernández, médica adjunta del Servicio de Nefrología e Hipertensión del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, destaca en una entrevista con iSanidad la importancia de informar al paciente diabético sobre la posibilidad de desarrollar una enfermedad renal crónica. Además, recuerda la importancia de un diagnóstico y tratamiento temprano para reducir su progresión. Para  el diagnóstico se necesitan dos pruebas sencillas: medir el filtrado glomerular estimado y la albuminuria.

¿Cuál es la situación en España de la enfermedad renal crónica asociada a diabetes tipo 2?
Actualmente, en España una de cada siete adultos tiene enfermedad renal, lo que representa alrededor del 15% de personas que viven en nuestro país. El problema es que es muy probable que gran parte de estas personas no lo sepa, porque la enfermedad renal crónica suele ser asintomática hasta estadios muy avanzados. Además, el 7,8% de los adultos tienen diabetes tipo 2 diagnosticada y uno de cada tres pacientes con diabetes tipo 2 tienen enfermedad renal crónica, lo que supone un porcentaje elevado de la población.

“Uno de cada tres pacientes con diabetes tipo 2 tienen enfermedad renal crónica”

La diabetes junto a la enfermedad renal crónica puede deteriorar la calidad de vida y cambiarla radicalmente. Para diagnosticar la enfermedad renal crónica en un estadio no demasiado avanzado, se necesitan pruebas analíticas tan sencillas como un análisis para medir el filtrado glomerular estimado y una muestra de orina simple para medir la albuminuria. Con estas dos mediciones eres capaz de ver en la práctica totalidad de los pacientes si tienen enfermedad renal crónica, salvo excepciones como enfermedades genéticas muy concretas como la poliquistosis.

Al tener enfermedad renal crónica, existe un aumento muy importante de enfermedad cardiovascular y la posibilidad de muerte es entre dos y nueve veces mayor. Si además se suma la diabetes, la probabilidad de enfermedad renal crónica y muerte cardiovascular es muy superior a lo que tendría cualquier otra persona de la misma edad y sexo sin estas dos enfermedades.

Si somos capaces de hacer un manejo integral temprano de los pacientes se puede reducir sustancialmente la carga global de la enfermedad. Además, desde un punto de vista farmacoeconómico, vas a poder reducir de manera notable los costes que tiene para el sistema de salud. También hay que tener en cuenta los costes indirectos de esta enfermedad por pérdida de productividad o absentismo laboral.

“Si somos capaces de hacer un manejo integral temprano de los pacientes se puede reducir sustancialmente la carga global de la enfermedad y los costes para el sistema de salud”

¿Cuáles son los datos más destacados de la encuesta “The realities of living with CKD: People with CKD and T2D speak up”, que visibiliza las necesidades no cubiertas de los pacientes con Enfermedad Real Crónica (ERC) asociada a diabetes tipo 2 (DM2)?
Se trata de una encuesta internacional multicéntrica impulsada por una federación de pacientes europea que contó con la colaboración de Bayer. Se llevó a cabo en 500 pacientes de cinco países europeos (España, Reino Unido, Italia, Francia y Alemania). El objetivo de la encuesta fue saber cuánta gente era consciente de su enfermedad y visibilizar si existían necesidades que no estaban cubiertas en los pacientes que tenían diabetes y enfermedad renal crónica. Además, se les preguntaba si tenían síntomas, los cambios en su vida o los efectos sobre su salud mental.

Más de la mitad de los pacientes a nivel europeo declaró que no conocía nada sobre la enfermedad renal crónica antes de que se les diagnosticara. Los médicos conocemos perfectamente que hay un vínculo evidente entre la enfermedad renal crónica y la diabetes. Alrededor del 54% de los pacientes que tienen enfermedad renal crónica son diabéticos. Por tanto, más de la mitad de las posibles causas para tener enfermedad renal crónica se deben a una diabetes (mal controlada, de larga evolución, con un perfil metabólico adverso…)

“Más de la mitad de los pacientes a nivel europeo declaró que no conocía nada sobre la enfermedad renal crónica antes de que se les diagnosticara”

Los pacientes que eran diabéticos desconocían lo que era la enfermedad renal crónica hasta su diagnóstico. Los médicos tenemos que informar a los pacientes diabéticos de la posibilidad de desarrollar una enfermedad renal. De los pacientes a los que se les había diagnosticado una enfermedad renal crónica, más de un tercio recordó que había experimentado síntomas alrededor de unos seis meses antes del diagnóstico. Durante muchos años estos pacientes no habían experimentado ningún síntoma y, por tanto, no se les había hecho ningún despistaje de enfermedad renal a pesar de ser diabéticos.

Casi el 97% de los pacientes afirmaban que les había cambiado la vida desde el diagnóstico porque había tenido un impacto en su vida laboral y personal. También les había afectado el cambio de hábitos nutricionales en el ámbito familiar. Además, el 71% decía que la enfermedad había tenido un impacto negativo en sus relaciones de amistad y familiares.

La mitad de los encuestados reclamaban que no solamente había que tener en cuenta el soporte físico, sino también el soporte emocional y de carga para la salud mental que supone tener una enfermedad renal más una diabetes. Es muy importante que exista un apoyo psicológico para llevar mejor la carga de la enfermedad renal y hacer comprender a los pacientes que con hábitos de vida saludable se puede diagnosticar en tiempo y forma. De esta manera, podemos retrasar el desarrollo de la enfermedad renal crónica, que puede avanzar y requerir técnicas de sustitución de la función renal.

“La mitad de los encuestados reclamaban que no solamente había que tener en cuenta el soporte físico, sino también el soporte emocional y de carga para la salud mental que supone tener una enfermedad renal más una diabetes”

Este estudio muestra la importancia de concienciar sobre la enfermedad renal crónica, que es mucho más prevalente de lo que creemos. Además, en el paciente diabético es crucial hacer un seguimiento, que haya un diálogo entre el médico y el paciente, y realizar analíticas que son precisas y sencillas para diagnosticar cuanto antes la enfermedad renal crónica.

¿Qué consecuencias tiene la enfermedad renal crónica asociada a diabetes tipo 2 para los pacientes y el sistema sanitario?
Cuanto antes se diagnostica, antes se trata y antes se puede retrasar el avance de la enfermedad renal. Si no somos capaces de hacer una intervención temprana es muy difícil que cuando el paciente está en un estadio muy avanzado podamos revertir sustancialmente el declive de la función renal y, por tanto, la carga que supone la enfermedad renal avanzada para el paciente a nivel físico y emocional y los costes para el sistema sanitario.

“Es muy difícil que cuando el paciente está en un estadio muy avanzado podamos revertir sustancialmente el declive de la función renal”

¿Qué impacto podría tener el uso de medicamentos cardio y nefroprotectores para mejorar el manejo de la ERC asociada a DM2?
Al utilizar medicamentos con demostrada eficacia en ensayos clínicos en cuanto a disminución de la progresión a enfermedad renal avanzada y a muerte cardiovascular, se frena el avance de esta enfermedad. El diagnóstico y tratamiento temprano evita que el paciente fallezca por causas cardiovasculares o renales y retrasa en gran medida las complicaciones cardiovasculares como infartos, ictus o insuficiencia cardiaca.

“El diagnóstico y tratamiento temprano evita que el paciente fallezca por causas cardiovasculares o renales y retrasa en gran medida las complicaciones cardiovasculares”

¿Cuáles son los principales retos futuros en relación a la ERC asociada a la diabetes tipo 2?
Uno de los principales retos es el diagnóstico precoz. La informatización del sistema, el big data, la automatización de las analíticas y de la petición de pruebas ayudarán al médico de atención primaria a diagnosticar más rápido. Tenemos un sistema que está saturado y es importante utilizar todos los recursos informáticos que tenemos en nuestro arsenal para automatizar determinadas pruebas. La Sociedad Española de Nefrología considera fundamental tener cierto grado de automatización en el cribado de pruebas de función renal tan importantes como pueden ser la albuminuria o el filtrado glomerular estimado.

El filtrado glomerular estimado aparece prácticamente en casi todas las  analíticas que se solicitan. Por su parte, la albuminuria es una prueba sencilla, rápida, fiable y barata. Por otro lado, si tenemos fármacos con beneficio demostrado los tenemos que utilizar porque han demostrado mejorar la calidad de vida del paciente. En general, son fármacos sencillos que no necesitan demasiadas analíticas, no son fármacos inmunosupresores ni de complicado manejo.

“La Sociedad Española de Nefrología considera fundamental tener cierto grado de automatización en el cribado de pruebas de función renal tan importantes como pueden ser la albuminuria o el filtrado glomerular estimado”

En definitiva, hay que priorizar la salud renal, hacer pruebas periódicas, derivar de forma temprana, tratar de forma múltiple con fármacos que mejoren la progresión y, por supuesto, intentar mejorar la calidad de vida de los pacientes no solo dándoles un abordaje clínico, sino también psicológico. Con todo ello, se mejora mucho la carga del sistema. El coste de una técnica de diálisis, de un trasplante renal, de un infarto agudo de miocardio, de una hospitalización por insuficiencia cardiaca y de una hospitalización por un ictus, es muy superior al coste anual de los fármacos para enlentecer la progresión de la enfermedad.

Opinión

Multimedia

Economía

Accede a iSanidad

Síguenos en