Redacción
Los médicos de prisiones se plantean iniciar protestas que incluyen huelgas y encierros para intentar “revertir” la realidad de la sanidad penitenciaria que, según denuncian, está en una situación de “precariedad y abandono” desde hace años. Así lo ha comunicado la Secretaría Técnica de Prisiones de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) que ha pasado una encuesta a los médicos de prisiones para ver qué opciones de protesta llevar a cabo.
Huelgas, encierros en centros penitenciarios, concentraciones y medidas no estrictamente asistenciales son las protestas que se plantean los médicos de prisiones
Las movilizaciones planteadas en la encuesta incluyen huelgas intermitentes o indefinidas, encierros en los centros, concentraciones y otras medidas que no son estrictamente asistenciales. El sindicato asegura que ha tomado esta decisión después de “varios años de silencio” por parte de la Administración “pese a los avisos del sindicato”.
CESM asegura que desde 2019 han intentado “mantener un diálogo fluido” con el Ministerio del Interior, del que dependen las instituciones penitenciarias de casi todas las comunidades, y con los ministerios de Administraciones Públicas y el Ministerio de Hacienda, aportando “soluciones a los graves problemas que presenta la sanidad penitenciaria”. Además, defiende que el objetivo de las protestas es poder facilitar a las personas privadas de libertad una asistencia sanitaria similar a la que recibe el resto de la población.
CESM asegura que ha tomado esta decisión después de “varios años de silencio” por parte de la Administración “pese a los avisos del sindicato”
Denuncian que los ministerios han rechazado “en reiteradas ocasiones” los intentos de diáolgo. Aseguran, además, que la Administración ha sustituido el modelo de atención primaria en los centros penitenciarios “por otro de urgencias” sin tener en cuenta las necesidades de la población penitenciaria. Este colectivo presenta un “elevadísimo” número de drogodependientes, problemas de salud mental, patología dual y una elevada tasa de enfernedades infectocontagiosas. Además, es una población “cada vez más envejecida” que requiere un aumento de los cuidados por sus patologías crónicas, según detalla el sindicato.