Redacción
La Asociación Española de Cirujanos (AEC) ha publicado un manual dirigido a los tutores de residentes de Cirugía General y Aparato Digestivo, con el objetivo de ofrecerles formación y “realizar una buena tutorización”.
El manual, elaborado debido al “desgaste que les supone a los médicos y los cirujanos la tutorización de los residentes”, se divide en cinco módulos que tratan sobre los “temas considerados fundamentales para poder realizar una tutorización efectiva”.
“Este manual ha sido diseñado para servir como una herramienta y guía para aquellos que desempeñan un papel fundamental en la educación y el desarrollo de nuestros residentes de cirugía”
En este sentido, la guía se divide en las competencias del tutor, las funciones y tareas, la evaluación y las herramientas complementarias en la formación ya que, según señalan desde la AEC, el papel del tutor adquiere una importancia cada vez mayor al transmitir sus conocimientos y experiencias a la próxima generación de cirujanos.
La presidenta de la AEC, la Dra. Elena Martín Pérez, señala que este manual “ha sido diseñado para servir como una herramienta y guía para aquellos que desempeñan un papel fundamental en la educación y el desarrollo de nuestros residentes de cirugía”.
“Ahora como presidenta de la AEC, mi compromiso con la tutoría sigue siendo sólido. Nuestra obligación es brindar un apoyo incondicional a aquellas personas que dedican su tiempo a los que desean aprender, inspirando y contribuyendo al crecimiento y desarrollo en el campo de la cirugía”, ha declarado la Dra. Elena Martín Pérez, quien también ha agradecido el apoyo de la coordinadora de la Sección de Formación y Xavier Serra, Mónica Millán.
“Este manual cierra el círculo necesario para que la oferta formativa de la Asociación Española de Cirujanos tenga un valor más global y de calidad”
Por su parte, el ex presidente de la AEC, Salvador Morales, explica que “los tutores encargados de los residentes de cirugía asumen una importante responsabilidad ya que tienen que garantizar la formación integral de los residentes”.
En este sentido, Morales asegura que dicha formación “no solo incluye saber operar adecuadamente, sino construir un espíritu crítico, desarrollar una orientación docente e investigadora y formar en aquellas habilidades no quirúrgicas necesarias”, incluyendo el trabajo en equipo y la “correcta comunicación médico-paciente”.
Esta iniciativa se suma a otras propuestas de la organización, como las becas de estancia, los cursos formativos para residentes, la reducción de las cuotas de acceso a los congresos, la creación de un grupo de trabajo para escuchar las necesidades existentes o la publicación del libro del residente. Tal y como concluye Salvador Morales, “este manual cierra el círculo necesario para que la oferta formativa de la AEC tenga un valor más global y de calidad”.