Gema Maldonado
España está en una posición “adelantada” al resto de países de la Unión Europea en lo que a salud cardiovascular se refiere, ya que es el único que cuenta con una Estrategia en Salud Cardiovascular del Sistema Nacional de Salud, pero los datos indican que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad y de ingreso hospitalario en España, con una de cada tres muertes que se producen en España y “cifras similares las que hemos vivido con el Covid-19, con unas 120.000 muertes al año”, advierte Jesús Ponce, presidente de Farmaindustria, “es una pandemia silente, latente y permanente”.
Jesús Ponce: “La enfermedad cardiovascular es una pandemia silente, latente y permanente”
¿Qué se puede hacer al respecto? Mejorar el diagnóstico precoz y la prevención de las enfermedades cardiovasculares, recopilar, gestionar y distribuir datos de salud cardiovascular y actuar sobre las inequidades que se dan en España en el acceso y la atención a la salud cardiovascular. Son los tres aspectos que han identificado un amplio grupo de agentes del sector, desde la academia, a las sociedades científicas, los clínicos, la industria y los gestores, que han formado parte del informe Hacia una mejor salud cardiovascular en España, un trabajo que ha impulsado la Efpia, patronal europea de la industria farmacéutica, junto con su homóloga en España, Farmaindustria, en colaboración con la consultora PwC, y que se ha presentado este martes con la presencia del ministro de Sanidad, José Manuel Miñones, y la codirectora de la Plataforma de Salud Cardiovascular de la Efpia, Victoria Tzouma.
“Los cardiólogos salvamos muchas vidas, pero somos una fábrica de crónicos, prácticamente no curamos a nadie”. Es el Dr. Héctor Bueno, cardiólogo del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid e investigador del Centro Nacional de Enfermedades Cardiovasculares (CNIC) quien expresaba este martes, en la Real Academia Nacional de Medicina de España, la consecuencia de la insuficiente atención del Sistema Nacional de Salud a la prevención primaria y secundaria de las enfermedades cardiovasculares y a la detección precoz de estas patologías. La razón es que “tenemos un sistema más centrado en lo agudo que en la prevención, y esto tiene que ver con que el sistema se hizo hace décadas, en un entorno social diferente y con necesidades diferentes”, ha explicado el también miembro del equipo que coordinó la Estrategia Nacional de Salud Cardiovascular.
El SNS está “más centrado en lo agudo” que en la prevención primaria y secundaria de la enfermedad cardiovascular y a la detección precoz de estas patologías
Tampoco funciona la recopilación de información enfocada en la epidemiología y la atención sanitaria de las enfermedades cardiovasculares y sus factores de riesgo. Solo seis comunidades autónomas tienen un registro activo: Asturias, Cantabria, Canarias, Galicia, País Vasco y Cataluña, y únicamente estas tres últimas usan esos datos con el objetivo de mejorar la prevención y la atención cardiovascular. El resto de comunidades no tienen registro alguno. “Es clave tener registros de estas enfermedades y de sus determinantes e integrarlos en una infraestructura de datos automatizada con la información de todo el SNS para saber dónde actuar y priorizar las acciones”.
La inequidad en el SNS no viene marcada únicamente por el código postal, como se suele repetir en relaciona a las diferencias entre comunidades autónomas. Viene determinada por muchos otros factores que deben tenerse en cuenta para acabar con ella. “Muchas inequidades ya provienen de la sociedad: las personas con menores niveles educativos, culturales, sociales y económicos tienen más riesgos de desarrollar enfermedades cardiovasculares y están más expuestos a los factores de riesgo”, ha apuntado el Dr. Bueno, un aspecto que también recoge el informe.
“En un sistema público no puede ser que las oportunidades de los paciente sean diferentes por estar en una u otra región, por sexo o nivel económico. Hay que identificar a esas personas de alto riesgo y reconfigurar las vías de prevención primaria y secundaria”, ha añadido. Y es que el trabajo indica que tampoco se previene bien nuevas enfermedades o eventos cardiovasculares en pacientes que ya han tenido un evento previo, como un infarto o un ictus.
Dr. Bueno: “Muchas inequidades ya provienen de la sociedad: las personas con menores niveles educativos, culturales, sociales y económicos tienen más riesgos de desarrollar enfermedades cardiovasculares”
Estos tres puntos débiles del sistema requieren acciones, sobre todo en el área de la prevención, centradas en la atención primaria, que “es donde ocurre casi todo, las oportunidades de prevención y detección precoz se dan en este nivel asistencial“, ha incidido el investigador, “en cambio, la mayor parte de la inversión pública y de la industria se centra en la atención hospitalaria y de los especialistas, que ocurre en un tramo muy corto de la vida de las personas”, ha lamentado.
El documento incluye acciones necesarias para poner en práctica las mejoras en esos tres aspectos. Empezando por “asignar recursos y apoyar la Estrategia Nacional”, promover mayor colaboración entre niveles asistenciales, entre comunidades y entre entidades sanitarias públicas y privadas y llevar adelante programas de diagnóstico precoz de la enfermedad cardiovascular. Fortalecer la atención primaria, buscar “un enfoque integral para reducir las desigualdades” en relación con la enfermedad cardiovascular y seguir promoviendo los hábitos de vida saludable, son las líneas de acción generales, en las que el informe profundiza, y que coinciden con las marcadas por la Estrategia Nacional de Salud Cardiovascular, que “será buena en la medida en la medida en que las 130 estrategias y los indicadores propuestos se hagan”, ha apuntado el investigador.
Dr. Bueno: “La atención primaria es donde ocurre casi todo, las oportunidades de prevención cardiovascular y detección precoz se dan en este nivel asistencial”
Asociaciones europeas de salud cardiovascular han tomado como ejemplo esta Estrategia Nacional y se han movilizado para que se implemente en toda la Unión Europea. En menos de un mes, España tomará la presidencia del Consejo de la UE, un escenario en el que el ministro Miñones ya ha anunciado que la salud cardiovascular será uno de los temas de la agenda política en salud, tras la petición de las sociedades científicas. “Vivimos un momento absolutamente único para poder avanzar en este campo, es nuestra responsabilidad tomar estas iniciativas y hacerlas realidad”, ha concluido el Dr. Bueno.