Romina González Galetto, directora regional de Iberia y Francia de Hootsuite
En la era digital en la que vivimos, las redes sociales han revolucionado la forma en que nos comunicamos, compartimos información y nos conectamos con el mundo que nos rodea. Si bien inicialmente se asociaron con la interacción social y el entretenimiento, las redes sociales han demostrado tener un impacto significativo en diversos campos, incluido el sector sanitario.
Sin embargo, los bulos han emergido como una preocupante amenaza para la veracidad y la información confiable. Tanto es así que según la encuesta de desinformación científica, realizada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt), el 60% de los encuestados asegura haber visto bulos sobre ciencia y salud en redes sociales.
Es crucial reconocer y analizar los beneficios que estas plataformas pueden aportar a la atención médica y al bienestar de las personas
En este sentido, es crucial reconocer y analizar los beneficios que estas plataformas pueden aportar a la atención médica y al bienestar de las personas. Desde la difusión de información médica, hasta el apoyo a pacientes y la promoción de un estilo de vida saludable, las redes sociales están desempeñando un papel cada vez más esencial en la promoción de la salud y la construcción de comunidades online.
Además, pueden permitir ofrecer información sobre salud y bienestar con base científica a millones de personas de todo el mundo. Así pues, entre los beneficios de utilizar las redes sociales de manera efectiva para el cuidado de la salud se incluye la creación de conciencia para sensibilizar a la opinión pública sobre los problemas de salud nuevos, emergentes y anuales, ya que las redes sociales son vitales. Esto puede ser tan sencillo como recordar a los seguidores prácticas sanitarias de sentido común, o puede ser tan complejo como planificar campañas estacionales y dar a conocer enfermedades, tendencias y otras cuestiones sanitarias.
Otro de los beneficios es que ayudan a combatir la desinformación. Por desgracia, hay mucha desinformación en lo que respecta a la atención sanitaria. Por suerte la mayoría de la población es muy consciente de ello y a menudo pueden detectarlas. Pero, ¿cómo podemos identificar la desinformación? La OMS recomienda siete pasos para navegar por la marea de información y evaluar en quién se puede confiar y en quién no. Estos son algunos de ellos: evaluar la fuente de información, identificar al autor, comprobar la fecha o recurrir a verificadores de hechos.
Las redes sociales ofrecen a los profesionales sanitarios una forma de interactuar con el público, esencial para responder a preguntas comunes sobre salud
Por otro lado, las redes sociales permiten una comunicación de crisis. Las redes sociales son el lugar clave para compartir información de última hora, especialmente cuando se trata de acontecimientos de interés público. En la actualidad tienen un alcance mayor y más rápido que los medios de comunicación tradicionales (como la televisión y los periódicos), por lo que son un medio excelente para proporcionar información actualizada en tiempo real directamente al público, sobre todo en una situación que cambia constantemente.
Finalmente, ayudan a responder a preguntas frecuentes. Estas plataformas ofrecen a los profesionales sanitarios una forma de interactuar con el público, lo que es esencial ya que responder a preguntas comunes sobre salud evita que la gente se autodiagnostique y les da tranquilidad. Por eso la información objetiva de las autoridades sanitarias es vital para abordar problemas de salud comunes. Por ejemplo, la OMS desarrolló un chatbot para Facebook Messenger que remite a fuentes fiables y ayuda a los usuarios a contrarrestar la desinformación.
Desde el intercambio de información médica confiable hasta la creación de comunidades solidarias para pacientes y profesionales de la salud, estas plataformas han logrado trascender su papel inicial como plataformas de entretenimiento para convertirse en aliados poderosos en la promoción de la salud y el bienestar. En conclusión, las redes sociales están demostrando ser una herramienta valiosa y de múltiples facetas en el sector sanitario. Sin embargo, es esencial utilizarlas con precaución, verificando la información y manteniendo un enfoque equilibrado en el bienestar personal.