Marcelino Criado: “Se pueden dejar las drogas, el problema es no dar el paso hasta que nos vemos destrozados”

Paciente de la Comunicad Terapéutica San Ricardo Pampuri del Centro Asistencial San Juan de Dios de Palencia

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Cristina Cebrián
Ahora soy otra persona, me siento bien y ya no soy esclavo de las drogas”. Estas son las palabras de esperanza de una persona que ha sido drogodependiente durante cerca de 30 años. Marcelino Criado (58 años), paciente con patología dual de la Comunicad Terapéutica San Ricardo Pampuri del Centro asistencial San Juan de Dios de Palencia, cuenta cómo empezaron sus problemas de adicciones a la heroína, a la cocaína y a los hipnóticos. Pero, sobre todo, destaca cómo ha logrado salir de “ese infierno” tras 314 días de estancia en este centro asistencial.

Marcelino lleva ya diez meses sin consumir ningún tipo de droga y, desde el centro, aseguran que su evolución está siendo muy positiva. Además de las ganas y el empeño del paciente, parte de esa evolución se debe al trabajo que realizan en la Comunidad Pampuri, mediante la desintoxicación, deshabituación y reinserción de drogodependientes en régimen de internamiento. El mensaje de Marcelino es claro: Se puede salir de este mundo de las adicciones a sustancias, pero hay que pedir ayuda cuanto antes.

¿Cómo se dio cuenta de que tenía un problema de adicción?
Mi problema de adicciones empezó con 28 años. Empecé a salir con una chica muy guapa y, cuando me di cuenta, ya estaba enganchado. Ella ya conocía las drogas y los problemas que conllevan y, aun así, me metió en ese mundo brutal.

Cuando conocí la otra cara de la droga, pasar el “mono”, no tener dinero, ir vestido de mala manera y meterme en muchos problemas… Ahí entendí que tenía que pedir ayuda

La gente me dice que cómo una chica que te quiere puede meterte en la droga con 28 años y tienen razón. Pero, aun así, ocurrió. Yo no conocía la droga. Había fumado un porro alguna vez y alguna vez había pillado cocaína en días señalados, como Nochevieja o mi cumpleaños. Pero con ella caí en un pozo. Ella era un lobo vestido de oveja.

¿Cuál fue el detonante para pedir ayuda y a quién acudió en primer lugar?
Cuando conocí la otra cara de la droga: pasar el “mono”, no tener dinero e ir vestido de mala manera. Incluso llegué a no acordarme de comer y, algunos días, ni siquiera comía nada. Cuando tenía mucha necesidad de comer algo, me iba a un bar y pedía muchos pinchos y luego me iba sin pagar. Empecé a meterme en muchos problemas y ahí entendí que tenía que pedir ayuda. Decidí ir a Oviedo a un Centro de Remar, pero este tipo de centros no eran para mí. He estado tantas veces en Reto, Remar o Betal que sabría contar las veces que he estado, pero no me servían. El problema volvía una y otra vez.

No deberían tacharnos de delincuentes sino tratarnos como personas enfermas y no meternos en la cárcel, cómo es mi caso

¿Dónde siente que ha encontrado más apoyo, en el sistema sanitario, en asociaciones de pacientes, en los profesionales sanitarios?
La mayor ayuda la he encontrado en la Comunidad de Pampuri, en Palencia. En este Centro por primera vez no me comí un mono bestial como en otros sitios. Y eso que venía enganchado a la metadona, a la heroína y a la cocaína. Por suerte, aquí en Pampuri hay gente que nos ayuda de una manera increíble. Yo llevo ya diez meses sin consumir ningún tipo de drogas. He dejado también las pastillas, ahora solo tomo las que necesito para mi salud.

¿Qué necesidades asistenciales considera fundamentales para tratar las adicciones a sustancias?
En primer lugar, no deberían tacharnos de delincuentes sino tratarnos como personas enfermas y no meternos en la cárcel, cómo es mi caso. Nos deberían ingresar en un hospital o en un centro como personas enfermas.

Ahora a las drogas las domino yo y no ellas a mí. A una persona adicta le diría que salga de ese infierno lo antes posible. Hay centros para salir

¿Cómo se siente ahora, una vez que ha empezado a tratar el problema?  ¿Cómo ha mejorado su vida?
Ahora que he dejado las drogas me siento muy bien. Siento que ya no soy su esclavo. Soy otra persona. Ahora a las drogas las domino yo y no ellas a mí. Incluido el tabaco. Me siento muy bien, pero me he quedado sin fuerza, sin energía, y estoy tratando de recuperarlas. Mi vida ha mejorado mucho.

¿Qué consejo le daría a una persona adicta, que no es consciente del problema, para que pida ayuda?
A una persona adicta le diría que salga de ese infierno lo antes posible. Hay centros para salir. Es muy difícil salir de esas tinieblas, pero hay quién puede ayudarte para lograrlo y hay que hacerlo cuanto antes. Cuando das ese paso, empiezas a librarte de esa pesadilla. Se pueden dejar las drogas. El problema es no dar el paso hasta que nos vemos destrozados.

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