Redacción
A medida que se cumplen años hay más riesgo de padecer diabetes, al igual que otras patologías cardiovasculares o sobrepeso. Se calcula que el 40% de las personas afectadas por diabetes son mayores de 65 años. Además, según datos de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), el 50% de los ancianos con diabetes no cuenta con un diagnóstico. La razón es que esta enfermedad se manifiesta de forma diferente y atípica a partir de cierta edad. Esto hace que su detección se dificulte.
La diabetes se manifiesta de forma diferente y atípica a partir de cierta edad, lo que hace que hace que su detección se dificulte
La Federación Española de Diabetes (FEDE) recomiendan una atención especial e individualizada en este grupo de edad, ya que “casi un tercio de las personas mayores de 75 años tiene diabetes”, apunta Juan Francisco Perán, presidente de FEDE. Advierte que “dado el envejecimiento que está experimentando la población, es previsible que en el futuro se observe un marcado incremento de los casos de diabetes en edades avanzadas”.
A la federación les preocupan aquellos pacientes sin un diagnóstico temprano, ya que la patología se va agravando y en personas ancianas tiene una repercusión significativa en su calidad de vida. Por eso FEDE ha lanzado una campaña dirigida a este grupo de población con el lema No des la espalda a la diabetes. Se plantea para conseguir que estos pacientes mantengan la adherencia al tratamiento y siga hábitos de vida saludables; que tengan una buena alimentación y hagan ejercicio de forma regular. De esta forma evitan que se agraven los efectos derivados de la enfermedad.
FEDE ha lanzado una campaña para conseguir que los pacientes ancianos mantengan la adherencia al tratamiento y sigan hábitos de vida saludables
Una dieta controlada por profesionales que vigilen sobre todo el aumento de peso y realizar revisiones periódicas para detectar de forma precoz complicaciones de la diabetes, como problemas de visión o en los pies, “es fundamental”, señala FEDE. Está demostrado científicamente que la diabetes es la enfermedad que más afecta a los ancianos, y sus síntomas suelen confundirse con estados normales en ellos, infradiagnosticando la enfermedad y perjudicando a la persona mayor.