P.M.S./G.M.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha emitido un comunicado donde informa que ha recibido informes de neoplasias malignas de células T en pacientes que recibieron tratamiento con inmunoterapias de células T con CAR autólogas dirigidas por BCMA o CD19. El Dr. José María Moraleda, coordinador de la Red Española de Terapias Avanzadas (Terav), señala en declaraciones a iSanidad que los médicos están acostumbrados a recibir este tipo de alertas de las agencias reguladoras de muchísimos fármacos, ya que se vigilan “sistemáticamente” a largo plazo por si surgen efectos adversos que previamente no se habían considerado. “¿Hay que tener miedo? No, lo que hay que hacer es tener un escrutinio rigurosísimo, pero entender que el balance positivo riesgo-beneficio de las CAR-T sigue siendo enorme”.
El Dr. Moraleda cree que hay que ser prudentes y seguir indagando sobre el número de casos de pacientes que recibieron CAR-T que han desarrollado segundas neoplasias y sobre las razones
El experimentado hematólogo y expresidente de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia recuerda que en la ficha técnica de las terapias CAR-T “ya está puesto que pueden generar neoplasias secundarias” y cree que hay que ser prudentes. “La notificación de la FDA tiene poca información: no sabemos el número de casos exacto, ni la causa-efecto”. El también catedrático de Medicina de la Universidad de Murcia explica a iSanidad posibles razones que puedan llevar a un mayor número de casos de segundas neoplasias en la población tratada con estas terapias CAR-T.
Por una parte, los pacientes que acceden a estos tratamientos tienen enfermedades muy avanzadas y han pasado por tres, cuatro y cinco líneas de quimioterapia previas. “Es muy conocido que los tratamientos de quimioterapia y radioterapia, que funcionan alterando el ADN, pueden generar clones y neoplasias secundarias a largo plazo. Por tanto, estos pacientes que reciben CAR-T, ya vienen con esa predisposición“, señala el experto. En segundo lugar, tanto la enfermedad como las células CAR-T “inmunosuprimen al paciente, les dejan sin linfocitos B, y es bien conocido que los pacientes inmunodeficientes tienen más tendencias a tener neoplasias secundarias“, añade.
El elevado número de tratamientos previos de estos pacientes, la inmunosupresión que experimentan o la propia tecnología de edición de los linfocitos, pueden estar entre las causas
Por último, el Dr. Morales hace referencia a la tecnología de modificación genética de los linfocitos T que se extraen del paciente para fabricar la terapia CAR-T. “Puede haber alguna inserción de información genética en sitios inapropiados. Esto es difícil y raro, pero puede ocurrir porque las inserciones se producen de manera aleatoria por parte del vehículo que se emplea”, apunta. En este sentido, cree que “el escrutinio tiene que ser extraordinariamente cuidados y científico” para ver qué ocurre y para mejorar la tecnología. “De hecho, ya se está mejorando esa tecnología para que las inserciones genéticas sean mucho más seguras y sin peligro alguno”, añade.
Por su parte, Ignacio Melero, catedrático de inmunología de la Universidad de Navarra, investigador del CIMA y codirector del departamento de inmunología e inmunoterapia de la Clínica Universidad de Navarra, explica en declaraciones recogidas por Science Media Centre España (SMC España), que este efecto adverso ocurre con baja frecuencia. “La razón estriba en el enorme número de divisiones celulares que experimentan los linfocitos CAR una vez infundidos de vuelta al paciente y en que para generar el CAR (receptor de antígeno quimérico) es necesaria la integración de ADN en los linfocitos del paciente”, precisa.
Dr. Melero: “El balance riesgo-beneficio en las indicaciones aprobadas para terapias CAR-T en la actualidad es inmensamente favorable”
Además, resalta que en el tratamiento de las enfermedades en las que los CAR-T están indicados, el beneficio supera con grandes creces al riesgo. “El balance riesgo-beneficio en las indicaciones aprobadas para terapias CAR-T en la actualidad es inmensamente favorable”, asegura.
Investigación de la FDA
La FDA ha determinado que “el riesgo de neoplasias malignas de células T es aplicable a todas las inmunoterapias de células T con CAR autólogas modificadas genéticamente dirigidas por BCMA y CD19 actualmente aprobadas”. Además, ha señalado que han producido neoplasias malignas de células T en pacientes tratados con varios productos de esta clase.
La FDA recuerda que los beneficios generales de estos productos siguen superando sus riesgos potenciales para sus usos aprobados
“Aunque los beneficios generales de estos productos siguen superando sus riesgos potenciales para sus usos aprobados, la FDA está investigando el riesgo identificado de neoplasia de células T con resultados graves, incluyendo hospitalización y muerte, y está evaluando la necesidad de una acción reguladora”, expone la agencia estadounidense.