Incendio en Valencia: urgenciólogos a pleno rendimiento e intensivistas preparados para atender grandes quemaduras

Hasta este viernes, el incendio del complejo de viviendas en el barrio Campanar de Valencia ha dejado al menos 10 fallecidos y 15 heridos

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Sanitarios y bomberos en la zona del incendio de Campanar, Valencia. Foto: Jorge Gil / Europa Press

Redacción
El incendio desatado el jueves por la tarde en un edificio con dos bloques de viviendas en el barrio Campanar de Valencia ha sobrecogido por la rapidez con la que las llamas se extendieron por todos y cada uno de los pisos, dejando imágenes angustiosas y un saldo de, al menos, 10 fallecidos hasta este viernes, y 15 heridos, según cifras facilitadas por la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé.

La realidad de este incendio “ha superado la ficción”, afirma Carmen Casal, enfermera de emergencias de la Comunidad Valenciana. Aunque cuenta que los sanitarios de urgencias y emergencias están en “formación continua a través de reciclaje y simulacros para aprender a trabajar con otras fuerzas de seguridad y rescate”, la velocidad con la que las llamas han deborado el complejo de viviendas también les ha sorprendido.

La realidad del incendio de Valencia “ha superado la ficción”, afirma Carmen Casal, enfermera de emergencias de la Comunidad Valenciana

Los urgenciólogos valencianos continúan trabajando en labores de rescate y atención urgente. El Dr. Javier Millán, jefe de Urgencias del Hospital La Fe de Valencia señala que la situación en su servicio es de normalidad, pero están trabajando a pleno rendimiento. La actividad del servicio se ha reorganizado para garantizar la disponiblidad de camas con el fin de atender a los heridos que puedan llegar al centro, y se ha asignado un aumento del personal disponible.

“Ayer se activó el nivel 1 del Plan de Emergencias frente a un accidente de múltiples víctimas, que incluye la coordinación con unidades de cuidados críticos y, en especial, con la unidad de quemados, que además es referente en nuestro centro”, explica el Dr. Millán.

Hasta el momento no corre peligro la vida de ninguno de los heridos. Una de las heridas propias de los incendios son las quemaduras y, cuando estas son muy extensas, entran en juego las unidades de cuidados intensivos y las unidades de grandes quemados. Son aquellos pacientes con más de un 20% de su superficie corporal quemada o que sufren quemaduras menos extensas, pero con una edad o comorbilidades que exigen una abundante reposición intravenosa de líquidos.

Dr. Millán: “El nivel 1 del Plan de Emergencias frente a un accidente de múltiples víctimas incluye la coordinación con unidades de cuidados críticos y, en especial, con la unidad de quemados”

El otro gran problema que causan los incendios es el síndrome por inhalación de humos. La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) ha alertado sobre este síndrome, una intoxicación derivada de los productos de combustión en el incendio. Gases irritantes, como el óxido nitroso, fenoles y amoniaco, materias en suspensión, como el hollín, y aquellos gases no irritantes, pero que provocan asfixia, como el monóxido de carbono y el cianuro, causan fundamentalmente este peligroso síndrome.

“El monóxido de carbono produce una fijación: se absorbe muy rápido a través de la vía respiratoria, se fija a la hemoglobina e impide que ésta transporte oxígeno a los tejidos. Con lo cual, lo que se produce es una muerte de las células por falta de oxígeno. La clínica habitual en estos casos es: cefalea, dolor torácico y, en ocasiones, puede producir náuseas, vómitos o diarrea. Además, es un gas extremadamente tóxico y no es detectable: es inoloro, insípido… el llamado asesino silencioso”, explica el Dr. Tato Vázquez Lima, presidente de Semes.

Además de las quemaduras, el síndrome por inhalación de humos, son las consecuencias en las víctimas de un incendio como el de Valencia

Por su parte, el cianuro se produce en la combustión de plásticos y es un gas que produce una absorción muy rápida e impide la utilización de oxígeno por parte de las células. El Dr. Vázquez de Lima explica que “bloquea el sistema citocromo e impide la fosforilación oxidativa de las células. Lo que hacen las células como respuesta al no poder utilizar oxígeno, es empezar un metabolismo anaeróbico que produce una acidosis láctica severa que conlleva a la muerte”.

Grandes quemados 

Desde la Sociedad Española de Medicina Intensiva Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), explican que las UCI en España han desarrollado protocolos de atención punteros para grandes quemados, con la que hacer la mejor reanimación posible. En estos protocolos se tienen en cuenta factores como la nutrición y la rehabilitación temprana, con el objetivo de brindar una asistencia y una mejora del paciente completa y de calidad.

Las UCI en España han desarrollado protocolos de atención punteros para grandes quemados

La piel es un órgano más y su pérdida repercute en todo el organismo. Los pacientes con quemaduras extensas necesitan ser tratados por intensivistas, que somos los especialistas acostumbrados a tratar a pacientes graves con problemas que afectan seriamente a uno o más órganos. De hecho, es frecuente que necesiten simultáneamente tratamientos y técnicas que usamos habitualmente en las UCI como el control del aporte de fluidos y de la medicación para mantener una tensión arterial adecuada, ventilación mecánica, técnicas de diálisis, sedoanalgesia o el tratamiento de las infecciones”, explica el Dr. Manuel Sánchez, especialista en grandes quemados del servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario La Paz de Madrid.

El especialista también destaca que, en España, “hemos sido pioneros en el uso de algunos tipos de monitorización que aportan información importante para el tratamiento inicial, en la búsqueda de tratamientos que vayan a la causa de las complicaciones más que a sus consecuencias y en el uso de las cremas que quitan tejidos muertos sin necesidad de cirugía”. Un adecuado tratamiento inicial evita la profundización de la quemadura y el desarrollo de complicaciones en otros órganos. Además, los protocolos deben tener en cuenta factores como la nutrición.

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