Próximos retos del sistema, ¿quién se comerá el marrón?

Los profesionales reclaman una solución a la atención primaria, a la investigación, a la formación, mejorar la estabilidad laboral… demasiadas cosas por resolver

Luis de Haro. Director general de iSanidad
Los partidos están deseando llegar al Gobierno central sin pensar bien lo que sucederá cuando lleguen. Está claro que el que gobierne durante próxima legislatura se comerá un marrón ¿Por qué? Es evidente que la situación de crispación y enfrentamiento no ayuda a tener un diálogo tan constructivo como necesario. El sistema sanitario necesita un cambio que hay que afrontar.

Las listas de espera, la falta de profesionales, los medicamentos innovadores, la ampliación de la cartera de servicios, la tecnología sanitaria, la salud bucodental… Además, los profesionales reclaman una solución a la atención primaria, a la investigación, a la formación, a la conciliación, al burnout. Hay que parar la fuga de profesionales, mejorar la estabilidad laboral y controlar las agresiones. Son demasiados temas por resolver. Quien gobierne se comerá todo este marrón para el que hace falta dinero y tiempo, la dos cosas de las que adolece la política española.

Quien gobierne se comerá todo este marrón para el que hace falta dinero y tiempo, la dos cosas de las que adolece la política española

La nueva legislatura comienza con muchos problemas. Para empezar, sea quien sea, tendrá una exigua mayoría, lo que hará que se tengan que negociar las leyes y los acuerdos, pero mirando a los extremos, no al centro. Además, la política del gobierno deja un balance complicado en el entorno presupuestario. Hay un aumento fuerte de impuestos, de gasto y de deuda. La “fiesta” económica del Covid ha terminado y Europa no permite los desajustes que se han tenido en años anteriores. El ritmo de gasto ha sido superior al de los ingresos, y por tanto España ha seguido registrando un fuerte déficit público durante estos últimos años. Aparentemente los recortes, tan temidos, tendrán que aparecer.

Sin un acuerdo entre los partidos la presión mediática y política crecerá, y las dificultades también. Médicos, enfermeras, farmacéuticos, dentistas y pacientes tienen sus propios problemas, no van a esperar a la paz política. Presionarán a las comunidades para resolver o mejorar sus situaciones particulares. Las comunidades autónomas tienen transferidas las competencias sanitarias y de ellas depende gran parte del funcionamiento del sistema nacional de salud. Resolverán de forma independiente sus problemas aumentando las diferencias entre comunidades. Y mientras, el Ministerio se comerá el marrón de un país dividido que necesita una unidad que no existe.

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