“Turandot” cierra la actual temporada de ópera del Teatro Real

Nada puede añadirse a la producción del Turandot de Puccini en la que han vuelto a intervenir Nicola Luisotti como director musical y Robert Wilson como director de escena, escenógrafo e iluminador

Fotografía: Javier del Real
Luis H. Serrano
El Teatro Real cierra su actual temporada de ópera con un título tan atractivo y singular como es el Turandot de Giacomo Puccini. Una ópera en tres actos preparada sobre el libreto en italiano de Giuseppe Adami y Renato Simoni, centrado en la obra teatral Turandotte de Carlo Gozzi. La prematura muerte de Puccini hizo que este título atravesara por numerosos y variados cambios hasta que se produjo su estreno en la Scala de Milán.

El verdadero origen del argumento de Turandot se remonta al poema titulado Las siete bellezas, escrito por el poeta persa Nezamí Ganyaví en el siglo XII. Un poema en el que se relata la historia de un príncipe persa que tenía 7 princesas, cada una procedente de un lugar diferente del imperio. Una de ellas, de origen ruso, no encontraba ningún hombre que fuera digno suyo, encerrándose por ello en una fortaleza y declarando que se entregaría al que la encontrara y pudiera resolver una serie de enigmas para, una vez resueltos, pasar por su puerta secreta guardada por misteriosas espadas que amenazaban con decapitar al “intrépido” que intentara atravesarla.

El verdadero origen del argumento de Turandot se remonta al poema titulado “Las siete bellezas”

En el siglo XIX la comedia de Gozzi fue recreada por el poeta y dramaturgo alemán Friedrich Schiller. Con el título Turandot, princesa de China, en 1802, Goethe y Schiller la llevaron a la escena en el teatro de Weimar. El libreto de la ópera de Puccini está basado en una traducción italiana de la misma. A comienzos de 1920 el periodista Renato Simone sugirió a Puccini componer una nueva ópera a partir del Turandotte de Gozzi. Cuando este releyó su texto se interesó rápidamente por él. Así, le indicó a Giuseppe Adami que comenzara a trabajar de nuevo en el reto de abordar el viejo tema, ya tratado en ocasiones anteriores.

En julio de 1920 el proyecto tomó forma y este Turandotte, fue tamizado por el nuevo criterio de Adami Simoni. La música de Puccini, permitió pasar del inicial cuento de hadas al de una atmósfera sombría y cruel. En marzo de 1924, Puccini, sin haber quedado satisfecho todavía, completó la ópera hasta el dueto final, Sin embargo, otros nuevos criterios hicieron posible el actual cambio de Turandot, que pasaría de ser una princesa de hielo a una princesa enamorada.

Nuevos criterios hicieron posible el actual cambio de Turandot pasando de tener una princesa de hielo princesa enamorada

Una de los pasajes más difíciles de la ópera se encuentra en el segundo acto. Se inicia con la frase In questa reggia, cuando Turandot explica la razón de su comportamiento. Musicalmente, esta parte exige una fuerte serie de sobreagudos a cargo de la soprano que, combinados con la capacidad wagneriana que requiere el personaje, la hacen particularmente difícil. En el tercer acto se encuentra otra de las arias más conocidas para  el tenor,  el superconocido Nessun dorma, que representa la victoria del amor sobre el odio, donde la guardia de Turandot clama que nadie se duerma para descifrar el nombre del joven héroe (Calaf).

Al reanudar meses después su trabajo, Puccini escogió la cuarta versión que hizo Adami del texto, pero al diagnosticársele también una grave enfermedad y morir pronto, se vio obligado igualmente a interrumpir  su preparación, sin conseguir tampoco finalizar el Turandot.

Puccini escogió la cuarta versión que hizo Adami del texto

Puccini dejó tan solo treinta y seis páginas con esbozos sobre su final. Pero presentó otras indicaciones para que Ricardo Zandonai terminara la ópera. Así, tras nuevas desavenencias sobre su desarrollo argumental, en julio de 1925, de acuerdo con los responsables de Casa Ricordi y Arturo Toscanini, elegido oportunamente por Puccini para estrenar su ópera, decidieron encargar su terminación al compositor Franco Alfano, que fue el que la finalizó a partir de las páginasinicialmente manuscritas junto a las cortas indicaciones dejadas por el propio Puccini, también antes de morir.

La verdadera preocupación de Ricordi no fue pensar en la calidad del trabajo de Alfano, sino en desear que el final sonara como si la hubiera preparado el propio Puccini. Así, esta edición tenía que ser perfecta. La versión tenía una duración aproximada de veintidós minutos, que Toscanini redujo a quince. Esta es la versión abreviada que suele representarse actualmente.

Puccini escogió la cuarta versión que hizo Adami del texto

Por si fuera poco, en 2002, el compositor Luciano Berio preparó también otro nuevo final para Turandot, recibido con críticas muy contradictorias. De aquí que la obra cuente de esta forma con tres finales. Tras esta interminable etapa de vicisitudes, Turandot pudo ser estrenada el 25 de abril de 1926 en la Scala de Milán.

Existen varias anécdotas del día del estreno. En primer lugar, que Mussolini rechazó estar presente en él porque Toscanini se negó a interpretar primero el himno fascista Giovinezza. Cuando la obra llegó a la mitad del acto tercero, tras las palabras Liú, poesía, la orquesta se detuvo, el director bajó la batuta y dirigiéndose al público dijo: Aquí concluye la ópera, porque en este punto murió el maestro. Dio por terminada la representación sin la parte final de Alfano que tuvo que esperar al día siguiente.

En 2002 Luciano Berio preparó también otro nuevo final para la obra que fue recibido con críticas muy contradictorias

Con la puesta en escena de esta genial obra se producen dos circunstancias especiales dentro del área técnica del teatro Real. La primera es la despedida de Andrés Máspero como director del Coro. La segunda fue  la dedicación de la función del 27 de junio al tenor Pedro Lavirgen, uno de los grandes intérpretes del personaje Calaf de su generación.

Puesta en escena
Nada puede añadirse a la producción del Turandot de Puccini en la que han vuelto a intervenir Nicola Luisotti como director musical y Robert Wilson como director de escena, escenógrafo e iluminador. Junto con el coro titular del teatro los pequeños cantores de la Jorcam y un seleccionado grupo de voces entre los que se encontraban nombres como: Anna Pirozzi (princesa Turandot); Jorge de León (Calaf); Vicenç Esteve (emperador); Adam Palka (Timur); Salomé Jicia (Liú).

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