Dr. Miguel Álvarez de Mon: “Es fundamental pedir ayuda cuando la persona no logra reducir el consumo de alcohol”

Psiquiatra en el Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid

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Cristina Cebrián
En España existe una cultura muy arraigada sobre el consumo de alcohol en reuniones familiares, entre amigos, comidas de trabajo, celebraciones y un largo etcétera. Aunque esto no parece alarmante, sí preocupa el hecho de que el consumo excesivo de alcohol aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades psiquiátricas a largo plazo. Además, puede empeorar los síntomas en quienes ya padecen algún trastorno mental. Para el Dr. Miguel Álvarez de Mon, psiquiatra en el Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid, es fundamental pedir ayuda cuando la persona siente la necesidad de reducir ese consumo, pero no logra hacerlo.

El especialista acaba de aterrizar en Harvard (EE. UU.) como parte del equipo investigador que está detrás del proyecto Unati, un ambicioso estudio con el que pretenden reclutar a 10.000 pacientes para evaluar un consejo de consumo moderado de alcohol frente a un consejo de abstención sobre enfermedades graves (incluyendo depresión o deterioro cognitivo) y mortalidad.

¿Qué impacto tiene el consumo de alcohol en la salud mental?
El impacto del consumo de alcohol en la salud mental es un tema de gran relevancia debido a sus consecuencias en el bienestar psicológico y emocional de las personas. Si bien el alcohol es una sustancia legal y ampliamente consumida, su abuso y consumo excesivo suelen tener efectos perjudiciales en la salud mental.

Las personas que beben en exceso tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad, depresión o ideación autolítica

El alcohol actúa como un depresor del sistema nervioso central. A corto plazo, puede inducir una sensación de euforia y relajación, lo que puede llevar a su uso como una forma de aliviar temporalmente la ansiedad o cualquier otra forma de malestar emocional. Sin embargo, estos efectos son temporales y a menudo seguidos por una “resaca” que puede incluir empeoramiento de la ansiedad, tristeza, irritabilidad o sensación de vacío.

Uno de los impactos más notorios del consumo excesivo de alcohol en la salud mental es el aumento del riesgo de trastornos psiquiátricos. Las personas que beben en exceso tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad, depresión o ideación autolítica. Además, el alcohol puede empeorar los síntomas de la mayoría de las enfermedades psiquiátricas en aquellos que ya las padecen, e interferir con la medicación. Por otro lado, el consumo perjudicial de alcohol nubla el juicio y reduce la capacidad de pensar con claridad, lo que hace que las personas sean menos capaces de buscar ayuda en momentos de crisis.

En resumen, el consumo excesivo de alcohol tiene un impacto negativo en la salud mental. A corto plazo, puede parecer una forma de aliviar el malestar, pero a largo plazo, aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades psiquiátricas y empeora los síntomas en quienes ya los padecen.

¿En qué momento la persona afectada debe buscar ayuda?
La persona afectada por problemas relacionados con el alcohol debe buscar ayuda en cuanto reconozca, o cualquiera de sus familiares o amigos, cualquier señal de que el alcohol está teniendo un impacto negativo en su vida. No es recomendable esperar a que la situación empeore significativamente antes de buscar apoyo.

Es importante normalizar las visitas de revisión al psiquiatra, al igual que se hacen visitas de revisión a otros médicos. De hecho, la atención preventiva en salud mental es crucial para identificar y abordar problemas en sus etapas iniciales

Me parece fundamental consultar si una persona ha sentido la necesidad de reducir el consumo de alcohol y no ha sido capaz, si alguna vez se ha sentido molesto o irritado ante el comentario de alguna persona cercana recomendándole reducir la ingesta, si su funcionamiento familiar, profesional o social se ha visto perjudicado por el alcohol, si piensa demasiado en alcohol, si miente u oculta su consumo de alcohol a alguna persona cercana o si comienza a tener problemas físicos, como alteraciones analíticas, a causa del alcohol.

En cualquier caso, es importante normalizar las visitas de revisión al psiquiatra, al igual que se hacen visitas de revisión a otros médicos. De hecho, la atención preventiva en salud mental es crucial para identificar y abordar problemas en sus etapas iniciales, promover el bienestar emocional y prevenir el desarrollo de trastornos mentales graves.

Cuando el consumo de alcohol se inicia en la adolescencia, ¿puede agravarse el riesgo de presentar trastornos mentales en la edad adulta?
Sí. Esto se debe a una serie de factores y vulnerabilidades asociadas al consumo temprano de alcohol. En primer lugar, el cerebro de los adolescentes está en una etapa de desarrollo crítico y el consumo de alcohol durante esta fase puede interferir con la formación y la maduración del cerebro. Por otro lado, el inicio temprano del consumo de alcohol aumenta el riesgo de desarrollar problemas de abuso o dependencia del alcohol en la adultez.

Diferenciar el consumo saludable de alcohol del perjudicial es crucial. Habitualmente para diferenciar entre uno y otro nos centramos en la cantidad, pero me parece más importante el patrón de consumo

En tercer lugar, y a mí personalmente me preocupa mucho, el alcohol puede interferir en el desarrollo de habilidad sociales y emocionales, lo que a largo plazo tiene consecuencias negativas para la salud mental. Finalmente, no hay que olvidar que los adolescentes que consumen alcohol a una edad temprana tienen más riesgo de practicar comportamientos de riesgo.

Nueve de cada diez españoles de 15 a 64 años tomó alcohol alguna vez en su vida, según la encuesta EDADES de 2022 del Ministerio de Sanidad. ¿Qué hace falta para concienciar a la población sobre el peligro de un consumo excesivo?
En mi opinión tampoco hay que ser alarmistas. No me preocupa que 9 de cada 10 españoles haya tomado alcohol alguna vez en su vida. Sinceramente, me parece normal. Lo que me parece importante es educar para evitar el consumo perjudicial. Diferenciar el consumo saludable de alcohol del perjudicial es crucial. Habitualmente para diferenciar entre uno y otro nos centramos en la cantidad, pero me parece más importante el patrón de consumo.

En los botellones el alcohol tiende a emplearse como droga psicoactiva para desinhibirse o para tapar otros problemas, como timidez o inseguridad personal

Es muy distinto consumir bebidas alcohólicas como parte del patrón alimentario (por ejemplo: en las comidas o cenas) que en atracones. Lo más perjudicial, claramente, son los atracones, que desgraciadamente son muy habituales en nuestra cultura. Es una pena que la mayor parte del entretenimiento de los jóvenes gire en torno al botellón. En los botellones el alcohol tiende a emplearse como droga psicoactiva para desinhibirse o para tapar otros problemas, como timidez o inseguridad personal, que no se afrontan y por tanto seguirán creciendo al seguir tapados por las copas.

¿Qué importancia tiene el papel de los psiquiatras cuando se encuentran con pacientes con trastornos mentales asociados al consumo de alcohol?
Me parece que jugamos un papel fundamental. Al menos, tenemos la responsabilidad de jugarlo. El consumo de alcohol afecta a cada persona de manera diferente y, lo que puede ser un consumo saludable para una persona, puede no serlo para otra. Es muy importante abordar en consulta cuáles con las situaciones o contextos en los que el paciente consume alcohol. No tiene nada que ver tomar alcohol en celebraciones que beber solo como estrategia para afrontar la ansiedad o la tristeza. También es fundamental mantener el control sobre el alcohol, y no al revés. Si una persona se propone no tomar alcohol en una determinada situación o durante un determinado periodo de tiempo y claudica, probablemente tenga un problema con el alcohol.

Debemos aprender mejor cuáles son los mecanismos físicos y psicológicos sobre cómo afecta el alcohol a la salud mental, cómo interactúa con los neurotransmisores y cómo afectan los distintos tipos de alcohol a la salud mental

Cuando ya tenemos al paciente delante es fundamental motivarle y convencerle de que el cambio es posible. Con el paso del tiempo, si abandona el alcohol, la propia mejoría física y psicológica serán el mayor aliciente para mantener la abstinencia. Pero es fundamental prevenir las recurrencias abordando los problemas de base. Es un error pensar que lograr la abstinencia es la meta. Cuando una persona tiene un trastorno mental asociado al consumo de alcohol la abstinencia es el camino, pero no la meta para resolver el problema.

¿Se necesita más investigación clínica sobre la relación entre el consumo de alcohol y la salud mental? ¿Qué puede aportar la ciencia en este sentido?
Totalmente. Existen todavía demasiadas incógnitas y controversia en cuanto a la cantidad de consumo de alcohol recomendada, la edad recomendable para comenzar a consumir alcohol, etc.  Por ejemplo, hay muchos médicos que apoyan la abstinencia como la opción más saludable debido al impacto nocivo global del alcohol. Mientras que otros, respaldados por investigaciones de nivel, defienden que una ingesta moderada es permisible. Mis colegas psiquiatras que se posicionan a favor de un consumo moderado, suelen argumentar que en España socializamos mucho entorno al alcohol y, sin lugar a dudas, fortalecer los vínculos interpersonales es muy importante para nuestro bienestar.

Debemos aprender mejor cuáles son los mecanismos físicos y psicológicos sobre cómo afecta el alcohol a la salud mental, de cómo interactúa con los neurotransmisores

En cualquier caso, debemos aprender mejor cuáles son los mecanismos físicos y psicológicos sobre cómo afecta el alcohol a la salud mental, de cómo interactúa con los neurotransmisores, cómo afectan los distintos tipos de alcohol a la salud mental (no tienen el mismo efecto sobre la salud mental la cerveza, el vino y los destilados) o cómo mejorar las intervenciones y personalizar mejor el tratamiento. Cualquier investigación en este campo es crucial porque el alcohol está muy presente en nuestra cultura y, por tanto, en nuestras vidas.

¿En qué consiste el proyecto Unati en el que va a comenzar a trabajar en Harvard?
El objetivo de mi estancia de investigación en Harvard es involucrarme en la preparación del proyecto Unati. Se trata de un ensayo clínico aleatorizado de no inferioridad para evaluar un consejo de consumo moderado de alcohol frente a un consejo de abstención sobre enfermedades graves (incluyendo depresión o deterioro cognitivo) y mortalidad. El objetivo es reclutar a 10.000 pacientes, lo cual puede parecer muy ambicioso, pero creo que lo lograremos porque a día de hoy ya hay más de 300 médicos registrados como reclutadores.

El ensayo clínico comenzará en 2024, será multicéntrico, con cuatro años de seguimiento y, aunque se realizará en España, el investigador principal, el Dr. Martínez-González, y el comité científico asesor están en Harvard por lo que lo estamos preparando desde aquí. A nivel personal, estoy muy ilusionado con el proyecto porque me parece muy necesario.

El ensayo clínico Unati, que comenzará en 2024, evaluará un consejo de consumo moderado de alcohol frente a un consejo de abstención sobre enfermedades graves y mortalidad

Además, el profesor Martínez-González ha sido el investigador principal de la cohorte SUN, de PREDIMED y PREDIMED-Plus, los mayores ensayos sobre dieta y salud realizados en Europa, durante muchos años. Por lo que, tanto él como su equipo, tienen experiencia en sacar adelante proyectos de esta envergadura. De hecho, en 2023 le concedieron el Premio Nacional de Investigación Gregorio Marañón, el reconocimiento más importante de España en el campo de la investigación científica.

Aun así, va a ser un grandísimo reto. Para entender la magnitud del proyecto, basta con leer un ensayo clínico publicado en 2020 en The New England Journal of Medicine por Voskoboinik y colaboradores. Este ensayo en el que se siguió a los participantes durante seis meses, concluyó que en 140 bebedores aleatorizados a abstenerse/reducir la ingesta de alcohol o a mantener su ingesta habitual de alcohol, el grupo de “abstención/reducción” logró disminuir sustancialmente la ingesta media de alcohol, con una alta proporción de abstención.

Ese pequeño pero exitoso ensayo clínico también respalda la viabilidad del ensayo Unati. Además, este proyecto está avalado por una beca muy bien dotada del European Research Council, la principal agencia pública de financiación de la investigación científica en Europa, lo que refleja lo prioritario que se considera este tema ahora mismo.

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