Redacción
Se ha demostrado que las revisiones médicas son eficaces en la prevención de la muerte súbita de origen cardíaco. Estos reconocimientos deben estar enfocados a la detección de las enfermedades cardíacas que, con frecuencia, generan este problema.
Muchos deportistas no siguen un adecuado control de su salud cardiovascular. Se someten a esfuerzos físicos extremos sin haber comprobado antes si su corazón está preparado para soportarlos. La población no es consciente de que existen cardiopatías de curso asintomático que al ser sometidas a un esfuerzo físico extenuante pueden desencadenar complicaciones fatales. El caso más grave es la muerte súbita producida durante la práctica deportiva, pudiendo ocurrir en todas las franjas de edad, y afectando tanto a deportistas de nivel competitivo como recreacional.
El caso más grave es la muerte súbita producida durante la práctica deportiva, que puede afectar tanto a deportistas de nivel competitivo como recreacional
En comparación con individuos de la misma edad, los deportistas parecen tener un mayor riesgo de muerte súbita cardíaca. Se estima que entre los deportistas menores de 35 años de edad la incidencia anual de muerte súbita cardíaca es de 0,7 a 3,0 por cada 100.000 atletas. Los deportistas de mayor edad presentan una mayor incidencia de muerte súbita cardíaca, y en este subgrupo los principales factores de riesgo son la edad y la intensidad del ejercicio realizado.
En los deportistas jóvenes las principales causas de muerte súbita cardíaca son los trastornos aritmogénicos hereditarios (miocardiopatías y canalopatías), y la enfermedad coronaria (congénita y adquirida). Los datos del Registro de muerte súbita en atletas estadounidenses muestran que las cardiopatías causales más frecuentes halladas en deportistas menores de 40 años son la miocardiopatía hipertrófica (36%), las anomalías congénitas de las arterias coronarias (17%), la miocarditis (6%), la displasia aritmogénica del ventrículo derecho (4%) y las canalopatías (3,6%). En cambio, en los deportistas de mayor edad la enfermedad coronaria aterosclerótica pasa a ser responsable de más de la mitad de los casos.