Enfermeras y personas con VIH van más allá del control virológico para garantizar la salud a largo plazo

Sanitarios y pacientes cree que deben reforzarse la atención en torno a las comorbilidades, como las neuropsiquiátricas o las enfermedades cardiovasculares para buscar un envejecimiento saludable de las personas con VIH

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Redacción
Después de que los avances científico-médicos hayan conseguido en las últimas décadas con el VIH no termine siendo una enfermedad mortal, el objetivo actual se centra en conseguir una buena salud a largo plazo en las personas que viven con este virus, y que están envejeciendo. Por eso, sanitarios, enfermeras y pacientes con VIH entienden que un buen control virológico no puede ser el único indicador para medir el éxito de un tratamiento a largo plazo, sino que también deben reforzarse la atención en torno a las comorbilidades, como las neuropsiquiátricas o las enfermedades cardiovasculares.

Expertos y pacientes creen que un buen control virológico no puede ser el único indicador para medir el éxito de un tratamiento a largo plazo en personas con VIH

Esto objetivo, el de alcanzar un envejecimiento saludable, es uno de los principales puntos tratados en InVIHforum, el primer encuentro de enfermería y comunidad VIH, organizado por Gilead con la colaboración de Seisida, el aval de Cesida y el patrocinio científico de la Asociación RIS. Más de 170 expertos sanitarios, enfermería y miembros de organizaciones de pacientes han formado parte del encuentro celebrado en Madrid esta semana.

Los datos indican que estas comorbilidades, tanto las cardiovasculares como las neuropsiquiátricas, son más frecuentes y se producen antes en las personas con VIH que en la población general. Además son, en buena parte, responsables del proceso de envejecimiento prematuro.

Una de cada dos personas con VIH son mayores de 50 años y ocho de cada 10 tendrán al menos una comorbilidad

Por tanto, se convierten en un punto clave, teniendo en cuenta que una de cada dos personas con VIH son mayores de 50 años, que ocho de cada 10 tendrán al menos una comorbilidad, que uno de cada dos estarán polimedicadas y que, por el momento, todas ellas vivirán el resto de su vida con esta infección crónica. Por eso los expertos creen que hay que trabajar en prevenir las comorbilidades y tratarlas de forma anticipada para garantizar una buena calidad de vida a futuro.

Sin embargo, muchos de estos problemas no están considerados en las estrategias o directrices de seguimiento del VIH, por lo que durante InVIHforum los expertos recordaron que es importante un abordaje integral del bienestar de las personas con VIH como parte de los cuidados a largo plazo.

Muchas de las comorbilidades más frecuentes no están considerados en las estrategias o directrices de seguimiento del VIH

En el caso de las comorbilidades neuropsiquiátricas, los participantes en el encuentro señalaron que la comunicación entre el equipo sanitario y el paciente es clave para detectar posibles síntomas ocultos y que afectan a la calidad de vida de la persona con VIH.

En este sentido, la percepción del paciente sobre su enfermedad es, muchas veces, distinta de la que tiene su profesional, que a veces subestima el número de pacientes con síntomas que disminuyen la calidad de vida, como ansiedad, tristeza y fatiga, en comparación con la percepción real del propio paciente cuando aporta respuestas directas sobre su estado de salud. Por ello, es fundamental insistir en mejorar la comunicación del profesional con el paciente.

Los sanitarios subestiman el número de pacientes con síntomas que disminuyen la calidad de vida de las personas con VIH, como ansiedad, tristeza y fatiga

Para mejorar esa comunicación, Gilead ha puesto a disposición de los pacientes, de los sanitarios y de la comunidad VIH herramientas como la web eresvihda, aplicaciones como Prepara tu próxima consulta, o canales como Unfollow de Virus, que pueden ayudar a planificar la consulta con el especialista de forma anticipada, así como transmitir a sus médicos los problemas que realmente tienen relacionados con el insomnio, la ansiedad, el sueño, la depresión o la adherencia para un mejor manejo de estas comorbilidades.

En el encuentro también abordaron otros retos que deben afrontar los profesionales del área del VIH en su día a día desde la perspectiva clínica y social. Entre ellos, el adecuado manejo de las comorbilidades neuropsiquiátricas, la salud a largo plazo, el envejecimiento saludable, el chemsex, la fragilidad, los determinantes sociales, el counselling y la innovación.

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