G.M.
No son medidas farmacológicas, sin embargo, el ejercicio físico y la nutrición, junto con el abordaje psicológico, son para Alberto Pérez-López “tres herramientas preventivas y de tratamiento primordiales para una gran cantidad de patologías”, sin embargo, “no se les ha dado la importancia que merecen”. Pérez-López, doctor en Ciencias de la Salud e investigador de la Universidad de Alcalá de Henares espera tener en unos meses los resultados de una investigación sobre los efectos prolongados de la combinación de cafeína y entrenamiento con ejercicio de fuerza para prevenir la fragilidad.
Un trabajo que financia con el segundo premio de las Ayudas a la Investigación en Nutrición concedido el pasado mes de marzo por Herbalife e iSanidad. Junto a su equipo, analiza si hay mayores mejores en los niveles de fuerza combinando este tipo de ejercicio con suplementos que llevan cafeína, tanto en personas jóvenes como en mayores de 55 años. Una investigación cuyos resultados espera que pronto “lleguen a la gente”.
¿Hasta ahora qué evidencias hay de que la combinación de cafeína y entrenamiento de fuerza puede ser importante en la prevención de la fragilidad?
Cuando planteamos el estudio solo existía una investigación, hecha también por compañeros de Madrid, que había analizado el efecto del entrenamiento de fuerza combinado con la cafeína, pero tiene un enfoque más centrado en el rendimiento deportivo y no tanto desde una perspectiva de salud. Nuestro proyecto es, inicialmente, el primero que busca analizar la interacción entre cafeína y entrenamiento de fuerza con un enfoque centrado en la salud.
“Combinar ejercicio de fuerza, que es muy importante en personas mayores para combatir la dinapenia y la sarcopenia, con la cafeína para maximizar las ganacias de fuerza puede ser muy útil y aplicable a la población en riesgo de fragilidad”
Desde el ámbito del rendimiento deportivo se ha visto que la cafeína provoca un efecto ergogénico mejorando algunas capacidades físicas básicas como la resistencia o la producción de fuerza. Esto tiene aplicaciones muy interesantes porque puede ayudar a multitud de deportistas de diferentes disciplinas a mejorar su rendimiento. Pero no se ha investigado tanto qué efecto puede tener desde el ámbito de la salud, sobre todo con capacidades físicas como es la fuerza, que está muy relacionada con el riesgo de mortalidad por cualquier causa a lo largo de toda la vida y, particularmente, en personas mayores.
Encontrar una estrategia que combina fuerza, que sabemos que es un elemento muy interesante e importante en personas mayores para combatir la dinapenia y la sarcopenia, con la nutrición, desde el punto de vista de la cafeína para maximizar las ganancias de fuerza del entrenamiento, puede ser muy útil y aplicable a esta población de personas mayores en riesgo de fragilidad.
“Antes se recomendaba salir a caminar, subir escaleras y moverse más, pero esto es actividad física, no tiene una estructura y organización como sí requiere el ejercicio físico”
Hasta hace poco tiempo siempre se recomendaba a las personas mayores ejercicio de cardio, y lo más sencillo era andar. Ahora esto está cambiando y vemos que cada vez más se recomienda también ejercicio de fuerza. ¿Por qué este cambio?
Hay varios aspectos que han ido cambiando. El primero es la evolución de la ciencia de la actividad física y del deporte, la figura del educador físico-deportivo no ha estado muy integrada en la sociedad española hasta hace relativamente poco. Esta área de conocimiento se ha ido desarrollando, en colaboración con la medicina, la fisioterapia o la dietética y nutrición, lo que ha propiciado que se diferencie entre actividad y ejercicio físicos, que ya es un elemento importante.
Antes se recomendaba salir a caminar, subir escaleras y moverse más, pero esto es actividad física, no tiene una estructura y organización como sí requiere el ejercicio físico. Esas pautas estructuradas de ejercicio han llevado a analizar el efecto que tiene la fuerza desde la perspectiva de mejora de la funcionalidad de la musculatura y de la calidad de vida, que es muy interesante, ya no solo en personas mayores, también en personas hospitalizadas, con cáncer o con enfermedad renal.
“La nutrición y el ejercicio, junto con el abordaje psicológico, son tres herramientas preventivas y de tratamiento primordiales para una gran cantidad de patologías. Pero, desafortunadamente, no se le ha dado la importancia que merecen”
¿Se presta poca atención a la nutrición y ejercicio en las personas mayores?
La nutrición y el ejercicio, junto con el abordaje psicológico, son tres herramientas preventivas y de tratamiento primordiales para una gran cantidad de patologías. Pero, desafortunadamente, no se le ha dado la importancia y la atención que merecen. Los educadores físicos-deportivos siguen sin estar incluidos dentro del sistema sanitario y no hay una unidad de ejercicio físico dentro de cada servicio de endocrinología y geriatría, pese a que ya existe una evidencia aplastante de los beneficios del ejercicio físico sobre la salud.
La nutrición va unos pasitos por delante, porque existe esa figura dentro del sistema sanitario, pero no es una realidad presente en muchos centros sanitarios. Los cambios llevan su tiempo, a nivel institucional y en la mente de las personas, nos cuesta cambiar estructuras y formas de proceder y de funcionar.
“El objetivo del estudio era doble: analizar dos grupos de población, uno de 18 a 35 años, y un segundo grupo de mayores de 55 años con diferente grado o riesgo de fragilidad”
¿En qué momento se encuentra la investigación sobre la relación entre cafeína y ejercicio de fuerza para prevenir la fragilidad en mayores?
El objetivo del estudio era doble: analizar dos grupos de población, uno de 18 a 35 años, y un segundo grupo de mayores de 55 años con diferente grado o riesgo de fragilidad. En el grupo de jóvenes hemos reclutado a más de los 28 participantes que planteábamos al inicio y van a acabar en pocas semanas. Con el grupo de mayores ya hemos empezado y los seis primeros acabarán también en algo más de un mes. Esperamos tener el estudio acabado al final del año académico.
¿Han podido extraer ya alguna conclusión de la investigación o es pronto aún?
El estudio es triple ciego, por tanto, hay una persona que se encarga de ‘cegar’ a los investigadores a quién se le da cafeína o el placebo. Pero sí estamos viendo en la población de 18 a 35 años que un grupo mejora más sus niveles de fuerza que otro grupo. Nosotros esperamos que quienes tienen mayor mejora sean los que recibe la cafeína, pero no lo sabemos. En las personas mayores de 55 años también es muy parecido, aunque es muy pronto para decir nada porque aún tenemos pocos participantes.
“Estamos viendo que un grupo mejora más sus niveles de fuerza que otro grupo. Nosotros esperamos que quienes tienen mayor mejora sean los que recibe la cafeína, pero no lo sabemos”
¿Está siendo difícil encontrar a personas mayores elegibles por tener patologías como pueda ser la hipertensión?
Sí, pero no solo por la hipertensión, también porque tienen problemas articulares o porque toman algún fármaco que afecta al normal funcionamiento del metabolismo muscular. Pero esto también es parte de la investigación, establecemos un plan de actuación con unos tiempos y, a veces va más lento. Pero lo importante es llevar a cabo la investigación, que los objetivos se vayan cumpliendo en un sentido u otro y lleguen las conclusiones a la población.
¿Qué le ha supuesto la concesión de esta ayuda?
Para nosotros es el disparo de salida, el empujón que dan los tacos para empezar a correr porque somos un laboratorio y un grupo de investigación muy joven. Pero creemos que la idea merece la pena, de hecho, hemos seguido concurriendo a otras ayudas para poder complementar y seguir profundizando en esta idea de investigación. Esta ayuda ha sido el empujón que nos ha permitido poner en marcha el proyecto, de otra forma no habría sido posible o habríamos hecho algo a mucha menor escala y con menor impacto de lo que esperamos que tenga este proyecto de aquí a un año.