J.P.R. / J.L.G.
Jennifer Casado (Fotografías y vídeo)
Nuestro país necesita dar un salto cualitativo en la apuesta e implementación de tecnologías sanitarias disruptivas. Los beneficios van más allá de los que repercuten en profesionales y pacientes: cada vez adquiere más importancia la sostenibilidad del planeta y la salud global. Una de las compañías punteras en el sector, Siemens Healthineers, tiene entre sus principales ejes estas problemáticas, como analiza para iSanidad Alberto Martínez, su director general en España.
A finales del pasado noviembre presentaron el Centro de Terapias Avanzadas en Getafe. ¿Cómo encaja este dentro de la estructura y de la estrategia de Siemens en Europa y en el mundo?
Somos una empresa global que trabajamos en red en todos los continentes y tenemos, afortunadamente, el privilegio de contar con uno de esos nodos de innovación en España. No es lo más habitual: Normalmente los polos de innovación son Europa Central (en nuestro caso Alemania), China y Estados Unidos.
“Estamos particularmente orgullosos de tener el Centro de Innovación de Mezquitas en Getafe, donde desarrollamos software sobre todo para el área quirúrgica en Madrid, pero también para todo el mundo”
En nuestro caso, estamos particularmente orgullosos de tener el Centro de Innovación de Mezquitas en Getafe, donde desarrollamos software sobre todo para el área quirúrgica en Madrid, pero también para todo el mundo. Innovaciones que llegan todos los días a los a los pacientes desde Madrid, tanto en imagen como en robótica, como todo lo que tiene que ver con cirugías robóticas. Así que es parte de la red de innovación integrada en diferentes centros, pero que tenemos el placer de tener aquí en Madrid.
¿Cómo está cambiando la inteligencia artificial el diagnóstico y cómo evolucionará en los próximos años?
Las grandes palabras, como inteligencia artificial y demás, creo que le están robando protagonismo a la naturalidad de la evolución tecnológica. Nosotros llevamos muchos años aplicando inteligencia artificial en el desarrollo de nuestros productos. Pero ahora, como está en el medio más generalista, toca decir que se tiene inteligencia artificial. Esta es una realidad y lo va a ser aún más.
¿Cómo? En reducir la complejidad en los procesos o los temas más repetitivos y automáticos que ahora mismo hacen las personas, pero que tienen muy poco valor añadido. Y un ejemplo puede ser el priorizar los estudios según su nivel de criticidad.
“Inteligencia artificial, Big data o IA generativa son un paso más en la tecnología tal como la entendemos y que condicionará los próximos años”
Hoy en día, con una inteligencia artificial, automáticamente el sistema puede determinar la criticidad de unos estudios para que los profesionales los revisen. Si luego un radiólogo tiene que mirarse 50 trabajos y uno de ellos es crítico, el momento en el que llegue a ese estudio, quizá no llegue a examinarlo muy bien. Creo que, a medio plazo, la inteligencia artificial es una realidad y jugará un papel en la ayuda al profesional, al mejor diagnóstico y a la terapia de los procesos existentes.
A largo plazo, la llegada de los gemelos digitales y la virtualización del ser humano cambiarán el sistema sanitario tal y como lo entendemos hoy. Ya es una realidad a la que hay que dejar de poner etiquetas y de darnos miedo, porque también forma parte de la evolución natural. Si hace 150 años, con la revolución industrial, alguien hubiese dicho que una máquina de vapor iba a hacer tareas automáticas, la gente se hubiera vuelto loca. Yo creo que hoy estamos en eso: Inteligencia artificial, Big data o IA generativa son un paso más en la tecnología tal como la entendemos y que condicionarán los próximos años.
Recientemente han firmado acuerdos con el Vall d’Hebron, para la Unidad de Ictus, o el Acuerdo de Patología Digital con el Infanta Leonor. ¿Cómo están siendo los contratos ahora mismo con la Administración en el Sistema Nacional de Salud y cómo tienen que cambiar o van a evolucionar?
Los contratos, como todo, al final tienen que evolucionar. Si bien el contrato transaccional de suministro está ahí y siempre estará, ahora mismo vemos una necesidad cada vez mayor de los contratos de servicios, de colaboración, de riesgo compartido, donde no solo nos encarguemos de suministrar una fantástica tecnología y que el profesional se encargue de utilizarla, sino de garantizar que el impacto de esa tecnología que teóricamente nosotros visualizamos como compañía acabe llegando al usuario y al paciente.
“El cambio de paradigma en los contratos públicos es garantizar también que el impacto de una tecnología acabe llegando al usuario y al paciente”
Ese es el cambio de paradigma. No solo te entrego una máquina fantástica, sino que garantizo que esas bondades que yo te he podido llegar a decir acaben llegando al paciente. En el caso de Vall d’Hebrón con la unidad del ictus está muy acentuado, porque es una patología completa donde en lugar de entregar una tecnología, garantizamos que el flujo del paciente en ese hospital se optimice para que la reducción del tiempo desde que el paciente tiene un síntoma de ictus hasta que se le trata se reduzca dramáticamente. Se podría hacer entregando una buena tecnología y que el hospital lo optimizara. Pero nosotros tenemos el expertise a nivel mundial para poder hacer eso.
En mayo pasado entró en vigor la modificación de la Ley de Contratos Públicos. ¿De qué manera va a impactar en los contratos que firmen con los hospitales públicos?
No estamos hablando de una gran revolución, pero es una evolución. Para mí el punto más sensible es la posibilidad de reconocer la indexación de los contratos, aunque la ley es un poco ambigua. A nosotros nos hubiera gustado, también como manifestó Fenin, que hubiera una indexación clara al IPC. Lo que estamos viendo es que ni el IPC ni la inflación en general están siendo controlados al ritmo que uno inicialmente hubiera pensado, lo que tiene un impacto en nuestros costes.
“Si la indexación del IPC no se acaba viendo reflejada en los contratos a largo plazo, derivará en falta de competitividad, de atención tecnológica y de servicios en la administración pública y en concursos desiertos”
Si en los contratos a largo plazo no se acaba viendo reflejado, lo que veremos es falta de competitividad, concursos desiertos y una falta de atención tecnológica y de servicios en la administración pública. Sin generar espirales inflacionistas, pero la realidad tiene que ser adaptada. Para nosotros el reflejo de la indexación es muy importante, y ojalá se llegara a la conclusión de que fuera una indexación directa con el IPC, que es lo más sencillo.
En la actualidad hay tres cribados aprobados dentro de la Cartera Básica del Sistema Nacional de Salud: mama, cérvix y colon. Estamos hablando ya del de pulmón. ¿Hasta qué punto considera necesaria su incorporación para la detección de enfermedades asociadas al tabaco?
Es muy necesario en general el mover la curva de nuestro sistema actual, basado en la enfermedad y que actúa cuando un paciente tiene una patología y se le diagnostica, se le trata y después se le hace el seguimiento porque se cronifica. Y pasar a otro modelo en el que nos adelantemos lo máximo posible para que diagnostiquemos una fase muy temprana y que se pueda tratar al paciente.
Como compañía tecnológica, lo que tenemos es que garantizar herramientas a los profesionales para que esos diagnósticos se puedan realizar. Si es mama, como está establecido; o pulmón, como parece que hay indicación científica, nosotros apoyamos a las sociedades científicas para que haya un consenso internacional sobre su beneficio.
“Apoyamos a las sociedades científicas para que haya un consenso internacional sobre el beneficio de los programas de cribado”
No obstante, ese consenso tiene que estar muy claro. Si no, al final puedes generar incluso más alarma social o la posibilidad de que gente que no entra en el circuito de la sanidad, entre sin necesidad. Que la evidencia científica respalde esos programas es muy importante.
Una de las grandes críticas que se le vienen haciendo desde hace años al sistema sanitario es la referida a la obsolescencia del parque tecnológico. ¿Hasta qué punto el Plan Inveat ha conseguido revertir este problema?
Inveat es un plan fantástico, pero es puntual. No podemos vivir de planes puntuales en la estrategia a medio plazo del sistema de salud. Creo que tiene que haber una planificación ordenada. Ya sea anual, bianual, trimestral, quinquenal… Pero que refleje la posibilidad de reducir la obsolescencia y no vivir en un sistema obsoleto. Si tenemos que esperar a estar en la cola de Europa para que venga un programa Inveat, vamos mal porque nos estamos perdiendo las bondades de mucha tecnología.
Debe haber un plan estructurado para la renovación de equipamiento y también para la adaptación y asimilación de tecnologías revolucionarias o innovadoras, donde España por ejemplo, con un programa Inveat, se ha puesto al día en las tecnologías más normales o evolutivas. Pero las grandes tecnologías punteras que pueden estar en centros de referencia en el mundo, ahora mismo en España (con algunas excepciones) no están presentes. Creo que un plan nacional sería muy importante para evitar las situaciones que hemos vivido en el pasado.
“Si tenemos que esperar a estar en la cola de Europa para que venga un plan Inveat, vamos mal porque nos estamos perdiendo las bondades de mucha tecnología”
Un plan, no sé si anual, pero desde luego con análisis de capacidad. Además, debe ser dinámico. La tecnología, y hemos hablado un poco de la inteligencia artificial, cambia muy rápidamente. Tampoco se puede planificar en una década, porque no sabremos en tres años si habrá nuevos sistemas diagnósticos.
¿Qué margen de mejora tiene el Plan Inveat?
Hay que tener una planificación estructurada, nacional o por comunidades autónomas, de qué es lo que va a venir en los próximos años para que podamos adaptarnos. Que, además, se adapte a las necesidades de los profesionales y los pacientes y anticipe también qué es lo que va a venir tecnológicamente en el futuro. No tenemos certeza hoy, pero sí que tenemos bastantes indicadores.
No podemos esperar a que la situación sea dramática para lanzar un plan con ayudas europeas o estatales para solucionarlo. Creo que España es un país que merece estar delante porque tiene talento profesional como para ser punta de lanza y no tener que estar simplemente recortando el terreno respecto a otros estados.
“Que España esté en el vagón de cola no es lo que merecemos y donde nuestro sistema de salud debiera estar”
Que España esté en el vagón de cola no es lo que merecemos y donde nuestro sistema de salud merece y debiera estar. Necesitamos un plan para esa renovación de las tecnologías clásicas y evolutivas, y también para que lleguen a España esas tecnologías revolucionarias o que crean conocimiento, que son bandera del conocimiento científico y de la humanidad y que también tienen que estar. No solo hablo de investigación, sino de técnicas avanzadas de diagnóstico o de terapia. Creo que ahí España tiene que jugar un papel.
Estamos hablando cada vez más de sostenibilidad, pero también es un contexto marcado por la limitación en el uso de recursos que puede aportar una compañía como Siemens Healthineers.
La sostenibilidad es un tema absolutamente fundamental. Nosotros vemos dos caminos: uno, el menos obvio, que es la sostenibilidad mediante el acceso al sistema de salud. Hablamos en España, pero también en el mundo hay que tener en cuenta que dos terceras partes de la población del planeta no tienen el más mínimo acceso a un sistema sanitario ni a lo más básico que nos podamos imaginar.
Este planeta también será sostenible si el acceso está garantizado. Tal y como las tecnologías están planteadas hoy, puede haber mejoras incrementales, pero no va a haber grandes saltos cuánticos. Como empresa, también es nuestra responsabilidad facilitar esa tarea de que todo el planeta tenga acceso a una sanidad mínima. Y eso se hace mediante tecnologías diferentes, digitales en remoto, etcétera.
“Como empresa, también es nuestra responsabilidad facilitar esa tarea de que todo el planeta tenga acceso a una sanidad mínima”
Por el otro, está la sostenibilidad en el uso de los recursos. El sistema sanitario en general, en los gráficos de consumo de energía a nivel mundial, tiene un peso muy relevante. Creo que, como tecnológica, tenemos una fuerte responsabilidad en la reducción de emisiones de CO2 y en la del consumo de energía.
Pero también no es solo que un determinado equipo gaste menos, sino también plantearnos cómo podemos optimizar mediante la virtualización que, por ejemplo, profesionales y pacientes eviten desplazamientos. Así evitamos congestión de tráfico y emisiones de CO2.
El sistema de salud tiene mucho que decir al respecto. En general, el sector sanitario tiene que ser un ejemplo en la sociedad y no puede ir por detrás de ella. Si hay otros sectores que están muy avanzados en la descarbonización, el sanitario, por la responsabilidad social general que tiene, debe ser punta de lanza. Y creo que en este momento la sostenibilidad ha llegado años más tarde que en otros sectores. Tenemos mucho que hacer en como grandes consumidores de energía.