Anuario iSanidad 2023
Marta Moreno, Directora de Asuntos Corporativos y Acceso al Mercado de AstraZeneca
Nos encontramos en un momento de profundas transformaciones políticas, económicas y sociales, y uno de los cambios más significativos está ocurriendo en el ámbito sanitario. Como ya sabemos, la crisis de la COVID-19 ha marcado un punto de inflexión que nos ha recordado la vulnerabilidad de nuestro sistema y la necesidad apremiante de trabajar unidos para proteger nuestra salud y nuestro futuro.
Hoy continuamos expuestos a grandes y diversos desafíos que van desde la creciente demanda asistencial, impulsada por el envejecimiento de la población y el aumento de las enfermedades crónicas, hasta la amenaza constante de nuevas epidemias y los problemas cada vez más frecuentes de salud mental. No existe una fórmula maestra para hacerles frente, pero de nuestros aciertos y de nuestros errores hemos aprendido que existen dos elementos que son indispensables: la colaboración y la innovación.
La pandemia nos ha enseñado que ningún país, organización o individuo puede enfrentar los retos de la salud por sí solo. La colaboración público-privada, la cooperación internacional, la coordinación entre sectores y la participación de los pacientes y la sociedad son esenciales para dar respuesta a los problemas globales de salud y acelerar la llegada de soluciones sólidas, eficaces, eficientes y sostenibles para todos.
“Los desafíos van desde la creciente demanda asistencial hasta la amenaza constante de nuevas epidemias y los problemas cada vez más frecuentes de salud mental”
La innovación es otra palanca clave para adaptarnos a un mundo en constante cambio, y en el sector de la salud es crítica para impulsar el desarrollo de nuevos tratamientos que salvan, alargan y mejoran vidas. En concreto, la introducción de nuevos medicamentos ha contribuido en un 73% a prolongar la esperanza de vida en las últimas décadas. Y estamos en un momento emocionante en cuanto a innovación científica.
Los avances en biomedicina y genómica junto a la revolución de la ciencia de datos están dando lugar a la llegada de estrategias disruptivas capaces de transformar el pronóstico de enfermedades que hasta hace relativamente poco no tenían opciones. La medicina de precisión nos permite proporcionar tratamientos más personalizados, menos agresivos y con mayores tasas de éxito. El uso de tecnologías como la inteligencia artificial nos ofrece la posibilidad de transformar el paradigma asistencial, agilizando y optimizando la labor de los profesionales sanitarios en la atención de los pacientes y la gestión de los recursos.
Ante este prometedor horizonte, resulta crucial que todos los actores de la cadena de la salud comprendamos el gran valor que aporta la innovación a nuestra sociedad. Y no solo en cuanto a la salud de la población, sino también en términos económicos: por cada euro invertido en innovación se ahorran entre seis y siete euros en otras intervenciones sanitarias.
“La innovación es otra palanca clave para adaptarnos a un mundo en constante cambio, y en el sector de la salud es crítica para impulsar el desarrollo de nuevos tratamientos que salvan, alargan y mejoran vidas”
En AstraZeneca trabajamos incansablemente para impulsar la innovación científica con el propósito de cambiar la historia de enfermedades como el cáncer y otras afecciones crónicas. Colaboramos con las administraciones, profesionales sanitarios, centros de investigación, pacientes y con otras entidades para introducir estos avances dentro de la práctica clínica y desarrollar soluciones conjuntas para hacer más sostenible y resiliente nuestro sistema de salud. En este camino, uno de nuestros grandes objetivos pasa por promover la prevención y el diagnóstico temprano. Porque muchas de las principales enfermedades que devastan a nuestra sociedad son prevenibles. Esto significa que podrían ser evitadas mediante estrategias preventivas y la intervención sobre los factores de riesgo. El abordaje temprano también es un factor decisivo para reducir el impacto en la salud y, por lo tanto, la carga en el sistema sanitario.
Un ejemplo muy ilustrativo lo hemos visto en el proyecto GaliOn, que hemos presentado desde AstraZeneca junto con el Servicio Gallego de Salud para mejorar el abordaje de la enfermedad renal crónica, una afección silenciosa que afecta a uno de cada siete adultos españoles. Su impacto económico anual es de más de 3.000 millones de euros, los cuales se asocian al tratamiento en las etapas más avanzadas de la enfermedad. Si diagnosticamos más temprano esta enfermedad y evitamos la terapia renal sustitutiva, no solo mejoramos la vida de los pacientes, sino que también podemos ahorrar alrededor de 400 millones de euros anuales al Sistema Nacional de Salud.
“Colaboramos con las administraciones, profesionales sanitarios, centros de investigación, pacientes y con otras entidades para introducir avances dentro de la práctica clínica y desarrollar soluciones conjuntas para hacer más sostenible y resiliente nuestro sistema de salud”
Porque un modelo de gestión sostenible no puede centrarse solamente en tratar enfermedades, sino que debe anticiparlas y evitarlas, y reducir así su carga en la salud de la población y el desgaste del sistema. Afortunadamente, hoy en día contamos con el conocimiento y las herramientas necesarias para lograrlo. La clave estará en que todos los que formamos parte de la cadena de salud seamos capaces de mantenernos firmes y unidos para avanzar hacia un sistema de salud colaborativo, eficiente y preventivo, centrado en las necesidades reales de las personas y con la mirada puesta en el futuro.
