Redacción
Las transfusiones de sangre suelen salvar la vida de miles de personas que se encuentran en situaciones de riesgo, sin embargo, una investigación desarrollada por científicos de Japón señala que las reacciones alérgicas a las transfusiones (ATR), un efecto secundario potencialmente mortal de las transfusiones de sangre con mecanismos poco claros, pueden estar relacionadas con alergias alimentarias en pacientes y que, aunque no siempre, son particularmente frecuentes entre los niños.
Las transfusiones son necesarias no sólo después de una pérdida grave de sangre debido a una cirugía o un traumatismo, sino también como tratamiento estándar para ciertos trastornos sanguíneos como la anemia y la anemia de células falciformes. Estos hallazgos podrían allanar el camino para transfusiones de sangre más seguras mediante el desarrollo de medidas preventivas y contramedidas para los ATR.
Las reacciones alérgicas a las transfusiones son un efecto secundario potencialmente mortal
Aunque los científicos creen que las ATR son causadas por una alergia tipo 1 mediada por inmunoglobulina E (IgE), no siempre se conocen los alérgenos responsables. Por este motivo, un equipo de investigación compuesto por el Dr. Ryu Yanagisawa del Hospital Universitario Shinshu, Japón, junto con el Dr. Minoru Tozuka y el Dr. Yasunori Ito del Hospital Infantil de Nagano, Japón, se propusieron encontrar más respuestas. Así en el estudio, publicado en línea en la revista Allergy, los investigadores centraron su atención en lo que podría haber parecido un sospechoso poco probable.
“En nuestro estudio anterior, descubrimos que los pacientes pediátricos con alergias alimentarias eran característicamente más propensos a los ATR. Teniendo en cuenta que las alergias alimentarias también son más frecuentes en los niños, decidimos investigar si los alimentos que comió el donante antes de donar sangre podrían estar asociados con el desarrollo de ATR en niños con alergias alimentarias”, afirma el Dr. Yanagisawa.
Realizaron pruebas de activación de basófilos (BAT) exponiendo la muestra a los sueros correspondientes
Para realizar esta investigación, los participantes han reunido muestras de sangre de más de 100 pacientes pediátricos con alergias alimentarias diagnosticadas al huevo, el trigo o la leche. Asimismo, recogieron sangre de dos donantes sanos antes y después de una ingestión sustancial de estos productos alimenticios y extrajeron el suero.
Poco después de recolectar sangre de cada paciente alérgico, los investigadores realizaron pruebas de activación de basófilos (BAT) exponiendo la muestra a los sueros correspondientes. Como su nombre lo indica, estas pruebas evalúan la activación de los basófilos, un tipo particular de glóbulo blanco que está fuertemente involucrado en las reacciones alérgicas.
Los niveles de BAT fueron significativamente más altos cuando la sangre estuvo expuesta al suero de donantes que habían ingerido huevos
De esta manera, observaron que en pacientes con alergia al huevo, los niveles de BAT fueron significativamente más altos cuando la sangre estuvo expuesta al suero de donantes que habían ingerido huevos. Además, el suero obtenido de muestras de donantes de sangre recolectadas cuatro horas después de la ingestión de huevos dio como resultado niveles de BAT notablemente más altos que los recolectados dos horas después de la ingestión de huevos. Por el contrario, los resultados para la leche y el trigo fueron más variados: los niveles de BAT solo aumentaron después de la exposición al suero de uno de los dos donantes.
En general, la evidencia obtenida a través de este estudio sugiere firmemente que los ATR podrían ser desencadenados por los alimentos consumidos por los donantes antes de una donación de sangre. Aunque se necesitarán más análisis y experimentos para confirmar esto con mayor certeza, estos esfuerzos constituyen un primer paso necesario para dilucidar los mecanismos subyacentes a los ATR.