Redacción
Por primera vez, un estudio recoge la experiencia y la percepción de los sanitarios que aplican la Ley de Eutanasia en España, que muestran los principales motivos que les generan malestar y avisan de que habría que replantear el procedimiento normativo, ya que la sobrecarga laboral que les genera pueden dar lugar a que más sanitarios se hagan objetores.
Los autores creen que la sobrecarga laboral que les genera el procedimiento de la eutanasia pueden dar lugar a que más sanitarios se hagan objetores
Gaceta Sanitaria, la revista científica de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), publica este estudio, realizado en Cataluña, y que refleja las mayores preocupaciones de los sanitarios en la aplicación de la ley, entre las que destacan los dilemas sobre la plena capacidad de decisión de los pacientes en determinados casos, la sensación de abandono por parte de la Administración y de compañeros y el duelo por la pérdida del paciente.
Estrés por la burocracia y sobrecarga de trabajo
Desde que la la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia (LORE) entró en vigor en España en junio de 2021, hasta diciembre de 2022, periodo de tiempo que incluye el estudio, Cataluña recibió el 28% de las peticiones de aplicación de la ley y realizó el 35% de las prestaciones a nivel nacional. En cifras absolutas, en la región se han recibido 246 solicitudes y se realizaron 120 prestaciones. Durante la tramitación fallecieron 64 solicitantes.
Los tiempos de espera para los pacientes se “alargan significativamente” por la burocracia que impone la legislación actual, por lo que algunos fallecen antes. Esto incrementa la “impotencia” entre los profesionales
Los investigadores han identificado las principales “tensiones, dificultades y fuentes de malestar” que viven médicos, enfermeros, trabajadores sociales, farmacéuticos hospitalarios, psicólogos y profesionales del derecho con respecto a la aplicación de la ley.
El estrés burocráctico y la sobrecarga de trabajo están entre los principales motivos de malestar. Les preocupa que los tiempos de espera para los pacientes se “alargan significativamente” por la burocracia que impone la legislación actual. Esto hace que, en ocasiones, no se les pueda atender a tiempo, llevando a que algunos fallezcan antes de la fecha prevista para recibir la prestación. Estas situaciones incrementan la sensación de “impotencia y la preocupación” entre los profesionales.
Critican que esta ley tiene un “excesivo protagonismo del estamento médico”, lo que aumenta esa carga de trabajo que ya suelen tener los médicos
También señalan que esta burocracia implica “procedimientos complejos”, tanto en su forma como en los plazos, además de exigir un registro documental detallado y exhaustivo. Aspectos que les generan estrés burocrático. Además, critican que esta ley tiene un “excesivo protagonismo del estamento médico”, lo que aumenta esa carga de trabajo que ya suelen tener los médicos. Algo que también ocurre entre el personal de enfermería, que “muchas veces asume de manera no reconocida y sin recursos el trabajo que legalmente le correspondería al médico”.
Añaden, además, que “esta prestación se ha puesto en marcha sin un presupuesto específico ni unos recursos para llevarla a cabo, en un sistema de salud ─y sobre todo en atención primaria, donde se acogen la mayor parte de solicitudes─, ya tensionado por recortes presupuestarios y por la pandemia de Covid”.
“La prestación se ha puesto en marcha sin un presupuesto específico ni recursos para llevarla a cabo, en un sistema de salud ya tensionado”
Los autores avisan en el estudio de que “es preciso un replanteamiento del procedimiento a nivel normativo, ya que existe el riesgo de que las dificultades de tipo administrativo den lugar a más objeciones, no por razón de conciencia, sino para evitar la sobrecarga laboral”.
Dilemas para los sanitarios
La investigación también ha encontrad otras “fuentes de malestar” para los profesionales implicados en la aplicaciíon de la Ley de Eutanasia. Destacan los casos conocidos como “fronterizos”: aquellos pacientes de los que, por su circunstancia, se duda de su capacidad de decisión. También les preocupa la relación y la comunicación las familias el día de la prestación.
Les preocupan aquellos pacientes de los que se duda de su capacidad de decisión, sienten “abandono” de instituciones y compañeros de trabajo y soledad
Por otra parte, en un ámbito más personal, el estudio refleja que estos profesionales sienten “abandono” por parte de las instituciones y de los compañeros de trabajo, expermientan sentimientos de soledad y les afecta el duelo por la muerte del paciente. Además, reconocen malestar por el trabajo “no reconocido”.
Según estudios realizados en otros países, entre el 15% y el 20% de los profesionales experimentan algún tipo de malestar durante este proceso asociado a la ambigüedad en las solicitudes debido a criterios poco claros y a la angustia moral de tomar decisiones.