I. Oria
Michael Porter, profesor de Harvard Business School, introdujo en el año 2006 el concepto de medicina basada en valor, un nuevo paradigma sanitario fruto de los avances tecnológicos, la innovación científica y el cambio cultural experimentado por los pacientes, que implica pasar de un modelo de medicina tradicional, basado en la cantidad de los servicios prestados, a un sistema que prima el valor de los mismos, es decir, la calidad.
Teniendo en cuenta esta premisa, la Fundación Economía y Salud ha presentado ‘Aportando valor desde la perspectiva de los pacientes’, un documento que recoge los aspectos relacionados con la atención que más valoran los pacientes durante el proceso de su enfermedad, y que pretender servir como guía de orientación para que los gestores y profesionales sanitarios puedan tomar decisiones que aporten valor a la asistencia sanitaria.
La medicina basada en valor implica pasar de un modelo de medicina tradicional, basado en la cantidad de los servicios prestados, a un sistema que prima el valor de los mismos
“Lo que se pretende con este documento es ofrecer la visión del paciente a los gestores y a los profesionales sanitarios para que sea tenida en cuenta en la toma de decisiones a todos los niveles, contribuyendo a aportar valor a la asistencia sanitaria de acuerdo al modelo de atención sanitaria basada en valor”, explicó Alberto Giménez, presidente de la Fundación Economía y Salud, durante el acto de presentación.
“El reto que se nos plantea es medir los resultados que más importan a los pacientes e incluirlos dentro de nuestros cuadros de mando para poder orientar las intervenciones sanitarias al valor. Estos resultados pueden o no coincidir con lo que más importa a los profesionales o a los gestores, de ahí la importancia de explorarlos siempre en cada caso, preguntando a los pacientes, y tenerlos en cuenta a todos los niveles, macro, meso y micro”, insistió Paloma Casado, coordinadora del documento y miembro del comité científico de la fundación.
Retos de una asistencia basada en valor
El estudio ha sido elaborado en base a las ideas recogidas durante los foros llevados a cabo a lo largo de los últimos años en el Hospital Virgen del Rocío (Sevilla), Hospital Clínico San Carlos (Madrid) y el Hospital Universitario San Juan (Alicante) con pacientes de ictus, infarto de miocardio, diabetes, enfermedad pulmonar crónica (Epoc), cáncer de mama, cáncer de colon y depresión.
Según recoge el documento, todos ellos demandan la posibilidad de tomar decisiones conjuntamente con el profesional sanitario, y recalcan la necesidad de información para su propia capacitación.
Los pacientes han expuesto sus necesidades, sus expectativas, su experiencia y su vivencia de la enfermedad
“Es urgente destinar mayores recursos e innovar en el desarrollo de los recursos asistenciales, siempre buscando la sostenibilidad del sistema de salud público a largo plazo y una atención de calidad a la ciudadanía”, afirmó Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes.
Además, expresan que la confianza que inspira el profesional sanitario es “imprescindible” para una mejor adherencia a las recomendaciones terapéuticas.
“Nos educan en la línea científico-técnica, pero los profesionales debemos ser conscientes de la importancia que tienen los aspectos relacionados con el ámbito psicosocial. Sería importante crear modelos de atención integrales que nos permitan acompañar al paciente a lo largo de su proceso y diseñar estrategias personalizadas”, afirmó la Dra. Arantza Álvarez de Arcaya, médico especialista en medicina interna del Hospital Clínico San Carlos.
Alberto Giménez: “Centrar la atención en el paciente para desde ahí tomar decisiones, no sólo contribuye a mejorar los resultados en salud, sino a ajustar los recursos a las necesidades ganando en eficiencia”
De acuerdo con la perspectiva de los pacientes, no debería faltar la valoración y medida de resultados relativos a: funcionalidad y calidad de vida; independencia; recuperación o mantenimiento del proyecto vital; detección precoz de la enfermedad o sus complicaciones; supervivencia; toma de decisiones compartidas; información, formación, capacitación, autocuidado y adopción de un estilo de vida saludable.
“La visión del paciente es importante y debe tenerse en cuenta en todos los niveles. Tener pacientes formados y empoderados forma parte del tratamiento”, recalcó Pilar Martínez Gimeno, presidenta de la Asociación de Diabetes Madrid.
Otros aspectos que valoran los pacientes son: el abordaje del impacto emocional que provoca la enfermedad mediante empatía, respeto, comprensión y escucha; accesibilidad a los profesionales, y a tratamientos o técnicas innovadoras; coordinación entre profesionales y continuidad asistencial, y atención a la persona cuidadora.
En este sentido, Rosa María Salazar de la Guerra, gerente del Hospital de Guadarrama, destacó la importancia de “hacer un acompañamiento efectivo” y “coordinar la relación entre las diferentes especialidades médicas” para evitar el “salto al vacío que experimentan los pacientes cuando reciben el alta” tras un ingreso en el hospital.
“No cabe la menor duda de que centrar la atención en el paciente para desde ahí tomar decisiones, no sólo contribuye a mejorar los resultados en salud, sino a ajustar los recursos a las necesidadesganando en eficiencia”, concluyó Alberto Giménez.