Cáncer hematológico en España: en 2024 se diagnosticarán cerca de 29.000 casos

La Red Española de Registros de Cáncer y la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) han presentado por primera vez estimaciones de incidencia, análisis de la supervivencia y detección de tendencias para los diferentes cánceres hematológicos en España

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P.M.S
La Red Española de Registros de Cáncer (Redecan) y la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) estiman que en 2024 se diagnosticarán 28.657 casos cáncer hematológico en España, una tasa de 55,9 casos por 100.000 habitantes y año. De esta cifra, las neoplasias linfoides representarán 19.900 casos y las neoplasias mieloides 8.611 casos. Estas cifras han sido obtenidas a partir de los casos de cáncer registrados en la cuarta edición de la base de datos de Redecan y las cifras de población del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Del total de nuevos diagnósticos, las neoplasias linfoides representarán 19.900 casos, y las neoplasias mieloides, 8.611 casos

El proyecto colaborativo HematoRedecan surgió en 2021 como una iniciativa interna de Redecan con el objetivo de analizar los indicadores epidemiológicos de los cánceres hematológicos en España. Los principales indicadores epidemiológicos que se analizan en este proyecto son la incidencia y la supervivencia, así como las tendencias de estos cánceres, utilizando los datos de los registros poblacionales de cáncer españoles. “En España solo tenemos 15 registros poblacionales de cáncer y cubrimos un 26% de la población“, ha explicado el Dr. Rafael Marcos-Gragera, facultativo de la Unidad de Epidemiología y Registro de Cáncer de Girona (Pla director d’Oncologia-ICO-Girona) y coordinador del grupo de investigación HematoRedecan. “Si juntamos todos los tumores hematológicos serían el quinto tumor más frecuente en España“, ha añadido.

Estimaciones de incidencia y supervivencia

Los cánceres hematológicos se dividen en tres grandes grupos: las neoplasias linfoides, las neoplasias mieloides y las histiocitosis. Respecto a la incidencia, las neoplasias linfoides son las más frecuentes, representando el 69% del total de neoplasias hematológicas estimadas para 2024. Las neoplasias linfoides con mayor incidencia serán las neoplasias linfoides de células B maduras, que representan el 80% del total, seguido del linfoma de Hodgkin (8%), las neoplasias de células T y células NK (6%) y, finalmente, de las neoplasias linfoides de células precursoras (3%) y las neoplasias linfoides inespecíficas (3%). Dentro de las neoplasias linfoides de células B maduras, la mayor incidencia corresponderá al linfoma difuso de células B grandes (28%), al mieloma múltiple (19%), al linfoma folicular (18%) y a la leucemia linfocítica crónica (15%).

Las neoplasias linfoides con mayor incidencia serán las de células B maduras, que representan el 80% del total, seguido del linfoma de Hodgkin (8%)

Por otro lado, las neoplasias mieloides representarán el 30% del total de las neoplasias hematológicas, siendo las más frecuentes las neoplasias mieloproliferativas (36%) como la trombocitemia esencial, la policitemia vera y la mielofibrosis primaria, los síndromes mielodisplásicos (28%) y las leucemias mieloides agudas (23%).

En cuanto a la supervivencia neta, Rafael Marcos Gragera ha señalado que “es una estimación estadística de la supervivencia, exclusivamente para el cáncer, sin tener en cuenta otras causas de muerte“. Según los datos presentados, la supervivencia neta a los cinco años del diagnóstico en España es del 65% para las neoplasias linfoides. Las mujeres presentan cifras más altas de supervivencia (67,3%) frente a los hombres (63,2%). Además, se observan diferencias por edades, con supervivencias por encima del 80% en los más jóvenes y menores al 50% en los mayores de 69 años. Los datos muestran una ligera mejora en el pronostico de estos cánceres en los últimos años, pasando del 62,1% de supervivencia del 2002-2006 al 66,6% entre los años 2012-2016.

Las neoplasias mieloides más frecuentes serán las neoplasias mieloproliferativas (36%), los síndromes mielodisplásicos (28%) y las leucemias mieloides agudas (23%)

Los linfomas de Hodgkin presentan un mejor pronóstico, con una supervivencia neta de 82,9% a los cinco años del diagnóstico, comparado con el 63,3% del resto de neoplasias linfoides. Los subgrupos de neoplasias de células B maduras y neoplasias de células T y células NK presentan una supervivencia del 65% a los cinco años del diagnóstico. En cambio, las neoplasias de células precursoras y las inespecíficas presentan supervivencias menores, de 57,1% y 37,9%, respectivamente. En general todos estos subgrupos tienen un buen pronóstico en gente joven y en mujeres, con supervivencias por encima del 73% para el grupo entre 0-19 años y, aproximadamente, de un 5% más de probabilidad de supervivencia en mujeres que en hombres.

Respecto a las neoplasias mieloides, la supervivencia neta es del 49% a los cinco años, y la tasa de supervivencia más alta la tiene el grupo con mayor incidencia, que se corresponde a las neoplasias mieloproliferativas, con un 80,7% a los cinco años. En segundo lugar, están los síndromes mielodisplásicos (SMD), con una tasa de supervivencia estimada en 37,8%. Por su parte, la leucemia mieloide aguda cuenta con una tasa de supervivencia del 23,9%. En todos los casos, dicha supervivencia es mayor en mujeres que en hombres.

La supervivencia neta a los cinco años es del 65% en las neoplasias linfoides y del 49% en las neoplasias mieloides

Futuro esperanzador del cáncer hematológico

La Dra. María Victoria Mateos, presidenta de la SEHH y hematóloga experta en mieloma múltiple del Hospital Universitario de Salamanca, ha abordado la evolución del mieloma múltiple. “En las últimas dos décadas hemos asistido a un gran avance en su abordaje, gracias a que conocemos mucho mejor la enfermedad desde el punto de vista biológico y a la llegada de una gran cantidad de nuevos fármacos para tratarla. El resultado es un aumento muy significativo de la supervivencia de los pacientes con mieloma múltiple. Hace veinte años dicha supervivencia no superaba los dos años y ahora mismo tenemos pacientes que viven más de diez”, ha resaltado.

“Aunque sigue siendo incurable, los hematólogos tenemos el objetivo de conseguir su curación y, con toda esta innovación y la que está por llegar, lo vamos a conseguir”, ha destacado. En relación a la prevención, además de las estrategias ya conocidas, la Dra. Mateos ha abogado porincorporar todas las estrategias de inteligencia artificial para identificar nuevos factores de riesgo que se desconocen y poder actuar sobre ellos”.

Dra. Mateos (SEHH): “Hace veinte años la supervivencia en mieloma múltiple no superaba los dos años y ahora mismo tenemos pacientes que viven más de diez”

Además, la Dra. Mateos ha insistido en la importancia de que “los nuevos tratamientos lleguen de la manera correcta y lo antes posible a nuestros pacientes”. El Dr. Alejandro Martín García-Sancho, secretario del Comité Científico del Grupo Español de Linfomas y Trasplante Autólogo de Médula Ósea (Geltamo), de la SEHH, y hematólogo experto en linfomas del Hospital Universitario de Salamanca, ha coincidido en esta demanda. “Debemos seguir apostando por la investigación, y promover y facilitar la realización de ensayos clínicos en los centros españoles, punteros a nivel mundial, e incidir en la necesidad de acortar los tiempos de espera para disponer en España de tratamientos innovadores, como está ocurriendo con las terapias CAR-T en algunas de sus indicaciones aprobadas en Europa”.

En relación a los linfomas, el Dr. García Sancho ha señalado que “las opciones de tratamiento tradicionales (quimioterapia o trasplante de médula ósea) están quedando relegadas ante los buenos resultados de la inmunoterapia, los tratamientos basados en anticuerpos monoclonales o pequeñas moléculas con efecto diana”. En el caso del linfoma difuso de células B grandes, el más frecuente, ha resaltado que “la incorporación de un fármaco inmunoconjugado a la primera línea, ha conseguido mejorar los resultados del tratamiento estándar en los últimos 20 años. Además, la inmunoterapia con células CAR-T ha demostrado ser más eficaz que el trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos en pacientes refractarios al tratamiento de primera línea o que recaen precozmente. De hecho, la incorporación de la terapia CAR-T ha supuesto, posiblemente, el mayor avance en el tratamiento de este tipo de linfoma”.

Dr. García Sancho: “La incorporación de la terapia CAR-T ha supuesto, posiblemente, el mayor avance en el tratamiento del linfoma difuso de células B grandes”

Por su parte, la Dra. Josefina Serrano, hematóloga experta en leucemia mieloide aguda del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, ha hablado sobre la leucemia aguda mieloblástica (LAM). La incidencia de esta enfermedad ha aumentado en más de un 20% en las dos últimas décadas debido al aumento de la población y su envejecimiento hasta representar un 40% de todas las leucemias en el mundo occidental. La base del tratamiento en pacientes con LAM, hasta los 70 años y sin comorbilidades, sigue siendo la quimioterapia intensiva.

En los últimos años, hemos venido asistiendo a la incorporación de una decena de nuevos agentes con mecanismos de acción diferentes y que nos están permitiendo personalizar los esquemas terapéuticos con nuevos agentes dirigidos/específicos según el perfil genético de la LAM, mejorar las opciones de tratamiento de los subtipos de riesgo desfavorable y considerar nuevos escenarios de tratamiento”, ha indicado la Dra. Serrano. Igualmente, ha destacado que “los cánceres hematológicos ahora mismo son los mejor tipificados molecular y genéticamente de todos los cánceres” y ha insistido en la necesidad de un “registro de cáncer a nivel nacional que incorpore datos reales hematológicos”.

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