La carga de la enfermedad de Parkinson ha aumentado más de un 80% en los últimos 20 años

Se estima que el número de personas con Parkinson se duplicará en los próximos años, llegando a afectar a unos 20 millones de personas en 2050

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Redacción
La enfermedad de Parkinson se ha convertido en el trastorno del movimiento predominante y la segunda enfermedad neurodegenerativa más común en el mundo, por detrás de la enfermedad de Alzheimer. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alrededor de 10 millones de personas en todo el mundo padecen esta enfermedad pero, además, es la patología neurológica que más rápido está aumentando su prevalencia, por lo que se estima que el número de personas con Parkinson se duplicará en los próximos años, llegando a afectar a unos 20 millones de personas en 2050. Además, la carga de la enfermedad ha aumentado en más de un 80% en los últimos 20 años y el número de fallecimientos se ha duplicado desde el año 2000.

Asimismo, la Sociedad Española de Neurología (SEN) asegura que alrededor de 160.000 personas en España padecen la enfermedad de Parkinson. Esta patología afecta al dos porciento de la población mayor de 65 años y al cuatro por ciento de los mayores de 80 años, pero esto no indica que solo afecta a las personas mayores, ya que un 15% de los casos se dan en personas menores de 50 años, e incluso se pueden dar casos en niños y adolescentes, lo que se denomina enfermedad de Parkinson de inicio temprano.

La Sociedad Española de Neurología (SEN) asegura que alrededor de 160.000 personas en España padecen la enfermedad de Parkinson

“El principal factor de riesgo para desarrollar la enfermedad de Parkinson es la edad, por esa razón calculamos que, en España, y debido al cambio demográfico de nuestra población y también por una mejora en las técnicas de diagnóstico, el número de afectados crecerá a un ritmo superior al de otros países, y llegará a triplicarse en los próximos 25 años, señala el Dr. Álvaro Sánchez Ferro, Coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la SEN.

De igual modo,  otros factores que también parecen predisponer a desarrollar la enfermedad son la exposición a pesticidas, disolventes industriales, o contaminación atmosférica, entre otros componentes. “Además, el mantener un estado de inactividad física y aislamiento social, o no controlar adecuadamente factores de riesgo vascular, como el azúcar en sangre, la presión arterial o el colesterol, son factores que también pueden predisponer a padecer la enfermedad”, explica el Dr. Álvaro Sánchez Ferro.

“El número de afectados crecerá a un ritmo superior al de otros países, y llegará a triplicarse en los próximos 25 años”

En la actualidad, cada año se diagnostican en España unos 10.000 casos nuevos de Parkinson y, teniendo en cuenta que existe un retraso diagnóstico de entre uno y tres años, la SEN estima que un tercio de los nuevos casos están aún sin diagnosticar. El diagnóstico precoz, según explica el Dr. Álvaro Sánchez Ferro, es esencial ya que “al igual que los síntomas específicos pueden ser diferentes para cada individuo, también lo es la velocidad de progresión de la enfermedad.

En todo caso, lo que hemos visto es que, en general, con un tratamiento y manejo adecuado, muchas personas con Parkinson pueden tener una buena calidad de vida muchos años después del diagnóstico. Y también se ha comprobado que tratando antes la enfermedad, su curso evolutivo es más largo, los síntomas mejoran y/o se mantienen más estables y es menor el tiempo de los pacientes con alguna discapacidad funcional. De ahí la importancia del diagnóstico precoz”.

Cada año se diagnostican en España unos 10.000 casos nuevos de Parkinson y debemos tener en cuenta que existe un retraso diagnóstico de entre uno y tres años

Los tratamientos actuales disponibles para la enfermedad de Parkinson son eminentemente sintomáticos. A los farmacológicos y a las terapias físicas y ocupacionales, de gran relevancia también para estos pacientes, se han unido otros como la estimulación cerebral profunda, cuando los pacientes desarrollan complicaciones que afectan al movimiento y, más recientemente, los ultrasonidos de alta intensidad, una técnica que puede ser útil en personas con temblor que no responde bien a los tratamientos.

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