Cómo implantar de manera eficaz y segura la IA generativa en las organizaciones sanitarias

Sedisa organiza junto a la tecnológica Pons IP una jornada para analizar la irrupción de esta nueva evolución en la inteligencia artificial y las oportunidades y los desafíos que plantea en la gestión ética y responsable del dato

Juan León García
La inteligencia artificial (IA) generativa ya ha irrumpido definitivamente, impulsada sobre todo por ChatGPT. Hasta el punto de que ha provocado que las búsquedas en Google se frenen, hecho sin precedentes en la historia del mítico buscador. De entre sus potencialidades, está la de su aplicación a las organizaciones sanitarias, cuestión que ha reunido este martes a un grupo de profesionales y expertos como parte del panel de la jornada ‘El reto de la aplicación de la inteligencia artificial generativa en las organizaciones sanitarias’, organizada por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa) en colaboración con Pons IP y que se ha celebrado en el auditorio de la Fundación ONCE.

Un encuentro que ha permitido, sobre todo y como ha expresado su presidente, José Soto Bonel: “Pensar, aunque sea moviéndonos, para qué nos va a servir la IA y cómo la vamos a incorporar a nuestras decisiones. No solo a nuestros planteamientos” como gestores sanitarios. En especial, en un sector cuya importancia en el uso de este tipo de herramientas es fundamental porque implica la salud de los ciudadanos.

José Soto Bonel, presidente de Sedisa, y Patricia Ramos, subdirectora general de Pons IP, han inaugurado la jornada.

Al respecto del tema que se ha debatido, ha observado cómo uno de los principales retos de la IA generativa estará en la buena formulación de las preguntas que se le planteen para que sean de ayuda. Para que permitan optimizar los procesos de las organizaciones sanitarias. Por lo que también, ha añadido, harán falta los profesionales adecuados para “sacar partido a la IA” y quienes “probablemente” enseñen a los directivos de la salud a “manejar los liderazgos”.

Conrado Domínguez, Coordinador del Grupo de Trabajo de Inteligencia Artificial para la Gestión Sanitaria de Sedisa y miembro de su Junta Directiva: “La IA generativa tiene un enorme potencial para mejorar la eficiencia en la práctica asistencial de diversas maneras”

Otro de los desafíos se plantea en la parte de la propiedad intelectual. Al respecto, Patricia Ramos, subdirectora general de PONS IP, ha subrayado la importancia de que su uso entrañe “los menores riesgos con un marco regulatorio más sencillo y riguroso” que, además, permita “poner en valor” todas las tecnologías para que empoderen a la sociedad y a los gestores sanitarios y, por tanto, “lleguen de la mejor manera posible”.

Para Conrado Domínguez, Coordinador del Grupo de Trabajo de Inteligencia Artificial para la Gestión Sanitaria de Sedisa y miembro de su Junta Directiva, las aplicaciones de la IA generativa son múltiples. “Tiene un enorme potencial para mejorar la eficiencia en la práctica asistencial de diversas maneras”, entre las que ha citado la transcripción de informes médicos o la programación de citas, entre otras. Pero además favorecería “la comunicación entre profesionales de la salud y los pacientes fortaleciendo la relación médico-paciente” y optimizaría “los usos de los servicios sanitarios”.

IA generativa, entre las tecnologías con mayor impacto

Jorge Pou, director de Innovación y Operaciones Comerciales de GSK, ha dedicado su ponencia a abordar el estado de las nuevas tecnologías con potencialidad en el sector salud. Más allá de la IA generativa, ha mencionado otras, como los datos sintéticos, “con similitudes estadísticas a datos reales”; el uso de gemelos digitales; el 5G; la robótica, o el procesamiento del lenguaje natural… “Son todas oportunidades que podemos aprovechar, pero también plantean retos a la hora de su correcta aplicación”, ha advertido.

En concreto, estas herramientas permiten potenciar la innovación terapéutica y los ensayos clínicos mediante nuevos servicios y soluciones. En una doble vertiente: empoderando al paciente pero también a los clínicos, al ser capaces de reducir cargas administrativas y burocráticas. Por otro lado, permiten desarrollar soluciones innovadoras, como los bots que permiten optimizar procesos dentro del circuito asistencial en áreas tan saturadas como la cardiovascular.

Más allá de la IA generativa, hay todo un ecosistema de nuevas tecnologías con potencial en el ámbito sanitario: los datos sintéticos, los gemelos digitales, el 5G, la robótica o el procesamiento del lenguaje natural son solo algunas de ellas

ha mencionado otras, como los datos sintéticos, “con similitudes estadísticas a datos reales”; el uso de gemelos digitales; el 5G; la robótica, o el procesamiento del lenguaje natural…

Jorge Pou, director de Innovación y Operaciones Comerciales de GSK, durante la jornada.

Pou ha incidido sobre las potencialidades de España en este campo: “Es el momento de mezclar ciencia y tecnología con talento. También a nivel emprendimiento en salud digital en el mundo y en nuestro país”. Tal como ha observado, el sector salud nacional ya es el segundo en cuanto a emprendimiento en salud digital, potenciado por jóvenes tanto fuera como dentro del ámbito clínico que quieren emprender creando sus propias spinoffs.

Todo ello, muy marcado por el actual debate legislativo que se vive en el seno de la Unión Europea respecto al Espacio Europeos de Datos en Salud (EEDS). Un proyecto que, si todo sale bien, estaría aprobado este abril, y que sería, en palabras de Pou, “una oportunidad increíble para maximizar el uso secundario de datos tanto para investigación clínica como para uso en ámbito sanitario”. Donde, ha añadido, España se sitúa en una posición “buenísima” para liderar la implantación de este pionero proyecto a nivel mundial.

Regular la IA generativa: ¿antes o después?

La jornada ha reunido en una mesa redonda moderada por Luis Ignacio Vicente del Olmo, consejero estratégico de Pons IP, al propio representante de GSK y a dos expertos juristas en esta materia.

Por un lado, Violeta Arnaiz, responsable de Propiedad Intelectual Tecnológica de Pons IP, ha destacado el proyecto de EEDS, para el que sin embargo también se afrontan desafíos. Por un lado, el control del regulador respecto al desarrollo de la tecnología:  si se realiza antes, mejoraría la seguridad de las herramientas pero retrasaría la implantación y puesta en el mercado, lo que desincentivaría a los inversores. En cambio, si se hace a posteriori (opción elegida por la UE), se confía en que “ante el miedo” de imponerse posibles sanciones, se derive en una autorregulación de los propios desarrolladores de estas soluciones basadas en IA. Se equipararía a un sistema de “semáforo de riesgos”, ha comparado. No vigilaría la tecnología en sí, sino los usos que se le darían.

Para José Carlos Erdozain, Of Counsel y especialista en Gestión de Datos de Pons IP, ha anticipado posibles escenarios que se pudieran dar. Por ejemplo, que se produjese una desregulación a semejanza del estilo anglosajón en materia de datos anonimizados. Aunque en su opinión el principal reto al que se enfrenta el continente es “salir indemne” ante la “jungla de riesgos” a los que se estará expuesto en el uso de nuevas tecnologías. De ahí la importancia de optar, ha recomendado a los asistentes, por un proveedor adecuado que ofrezca garantías “frente a responsabilidades a futuro”. Erdozain ha concluido con la importancia de imbuir en la cultura de la organización el uso de este tipo de herramientas que ayudarán, pero no sustituirán, al personal humano.

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