Gema Maldonado
El manejo de los pacientes de edad avanzada con VIH es una de las preocupaciones actuales de los médicos que llevan décadas tratando a las personas infectadas con el virus. Han visto cómo el avance de la ciencia les ha permitido pasar de una enfermedad mortal a gozar de una esperanza de vida similar a la de la población general. Pero, ¿con qué calidad de vida? Las comorbilidades que afectan a la población mayor también están presentes en estos pacientes, aunque “con más frecuencia y a una edad más temprana”, señala el Dr. José Ramón Arribas, especialista del Hospital Universitario La Paz de Madrid y uno de los más reputados expertos en VIH en España.
Aunque señala lo aprendido en estos años para incrementar la calidad de vida de estos pacientes de edad avanzada, reconoce que “aún hay mucho que aprender y mejorar” en este aspecto, que se convertirá en “una nueva frontera en la medicina del VIH cada vez más importante”. En una entrevista con iSanidad, el Dr. Arribas apunta las estrategias necesarias para tratar a estos pacientes mayores con VIH y para evitar las reinfecciones con virus de hepatitis C, y abre puertas a nuevas vías de investigación que puedan llevar al fin del VIH. Son aspectos que se trataron en programa de la octava edición del encuentro internacional Hibic (Hitos en Investigación Básica y Clínica en VIH/SIDA), que organizó Gilead hace un par de meses en Madrid, con la coordinación del Dr. Arribas junto a otros expertiso en VIH.
“Las personas mayores con VIH tienen problemas de salud similares a los de la población general de edad avanzada, pero tienden a ocurrir con más frecuencia y a una edad más temprana”
Las primeras generaciones de personas con VIH que llegan a una edad avanzada las están tratando ustedes, con sus comorbilidades, como el resto. ¿Qué han aprendido hasta ahora del manejo de estos pacientes mayores y qué cosas están por mejorar aún?
Los avances en el tratamiento del VIH han sido transformadores y nos han permitido alcanzar un hito importante: las personas con VIH ahora pueden esperar vivir tanto como las personas sin el virus, si se diagnostican y tratan a tiempo. Eso significa que, por primera vez, estamos tratando a una población de personas con VIH que están alcanzando la tercera edad. Esto plantea desafíos únicos y oportunidades para aprender.
Lo que hemos aprendido hasta ahora es que las personas mayores con VIH presentan una serie de comorbilidades específicas. Las más comunes incluyen enfermedades cardiovasculares, diabetes, problemas hepáticos y renales, y ciertos tipos de cáncer. Muchos de estos problemas de salud son similares a los de la población general de edad avanzada, pero tienden a ocurrir con más frecuencia y a una edad más temprana en personas con VIH. Además, hay un riesgo elevado de condiciones de salud mental, como la depresión, y condiciones relacionadas con el envejecimiento, como la fragilidad y la demencia.
Es fundamental que el manejo de los pacientes mayores con VIH esté orientado hacia un enfoque de atención de salud integral
Es fundamental que el manejo de los pacientes mayores con VIH esté orientado hacia un enfoque de atención de salud integral. Esto incluye no solo el manejo continuado del VIH, sino también la prevención y el manejo de las comorbilidades, y la atención a las necesidades psicosociales de estos pacientes.
En cuanto a lo que aún queda por mejorar, un área clave es la detección y el manejo temprano de las comorbilidades. Las pautas actuales de tratamiento del VIH se centran principalmente en el control del virus, pero es importante que también aborden las comorbilidades que pueden surgir como resultado del envejecimiento con VIH. La educación y la formación de los profesionales de la salud también son fundamentales para mejorar la calidad de la atención a medida que la población de personas con VIH envejece.
“Aún hay mucho que aprender y mejorar en cuanto a cómo manejar las necesidades de salud de las personas mayores con VIH. Es una nueva frontera en la medicina del VIH que, con el tiempo, se volverá cada vez más importante“
Además, la investigación futura debe centrarse en cómo mejorar la calidad de vida de las personas mayores con VIH. Esto podría incluir el desarrollo de intervenciones para abordar los problemas de salud mental y las condiciones relacionadas con el envejecimiento, así como estrategias para promover el envejecimiento saludable en esta población.
En resumen, aunque hemos hecho grandes avances en el tratamiento y la atención del VIH, aún hay mucho que aprender y mejorar en cuanto a cómo manejar las necesidades de salud de las personas mayores con VIH. Es una nueva frontera en la medicina del VIH y una que, con el tiempo, se volverá cada vez más importante.
¿Evolucionan de forma diferente los pacientes mayores con VIH y comorbilidades respecto al resto de la población?
Sí, los pacientes mayores con VIH y comorbilidades tienden a evolucionar de manera diferente en comparación con la población general de la misma edad. Esto se debe a una combinación de factores relacionados tanto con el VIH en sí, como con los efectos a largo plazo de la terapia antirretroviral (TAR) y con los impactos más amplios de vivir con una enfermedad crónica a lo largo del tiempo.
“Los pacientes mayores con VIH y comorbilidades tienden a evolucionar de manera diferente en comparación con la población general de la misma edad”
El VIH por sí mismo puede acelerar el proceso de envejecimiento biológico, un fenómeno conocido como inmunosenescencia. Esto puede conducir a un inicio más temprano de enfermedades crónicas típicamente asociadas con la edad, como enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedad renal crónica y ciertos tipos de cáncer. Además, algunos medicamentos antirretrovirales pueden tener efectos secundarios a largo plazo que contribuyen a las comorbilidades, incluyendo problemas cardiovasculares y óseos. La toxicidad acumulada de años de tratamiento puede tener un impacto en la salud general de una persona.
Vivir con una enfermedad crónica como el VIH también puede tener efectos psicosociales que pueden impactar en la salud de un individuo. El estrés crónico, el estigma asociado con la enfermedad y las dificultades en el acceso a la atención de salud de calidad pueden contribuir a una peor salud en general y a un inicio más temprano de comorbilidades.
“El VIH puede acelerar la inmunosenescencia, los efectos secundarios a largo plazo de algunos antirretrovirales y estrés crónico y el estigma asociado con la enfermedad pueden contribuir a un inicio más temprano de las comorbilidades”
¿Cuáles son las principales comorbilidades que preocupan más a una persona que vive con el VIH?
Las personas con VIH tienen un riesgo mayor de desarrollar enfermedades del corazón, incluyendo enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular. Esto puede ser debido a la inflamación crónica causada por el VIH, así como a los efectos secundarios de algunos antirretrovirales.
También tienen un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer, incluyendo cáncer de pulmón, de hígado y determinados tipos de cáncer de piel. Esto puede ser debido a la inflamación crónica, así como a factores de riesgo compartidos, como el tabaquismo y la coinfección con otros virus.
“Tienen un riesgo mayor de desarrollar enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer, enfermedades hepáticas, osteoporósis, enfermedad renal, problemas de salud mental y trastornos neurocognitivos”
Muchas personas con VIH también están co-infectadas con hepatitis B o C, lo que puede llevar a enfermedad hepática crónica y cirrosis. También se pueden ver más afectados por la enfermedad renal, puesto que el VIH puede dañar los riñones, y algunos medicamentos antirretrovirales también pueden tener efectos secundarios renales.
La osteoporosis es una enfermedad para la que las personas con VIH tienen un mayor riesgo, también de fracturas óseas, lo que puede ser debido a la inflamación crónica, así como a los efectos secundarios de algunos antirretrovirales.
Problemas de salud mental y trastornos neurocognitivos también pueden ser más frecuentes. Las condiciones de salud mental, incluyendo depresión y ansiedad, son comunes en estos pacientes. Problemas que pueden ser tanto una reacción al diagnóstico y al manejo del VIH, como un efecto secundario del VIH y de algunos medicamentos antirretrovirales. El VIH también puede afectar al cerebro y causar problemas de memoria y concentración, conocidos como trastornos neurocognitivos asociados al VIH.
¿Cuál es el riesgo de infectarse de hepatitis C después de una terapia exitosa en personas que viven con VIH?
El estudio presentado en Hibic identificó varios factores que estaban asociados con un mayor riesgo de reinfección. Los hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres (HSH) que representaban una mayor proporción (≥85%) de la población del estudio tenían un riesgo más alto de reinfección (razón de tasas ajustada 2.66). Asimismo, los individuos con una infección reciente por el virus de la hepatitis C (VHC) también presentaban un mayor riesgo de reinfección (razón de tasas ajustada 2.22). Por otro lado, un mayor tiempo de seguimiento después del tratamiento se asoció con una disminución de la incidencia de reinfección.
“Es importante un seguimiento cuidados y la detección continua de VHC en personas que viven con VIH, especialmente en poblaciones de alto riesgo”
Estos resultados subrayan la importancia de un seguimiento cuidadoso y la detección continua de VHC en personas que viven con VIH, especialmente en poblaciones de alto riesgo como los HSH y las personas que se inyectan drogas. También subrayan la necesidad de estrategias de prevención de reinfección efectivas en estas poblaciones, lo que podría incluir la educación sobre reducción de riesgos, el acceso a programas de intercambio de agujas y jeringas para las personas que se inyectan drogas, y la promoción del sexo seguro.
La literatura científica ha documentado cuatro casos de pacientes con VIH que tras un trasplante de progenitores hematopoyéticos debido al cáncer hematológico que padecían han eliminado el virus. A partir de estos cuatro casos, ¿se están desarrollando otras vías que puedan llevar a una cura de la enfermedad?
Estos casos han abierto nuevas vías de investigación para la cura del VIH. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los trasplantes de células madre son procedimientos arriesgados y costosos que se reservan generalmente para afecciones graves como la leucemia. No son una opción práctica para la mayoría de las personas con VIH, especialmente porque los medicamentos antirretrovirales actuales pueden controlar el virus de manera efectiva.
“En lugar de buscar realizar trasplantes de células madre en todos los pacientes, los investigadores están estudiando cómo los hallazgos de estos casos pueden llevar a nuevas estrategias de tratamiento”
En lugar de buscar realizar trasplantes de células madre en todas las personas con VIH, los investigadores están estudiando cómo los hallazgos de estos casos pueden llevar a nuevas estrategias de tratamiento. Por ejemplo, se está investigando la edición genética, como la técnica CRISPR-Cas9, para modificar el gen CCR5 en las células del paciente con VIH, de manera similar a cómo el trasplante de células madre reemplazó las células del paciente con células que tenían la mutación CCR5.
Otra estrategia es el enfoque shock and kill (activar y eliminar), que tiene como objetivo reactivar las células latentes infectadas por el VIH (el reservorio de células que no son afectadas por los antirretrovirales y que pueden reactivar la infección si se interrumpe el tratamiento) y luego eliminarlas.
“Se están investigando los enfoques de inmunoterapia, que buscan fortalecer el sistema inmunológico del paciente para que pueda controlar el virus sin la necesidad de medicamentos antirretrovirales”
Además, se están investigando los enfoques de inmunoterapia, que buscan fortalecer el sistema inmunológico del paciente para que pueda controlar el VIH sin la necesidad de medicamentos antirretrovirales.
Por lo tanto, aunque los trasplantes de células madre en sí mismos probablemente no sean la clave para curar el VIH en la mayoría de los pacientes, los conocimientos adquiridos de estos casos están impulsando la investigación y abriendo nuevas vías hacia la cura. Sin embargo, aún estamos en las primeras etapas de esta investigación, y se necesitan más estudios para determinar si estos enfoques serán seguros y efectivos.