Cristina Cebrián
Uno de los mayores retos en la investigación científica es encontrar una cura para el alzhéimer, la forma más frecuente de demencia en las personas mayores y que actualmente supone entre el 50% y el 70% de los pacientes con demencia en todo el mundo. Los científicos continúan trabajando para descubrir los cambios complejos que ocurren en el cerebro con la enfermedad de Alzheimer (EA). De hecho, investigadores de todo el mundo han logrado un gran avance para comprender mejor la enfermedad, aunque todavía se desconoce su causa principal.
Ahora, un equipo de investigadores de Japón trabaja en desarrollar una nueva vacuna dirigida a las células cerebrales inflamadas asociadas con la enfermedad de Alzheimer y que podría ser la clave para prevenir o modificar el curso de la patología. Los resultados de la investigación preliminar se presentaron recientemente durante las Sesiones Científicas de Ciencias Cardiovasculares Básicas 2023 de la Asociación Americana del Corazón.
“La novedosa prueba de la vacuna de nuestro estudio en ratones apunta a una posible forma de prevenir o modificar la enfermedad. El reto futuro será lograr resultados similares en humanos”, afirma la Dra. Chieh-Lun Hsiao, autora principal del estudio y becaria posdoctoral del departamento de biología y medicina cardiovascular de la Facultad de Medicina de la Universidad Juntendo de Tokio. “Si la vacuna pudiera demostrar su eficacia en humanos, sería un gran paso adelante para retrasar la progresión de la enfermedad o incluso prevenirla”, añade.
Dra. Chieh-Lun Hsiao: “La prueba de la vacuna de nuestro estudio en ratones apunta a una posible forma de prevenir o modificar la enfermedad. El reto futuro será lograr resultados similares en humanos”
Anteriormente, investigadores de esta misma Facultad de Medicina desarrollaron una vacuna para eliminar las células senescentes que expresaba la glicoproteína asociada a la senescencia (SAGP). Se trata de una vacuna senolítica que mejoraba varias enfermedades relacionadas con la edad, como la aterosclerosis y la diabetes de tipo 2 en ratones. Otro estudio también descubrió que las SAGP están muy expresadas en las células gliales de las personas con EA. Basándose en los resultados de estos estudios, ahora los investigadores probaron esta vacuna en ratones para tratar el alzhéimer con células sobreexpresadas en SAGP.
En concreto, los autores crearon un modelo de ratón con enfermedad de Alzheimer que imita un cerebro humano y simula la patología de la enfermedad inducida por el beta amiloide. Para comprobar la eficacia de la vacuna SAGP, trataron a los ratones con una vacuna de control o con la vacuna SAGP a los dos y cuatro meses de edad.
Microglía, una posible causa del alzhéimer
También se demostró que la proteína SAGP se localizaba muy cerca de unas células cerebrales especializadas llamadas microglía, que desempeñan un papel en la defensa inmunitaria del sistema nervioso central. La microglía ayuda a eliminar la placa dañina formada por proteínas; sin embargo, también desencadena una inflamación cerebral que puede dañar las neuronas y empeorar el deterioro cognitivo de una persona, lo que podría ser una de las causas del desarrollo de la EA.
La proteína SAGP está muy elevada en la microglía, lo que significa que esta es una célula muy importante en la enfermedad de Alzheimer
Según los autores de este estudio, otras investigaciones anteriores sugieren que la proteína SAGP está muy elevada en la microglía, lo que significa que esta es una célula muy importante en la enfermedad de Alzheimer. “Si se elimina la microglía en estado de activación, también se puede controlar la inflamación del cerebro. Una vacuna podría dirigirse a la microglía activada y eliminar estas células tóxicas, reparando en última instancia los déficits de comportamiento que sufre la enfermedad de Alzheimer“, explica la Dra. Hsiao.
Ansiedad y reducción de depósitos de amiloide
Normalmente, las personas en la última fase de la enfermedad carecen de ansiedad, lo que significa que no son conscientes de las cosas que les rodean. Los ratones que recibieron la vacuna presentaban ansiedad, por lo que eran más precavidos y más conscientes de las cosas que les rodeaban. Los investigadores explican que este signo podría indicar una disminución de la enfermedad. Además, también se redujeron varios biomarcadores inflamatorios de la EA.
Los investigadores japoneses comprobaron que la vacuna SAGP redujo significativamente los depósitos de amiloide en el tejido cerebral situado en la región de la corteza cerebral
Por otro lado, los investigadores japoneses comprobaron que la vacuna SAGP redujo significativamente los depósitos de amiloide en el tejido cerebral situado en la región de la corteza cerebral, responsable del procesamiento del lenguaje, la atención y la resolución de problemas. Además, se observó una disminución del tamaño de las células astrocitarias (el tipo de célula glial más abundante en el cerebro y una molécula inflamatoria específica) en los ratones que recibieron la vacuna. También se observó una reducción de otros biomarcadores inflamatorios, lo que implica que la inflamación en el cerebro mejoró en respuesta a la vacuna SAGP.
“Estudios anteriores con distintas vacunas para tratar la EA en modelos de ratón han logrado reducir los depósitos de placa amiloide y los factores inflamatorios. Sin embargo, lo que diferencia a nuestro estudio es que nuestra vacuna SAGP también alteró a mejor el comportamiento de estos ratones“, concluye la Dra. Hsiao.