Redacción
Con motivo el próximo 8 de marzo del Día Internacional de la Mujer, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha presentado su proyecto estratégico Mujer y Corazón, cuyo objetivo es incrementar el conocimiento y la concienciación existente sobre las enfermedades cardiovasculares en la mujer. Precisamente para conocer el grado de conocimiento en torno a este tema, la SEC ha realizado una encuesta, con la colaboración de Alpha Research, cuyos resultados se han dado a conocer en la I Reunión SEC Mujer y Corazón.
La encuesta se ha llevado a cabo a nivel nacional sobre una muestra representativa de 1.000 encuestados seleccionados de forma aleatoria siguiendo cuotas de sexo, edad y comunidad autónoma. El dato más llamativo que se extrae de la misma es que el 74,2% de los encuestados no sabe que la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en la mujer, a pesar de que 64.158 mujeres fallecieron en España en 2022 por alguna de estas patologías, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El 64,1% piensa que el cáncer es la primera causa de muerte en la mujer; el 6%, las enfermedades neurodegenerativas; el 2,3%, la diabetes; y el 1,8%, las enfermedades infecciosas. Solo el 25,8% conoce que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en las mujeres.
Ni siquiera las propias mujeres lo saben, ya que el 73,2% de ellas apunta a esas otras causas de muerte: el cáncer (62,4%), las enfermedades neurodegenerativas (7,4%), la diabetes (1,8%) y las enfermedades infecciosas (1,6%). Por el contrario, el 55,6% de los encuestados piensa de forma errónea que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en los hombres, cuando en este caso la principal causa de mortalidad sí son los tumores.
El 55,6% de los encuestados piensa de forma errónea que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en los hombres
A pesar de todos estos datos, el 78,1% de los encuestados afirma estar informado sobre las enfermedades cardiovasculares. Los que tienen un mayor grado de conocimiento sobre las causas de mortalidad son los propios pacientes cardiovasculares y sus familiares. La misma encuesta, realizada a través de la Plataforma de Pacientes de la Fundación Española del Corazón, concluye que el 54% de ellos apunta a las enfermedades cardiovasculares como la primera causa de muerte femenina en España.
Por otro lado, el 68,7% de la población general considera que la mortalidad por infarto agudo de miocardio es más frecuente en hombres, a pesar de que la mortalidad es casi el doble en las mujeres por esta causa. En concreto, la mortalidad intrahospitalaria en ellos se sitúa en el 5%, mientras que en la mujer asciende al 9,1%, según datos del Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2022.
“Es cierto que el número de hombres que mueren por infarto agudo de miocardio es superior al de mujeres; en parte debido a que el infarto en los hombres es más frecuente especialmente a edades más jóvenes. Sin embargo, cuando una mujer sufre un infarto tiene más probabilidades de morir”, aclara la Dra. Carolina Ortiz, coordinadora del proyecto Mujer y Corazón de la SEC.
El 68,7% considera que la mortalidad por infarto agudo de miocardio es más frecuente en los hombres, a pesar de que se sitúa en el 5% en ellos y en el 9,1% en ellas
Desde hace años, el Grupo de Trabajo de Mujeres en Cardiología de la SEC viene alertando de que las mujeres suelen consultar más tarde que los hombres cuando presentan un infarto, una circunstancia que puede ser debida a varios factores, entre ellos la falsa idea de que el infarto es cosa de hombres y el desconocimiento de los síntomas.
Precisamente la encuesta muestra que casi un tercio de la población (el 32,6%) cree que los síntomas del infarto son diferentes en hombres y mujeres, cuando la realidad es que el 80% de los hombres y las mujeres con infarto agudo de miocardio presenta dolor o presión en el pecho.
“Es importante advertir a la población de que el síntoma más frecuente que debe hacernos sospechar un infarto es el dolor en el pecho, tanto en hombres como en mujeres. Adicionalmente, otros síntomas más inespecíficos aparecen con más frecuencia en las mujeres que presentan un infarto y, en muchas ocasiones, se pueden confundir o ser atribuidos a otras causas”, detalla la coordinadora de Mujer y Corazón. Entre esos síntomas destacan los mareos/síncope, náuseas/vómitos, dolor de mandíbula/cuello, dificultad para respirar, dolor entre los omóplatos, palpitaciones o fatiga.
El 80% de las mujeres y los hombres con infarto agudo de miocardio presenta dolor o presión en el pecho
En relación con este tema, el nivel de conocimiento de los pacientes cardiovasculares y sus familiares no es mucho mejor que el de la población general. Si bien en este grupo, desciende al 56% el porcentaje de los que creen que la mortalidad por infarto es mayor en hombres; en lo que respecta a los síntomas un mayor número de encuestados (el 42%) piensa que son diferentes.
“Estos resultados demuestran que sigue existiendo un amplio margen de mejora en la concienciación y el conocimiento de las enfermedades cardiovasculares en la mujer, y esto tiene un impacto negativo directo en los resultados en salud de las mujeres. Es por ello por lo que, desde la SEC, con el proyecto Mujer y Corazón, pretendemos seguir trabajando en la concienciación global y la promoción de la salud cardiovascular femenina”, concluye la Dra. Carolina Ortiz.
Las mujeres, “infradiagnosticadas” en materia cardiovascular
Por su parte, la ministra de Sanidad, Mónica García, ha recordado que, según la evidencia científica, en materia cardiovascular, “las mujeres resultan infradiagnosticadas, sufren tratamientos más conservadores y tienen, en algunos casos, peores resultados”. Así lo ha señalado en una publicación en la red social ‘X’ compartida por la Sociedad Española de Cardiología. En el vídeo, García insta a poner el foco sobre la forma en que se abordan estas patologías, que resultan “la principal causa de mortalidad femenina” en España y en todo el mundo.
“La enfermedad cardiovascular en la mujer es más frecuente de lo que pensamos, más grave de lo que esperamos, la diagnosticamos menos de lo que debemos y la tratamos peor de lo que creemos”, ha zanjado. En este punto, ha señalado que esta “brecha de género” surge desde la propia investigación biomédica y farmacológica, por la infrarrepresentación femenina en las muestras de estudio y en el propio personal investigador, “y que se arrastra a la formación impartida y, consecuentemente, a la atención sanitaria por parte de los profesionales”.
“Necesitamos, por tanto, una mayor concienciación al respecto en el ámbito sanitario, subrayando la necesidad de incluir a la mujer de manera paritaria en los estudios, en los ensayos clínicos y de tener en cuenta las diferencias de género en la sintomatología, en el diagnóstico, en el tratamiento hospitalario y en el tratamiento farmacológico”, ha apuntado.