Redacción
Los pacientes con esclerosis múltiple (EM) presentan perfiles muy heterogéneos, debido a la diversidad de síntomas que pueden experimentar. Por este motivo, es necesario que los expertos clínicos actualicen sus conocimientos para poder brindar a los pacientes una atención personalizada que dé lugar a una mejora en la calidad de vida. Según la Dra. Lucienne Costa-Frossard, neuróloga adjunto del CSUR de Esclerosis Múltiple, Hospital Universitario Ramón y Cajal, “urge saber distinguirlos frente a los de alta o muy alta actividad, con el fin de facilitar la personalización del tratamiento y ajustar los riesgos y beneficios de los fármacos a cada paciente en concreto” .
En este contexto, Biogen ha celebrado la jornada de “Conexiones EM Centro”, destinada a debatir sobre la identificación y manejo del paciente de alta actividad; diferenciación con el paciente de leve-moderada actividad, así como los factores pronósticos y de decisión terapéutica, entre otras cuestiones clave. Durante la jornada, especialistas en neurología han hecho énfasis en la falta de marcadores moleculares como principal reto en la práctica clínica y ante el diagnóstico de pacientes con EM de leve o moderada actividad, apunta la Dra. Lucienne Costa-Frossard.
La falta de marcadores moleculares es el principal reto en la práctica clínica y ante el diagnóstico de pacientes con esclerosis múltiple de leve o moderada actividad
“El retraso diagnóstico al que pueden estar sometidos los pacientes, al no buscar asistencia sanitaria o retrasarla, justamente por no dar la debida importancia a síntomas de brotes leves o que no dejan secuelas” supone un gran desafío en la práctica clínica asociados al perfil del paciente con actividad leve-moderada, según la neuróloga. Además, “el inicio del tratamiento de este tipo de pacientes puede experimentar retrasos debido a una cultura que aún persiste entre algunos médicos, la cual favorece un seguimiento exclusivamente clínico en ausencia de factores de mal pronóstico evidentes” añade.
Por otra parte, puntualiza, “en pacientes con actividad leve a moderada de la enfermedad, aspectos como la seguridad y tolerabilidad de los fármacos, el estilo de vida, la planificación familiar y las preferencias del paciente cobran relevancia para ajustar la eficacia del tratamiento a lo que necesita el paciente, pero buscando minimizar la interferencia en su vida“.
El retraso diagnóstico al que pueden estar sometidos los pacientes supone un gran desafío en la práctica clínica asociados al perfil del paciente con actividad leve-moderada
En esta jornada, los neurólogos hicieron referencia a un nuevo consenso alcanzado por la especialidad en el abordaje y forma en que debe tratarse a los pacientes diagnosticados con esclerosis múltiple, y cuál es el perfil de alta eficacia. En este sentido, se aboga por un diagnóstico temprano y por la apuesta de tratamientos de alta eficacia a introducir “desde el principio y cuanto más pronto, mejor si el paciente presenta una alta o muy alta actividad de la enfermedad”, enfatiza la Dra. Celia Oreja-Guevara, Jefe de sección de Neurología. CSUR de Esclerosis Múltiple. Hospital Clínico San Carlos.
Asimismo, los expertos también apuntan a que las líneas de primera, segunda y tercera en el tratamiento de la EM ya no son utilizadas, sino que en la práctica clínica actual se apuesta o debería apostarse por una nueva terminología basada en la actividad de la enfermedad que es la de “pacientes de moderada, alta actividad y muy alta actividad”.
Por su parte, Christiano Silva, director general de Biogen Iberia, cierra explicando que “la esclerosis múltiple es una enfermedad compleja que requiere un enfoque multidisciplinario y una comprensión profunda de su fisiopatología y tratamiento. Por ello, es crucial que apoyemos este tipo de jornadas, así como la capacitación continua de los médicos, neurólogos, investigadores y otros profesionales de la salud involucrados en el manejo de esta enfermedad”.
