“Hay que mejorar en estrategias diagnósticas, estratificación pronóstica y uso de antibióticos en urgencias y medicina de familia”

Dr. Juan González del Castillo, jefe del Servicio de Urgencias del Hospital Clínico San Carlos (Madrid) y coordinador del Grupo de Infecciones de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias

Juan González del Castillo, entrevista sobre uso de antibióticos en urgencias y atención primaria

G.M.
La lucha frente a las resistencias antimicrobianas implica a médicos de atención hospitalaria y de atención primaria. Los médicos de familia y de urgencias se enfrentan habitualmente a procesos infecciosos ante los que es fundamental conocer cómo manejar los antibióticos y a qué pacientes se deben administrar. Para el Dr. Juan González del Castillo, jefe del Servicio de Urgencias del Hospital Clínico San Carlos (Madrid) “hay áreas de mejora” en el conocimiento de los médicos de atención primaria y de urgencias hospitalarias, en “estrategias diagnósticas, estratificación pronóstica y uso de antibióticos”.

El Dr. González del Castillo coordina el Grupo de Infecciones de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Infurg-Semes), que junto con la Fundación iO ha lanzado un programa formativo de seis cursos online a través de la plataforma PROA Comunitaria, con el patrocinio de Meiji Pharma Spain, en la que han participado numerosos profesionales. Este mismo jueves, 15 de febrero, ha comenzado el tercero de los seis cursos, centrado en Antibioterapia. Sobre las competencias que tienen que mejorar los médicos en el manejo y adecuada prescripción de antibióticos y los conocimientos que puede adquirir, habla con iSanidad el Dr. González del Castillo.

“Debemos aumentar el conocimiento de médicos de familia y de urgencias sobre cómo llegar al diagnóstico etiológico, qué herramientas están disponibles, qué pacientes se deben tratar con antibióticos y cuáles no”

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¿Hay desconocimiento entre los médicos de urgencias y de familia sobre aspectos claves de las resistencias antimicrobianas como los mecanismos de resistencia o los antibióticos más adecuados?
No me gusta hablar de desconocimiento, creo más bien que hay áreas de mejora. Debemos tener en cuenta que, tanto en atención primaria como en urgencias, los especialistas vemos todo tipo de patología. Por tanto, mejorar el conocimiento en áreas concretas es básico. Hay margen de mejora en estrategias diagnósticas, en estratificación pronóstica y en la utilización de antibióticos.

Debemos aumentar el conocimiento que tienen estos profesionales sobre cómo llegar al diagnóstico etiológico, qué herramientas están disponibles, qué pacientes se deben tratar con antibióticos y cuáles no porque no van a obtener beneficio. En los que vamos a administrar antibióticos, debemos intentar seleccionar el que se ajuste mejor al espectro antimicrobiano. Son cosas que están en la cabeza de todos los profesionales, pero podemos mejorar cómo se enfrentan a esta toma de decisiones mediante actividades formativas que les recuerden aspectos claves.

“Los errores más habituales son el uso de antibióticos en pacientes con alta probabilidad de infecciones víricas, el uso excesivo de fluoroquinolonas y la confusión entre cefalosporinas orales”

¿Cuáles son los errores más habituales que se pueden cometer en un servicio de urgencias o en una consulta de atención primaria en el manejo de antibióticos?
Mencionaría tres, fundamentalmente. El primero es la utilización de antibióticos en pacientes que tienen alta probabilidad de infecciones víricas, donde el antibiótico no va a aportar beneficio al paciente. No hay que olvidarse de que no se trata de medicamentos inocuos, pueden generar efectos adversos.

El segundo es la utilización excesiva que tenemos en España de fluoroquinolonas, un tipo de antimicrobiano que se utiliza con alta frecuencia en infecciones respiratorias, fundamentalmente. Pero se han descrito múltiples efectos adversos relacionados con su utilización, por lo que desde hace años las agencias reguladoras, tanto americanas, europeas y española, recomiendan no utilizarlas cuando existe una alternativa terapéutica que puede hacer el mismo efecto.

El tercer error es confundir las diferentes cefalosporinas orales que tenemos. Muchas veces pensamos que son todas iguales y no conocemos sus diferencias. Y en virtud de esas características diferenciadoras, unas pueden ser útiles en patología respiratoria y otras no.

“Debemos conocer la etiología más habitual o probable del paciente y saber cómo puede variar con la edad del paciente, con la comorbilidad o con su perfil”

¿Qué conocimientos debe tener el médico de urgencias en materia de bacteriología?
Lo fundamental es conocer cuáles son las bacterias que más frecuentemente se asocian con el modelo de infección al que nos enfrentamos en cada caso. Es decir, saber que, si estamos ante una neumonía, lo más frecuente es el neumococo y, si estamos ante una exacerbación de epoc, lo más frecuente es el Haemophilus. También debemos saber cómo esa etiología puede variar con la edad del paciente, con la comorbilidad o con su perfil.

En segundo lugar, una vez determinada la etiología más habitual o probable que el paciente está sufriendo, hay que trasladar ese conocimiento a la decisión del antibiótico que debemos prescribir, evitando utilizar los que no sean efectivos frente a la etiología que sospechamos y los que sean activos también frente a otras, porque es innecesario ampliar esa cobertura.

¿Se debería extender la toma de muestras para análisis microbiológico siempre que llega a urgencias o a un centro de salud un paciente con sospecha de un proceso?
Las pruebas microbiológicas hay que solicitarlas como cualquier otra prueba complementaria que puede cambiar las decisiones que vamos a tomar a la hora de proceder, como un ingreso o qué antibiótico administrar. Por tanto, no se debe pedir una prueba microbiológica a todo el mundo. Aunque es cierto que cada vez vemos población más compleja y la toma de decisiones terapéuticas se hace más difícil. En esta población debemos exprimir las técnicas microbiológicas para afinar el diagnóstico etiológico y el antibiótico.

“No se debe pedir una prueba microbiológica a todo el mundo. En la población más compleja debemos exprimir las técnicas microbiológicas para afinar el diagnóstico etiológico y el antibiótico”

Por tanto, es muy importante la expansión de los test rápidos microbiológicos a pie de cama del paciente para una toma de decisión rápida. Después, en los pacientes más complicados, obtener la muestra para el laboratorio de microbiología antes del inicio del antibiótico es fundamental. Quizá no tanto para la primera toma de decisión, pero sí para desescalar el tratamiento, incluso para acortarlo en el tiempo, en función de la evolución del paciente y el resultado de la prueba microbiológica.

¿Qué puede esperar un médico que se decida hacer esta formación? ¿Que nuevas competencias va a poder adquirir?
Esta formación es muy sencilla, clara y cercana a la práctica clínica habitual. Abordamos problemas frecuentes de una manera llana y clara. Y esta es la gran ventaja del curso, transmite muy bien el mensaje por la cantidad de iconografía que tiene. El médico se va a beneficiar de esa sencillez y claridad en el mensaje para obtener competencias en la utilización de antibióticos y en la interpretación de las pruebas microbiológicas.

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