Una de cada 100 personas podría padecer enfermedad inflamatoria intestinal en los próximos 5 años

Expertos del Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa han incidido en la necesidad de tratar precozmente a los pacientes para evitar la progresión de la enfermedad

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Redacción 
En España, cerca de 400.000 personas padecen una enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Además, actualmente se diagnostican en nuestro país 4.000 nuevos casos. “Calculamos que aproximadamente, un 0,8% de la población española está afectada por algún tipo de estas enfermedades. Sin embargo, es esperable que de cara a los próximos 5 años, el porcentaje aumente al 1% de la población. Hablamos de casi medio millón de personas con EII y afecta tanto a adultos como a niños y adolescentes”, ha advertido Iago Rodríguez-Lago, médico adjunto del Servicio de Aparato Digestivo, Unidad de EII, del Hospital de Galdakao y miembro de la Junta Directiva de Geteccu.

Esta tendencia al alza refleja la necesidad urgente de buscar nuevas vías de tratamiento, ya que “la gran mayoría de los fármacos disponibles presentan tasas de respuesta inferiores al 50%“. Así lo han resaltado diferentes expertos del Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (Geteccu) durante la I Jornada de Divulgación en Enfermedad Inflamatoria Intestinal en la que han incidido en la necesidad de tratar precozmente a los pacientes para evitar la progresión de la enfermedad y encontrar el tratamiento adecuado a su condición ya que no todos funcionan por igual en todos los pacientes. De hecho, según han destacado lo expertos, solo el 10-20% de los pacientes no responden a ningún tratamiento y se convierten en pacientes refractarios.

En España, cerca de 400.000 personas padecen una enfermedad inflamatoria intestinal 

Por ello, uno de los principales retos en el abordaje de la EII la necesidad de tener más vías de tratamiento porque con un solo fármaco no se consigue dar cobertura a todos los pacientes. Además, “la mayor parte de los pacientes van a requerir tratamiento de por vida”, ha aseverado la vicepresidenta de Geteccu y médica adjunta del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitari Mútua Terrassa en Barcelona, la Dra. Yamile Zabana.

La EII es una patología crónica que afecta principalmente al colon y/o al intestino delgado, aunque pueden verse afectados otros tramos, en caso de la enfermedad de Crohn, e incluso presentar manifestaciones fuera del intestino. Las formas más comunes de EII son la enfermedad de Chron, con una incidencia de 7,4 casos por cada 100.000 habitantes en España, y la colitis ulcerosa, con una incidencia de 8,1 casos por cada 100.000 habitantes. Estas patologías suelen tardar en diagnosticarse unos cinco meses en España y, por ejemplo, en el caso de la enfermedad de Chron, uno de cada cinco pacientes tiene complicaciones en el diagnóstico.

Se tratan de patologías que tienen un gran impacto a nivel físico y en la calidad de vida de los pacientes. Entre sus síntomas se encuentran la diarrea, el dolor abdominal, el sangrado en las heces, el dolor articular, entre otros. “Además de los síntomas que produce, la inflamación asociada a la enfermedad y los brotes de actividad causa un daño progresivo a nivel de la pared intestinal, lo que ocasiona complicaciones como las estenosis (disminuciones de calibre), abscesos o fístulas, que pueden a aparecer tanto a nivel abdominal como perianal, lo que origina aún una mayor disminución de la calidad de vida”, ha afirmado el Rodríguez-Lago.

En España, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa suelen tardar en diagnosticarse unos cinco meses 

Asimismo, esta complejidad implica un impacto significativo en los sistemas sanitarios.La EII se asocia a un alto consumo de recursos por la asistencia hospitalaria, consultas, tratamientos médicos, hospitalizaciones y cirugías. Ante esto, y contando también con la complejidad que comportan estas patologías, es necesario disponer de profesionales formados, así como equipos multidisciplinares que aseguren una asistencia de calidad a estos pacientes”, ha descrito.

En este sentido, la Dra. Zabana ha manifestado que la EII necesita un enfoque interdisciplinar que incluya a muchos más profesionales que los gastroenterólogos interesados en ella. Aunque el abordaje de esta patología es complejo, actualmente los profesionales disponen de diferentes terapias. En primer lugar, destaca el uso de los biosimilares, que tienen el mismo efecto que otras terapias anteriores pero con un precio mucho menor.

 

Concretamente, con los biosimilares destaca la terapia con los anti-TNF. El principal es el IFX subcutáneo ya que tiene una buena tolerancia, mejores tasas de persistencia y la posibilidad de tratamiento sin inmunomoduladores asociados, además de facilitar la adherencia ya que, al ser subcutáneo el paciente no tiene por qué acudir diariamente al hospital. No obstante, este tratamiento tiene poca persistencia porque genera mucho efecto inmune. “La retirada del tratamiento con IFX conlleva un riesgo seis veces mayor de recidiva, frente al mantenimiento monoterapia o en combinación con otras”, ha apuntado la especialista.

La complejidad de la EII implica un impacto significativo en los sistemas sanitarios asociado a un alto consumo de recursos por la asistencia hospitalaria, consultas, tratamientos médicos, hospitalizaciones y cirugías

Por otro lado, la experta ha destacado la terapia con inhibidores de Jak,cuyo mecanismo de acción es intracelular y no se combinan con otras terapias. “Esta terapia se posiciona como los nuevos agentes del futuro por su bajo coste de producción, la baja inmunogenicidad, la facilidad de uso y el bloqueo de múltiples vías”, ha explicado la Dra. Zabana. Actualmente hay tres inhibidores de Jak disponibles para tratar EII: el tofacitinib, el upadacitinib y el filgotinib. No obstante, esta terapia debe evitarse en mayores de 65 años, en fumadores activos o los que tienen un riesgo aumentado de neoplasias. Solo se pueden usar en estos pacientes siempre y cuando no haya otra opción disponible.

Por otro lado, también se encuentra la terapia con moduladores S1P1r, que son fármacos que inhiben el tráfico de leucocitos y tienen una rápida acción. Y la terapia anti-IL23, que parece ser el camino futuro de tratamiento. Asimismo, la experta ha destacado que ya se tiene evidencia de la eficacia de la terapia combinada, sobre todo en la colitis ulcerosa.

“Es fundamental tener un plan de acción en el manejo de la enfermedad inflamatoria intestinal seguirlo y revisarlo, ya que cuanto antes tratemos a los pacientes, mejor será su pronóstico. Además, en el futuro es posible que los pacientes hagan tratamientos cíclicos. El principal objetivo es dirigirnos hacia una medicina cada vez más personalizada “, ha finalizado la Dra. Zabana.

 

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