En España se cronifica hasta uno de cada cinco casos de lumbalgia

Según un informe impulsado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, el 29% de españoles considera que no recibe un tratamiento adecuado para tratar el dolor cervical y lumbar y el tiempo medio para conseguirlo es de 1,6 años

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Redacción
Se estima que entre el 5% y el 20% de los casos de lumbalgia en España terminan cronificándose y una de sus causas principales es un abordaje inadecuado en las fases agudas. Se trata del dolor agudo más común en España, ya que ocho de cada 10 personas experimentan a lo largo de su vida algún episodio de dolor y la mitad de los casos son lumbalgia.

El impacto de este tipo de dolor en la vida de quienes lo padecen es múltiple, porque son un freno a su vida laboral y de ocio. Además, si se cronifica, los pacientes tienen cuatro veces más probabilidades de desarrollar depresión o ansiedad y al menos el doble de riesgo de suicidio que las personas sin dolor crónico.

Ocho de cada 10 personas experimentan a lo largo de su vida algún episodio de dolor y la mitad de los casos son lumbalgia

Pero también genera otros impactos. Sus costes son equiparables a los de otras patologías, como las enfermedades cardiovasculares o el cáncer, tal como han demostrado diversos estudios e informes. Según el documento Los costes de la cronificación del dolor lumbar y cervical, impulsado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (Cgcom) y patrocinado por laboratorios Zambon, el dolor de espalda tiene un coste de 9.000 millones en el sistema sanitario, un 0,68 % del PIB español, y plantea un alto riesgo de cronificación si no se aborda adecuadamente en fase aguda.

El economista Pedro Novás, autor del informe, señala que “una de las claves del riesgo de cronificación del dolor es su infratratamiento”. El 29% de españoles considera que no recibe un tratamiento adecuado y el tiempo medio para conseguirlo es de 1,6 años. Esta demora en el tratamiento se da ya en urgencias, donde el 40% de pacientes no lo reciben. En este sentido, la Guía de las Pautas de Actuación y Seguimiento (PAS) en dolor cervical y lumbar agudo, publicada en 2022, ya describió la importancia del tratamiento del dolor agudo e incidió en algunas vías de tratamiento para hacer frente al dolor en su fase aguda y reducir el riesgo de cronificación.

El 29% de españoles considera que no recibe un tratamiento adecuado y el tiempo medio para conseguirlo es de 1,6 años. La demora en el tratamiento se da ya en urgencias, donde el 40% de pacientes no lo reciben

La guía recomendó los AINE como tratamientos de primera línea para dolores tipo lumbalgia y cervicalgia aguda por su acción antiinflamatoria y analgésica. Dentro de los AINE no selectivos, destacó por su buen perfil de seguridad y eficacia, el papel del naproxeno, ibuprofeno, y las asociaciones de ibuprofeno con sales como L-arginina, que favorece la rápida absorción del ibuprofeno en comparación con la fórmula de ibuprofeno solo.

Entre las consecuencias del infratratamiento del dolor lumbar agudo y su cronificación, además del impacto en la calidad de vida de los pacientes, están los costes directos e indirectos que genera. Concretamente, los costes directos, derivados de factores como la práctica clínica, ascienden a los 2.280 millones de euros, de los cuales 948 millones resultan de visitas al médico. Porque, precisamente, más de dos millones de consultas anuales en atención primaria se deben al dolor.

Los costes directos del infratratamiento de la lumbalgia y su cronificación ascienden a los 2.280 millones de euros, de los cuales 948 millones resultan de visitas al médico

Los costes indirectos son incluso superiores, puesto que suponen casi el 75% del total de la carga económica. Estos costes contemplan los efectos derivados del dolor en la vida de los pacientes, como la pérdida de productividad, el absentismo laboral o los riesgos para la salud mental. Por ejemplo, el promedio de jornadas laborales perdidas por lumbalgia es de 52 millones, lo cual implica un coste de 2.500 millones de euros.

Para Pedro Novás “los datos muestran que el impacto económico del dolor podría reducirse si se mejora el abordaje en su fase aguda, ya que se reducirían los casos de cronificación y por tanto los costes vinculados a ella”.

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