Cristina Cebrián
Con un programa formativo “muy obsoleto”, de 27 años de antigüedad, el presidente de la Sociedad Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular (Semnim), el Dr. Diego Becerra, reclama la actualización del programa formativo para la especialidad de medicina nuclear. En conversación con iSanidad, el también jefe de Servicio de Medicina Nuclear en el Hospital Clínico San Cecilio de Granada explica que el Ministerio de Sanidad, tras sucesivos retrasos, se había comprometido finalmente a su publicación este año, por lo que mantiene la esperanza “a la espera de que lo haga próximamente”.
Desde la Semnim también se han propuesto aumentar la visibilidad de la medicina nuclear para darla a conocer a los futuros médicos y hacerla más atractiva de cara a la elección de plazas MIR, ya que suele ser una de las últimas especialidades médicas en completar su cupo. Sin embargo, el presidente de la sociedad insiste en que es una especialidad “muy completa, que engloba actividad diagnóstica y terapéutica, incluyendo la actividad en área quirúrgica”.
Por último, el Dr. Becerra repasa los beneficios que aportan a esta especialidad la llegada de la innovación tecnológica y la aplicación de la inteligencia artificial, con ejemplos como el uso de los nuevos radiofármacos y la tecnología de semiconductores, detectores digitales y mejoras en el software de adquisición de imagen y de procesado.
Esperamos que el Plan InvEAT no sea solo una inversión puntual, sino que suponga un replanteamiento de la gestión del equipamiento donde encontramos grandes déficits a nivel general en toda España
¿Cómo valoran desde la Semnim el Plan de Inversión en Equipos de Alta Tecnología Sanitaria en el Sistema Nacional de Salud (Plan InvEAT) del Ministerio de Sanidad?
Nuestra valoración es bastante positiva porque ha supuesto la inversión, con fondos europeos, de cerca de 750 millones de euros en alta tecnología. En medicina nuclear ha posibilitado la adquisición de 49 PET (tomografía de emisión de positrones) y 86 SPECT (tomografía computarizada por emisión de fotón único).
De manera que el porcentaje de equipos que estaban en una franca obsolescencia, tal y como respaldan algunos informes, como el Estudio sobre el gasto hospitalario del sistema nacional de salud: farmacia e inversión en bienes de equipo, elaborado por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), se ha reducido significativamente gracias a la reposición y la renovación. Además, alcanzamos un nivel bastante aceptable respecto a nuestro marco europeo, aunque todavía hay margen de mejora. Esperamos que el Plan InvEAT no sea solo una inversión puntual, sino que suponga también un replanteamiento de la gestión del equipamiento donde encontramos grandes déficits a nivel general en toda España.
¿Contamos en España con equipos suficientes y adecuados a las necesidades de los servicios de medicina nuclear?
Si nos comparamos con otros países europeos, y después de la aplicación del Plan InvEAT, la densidad de equipos de medicina nuclear en España se corresponde prácticamente con la media europea. Hay que tener en cuenta que existe una gran heterogeneidad en la densidad de equipos de cada uno de los países europeos, pero España se encuentra en la media.
Una de nuestras reivindicaciones es posicionar la especialidad de medicina nuclear, sobre todo con respecto a la formación en las facultades de Medicina, donde tenemos un amplio margen de mejora
Otra cosa es que todos se encuentren en una situación de actualización adecuada. No solo debemos tener presente la antigüedad de los equipos o el desfase en cuanto a prestaciones respecto a los nuevos modelos, la llamada obsolescencia tecnológica, sino también la obsolescencia clínica; es decir, el desfase que se produce en los equipos antiguos que, a pesar de estar funcionales, por su tecnología anticuada hace que no puedan dar respuesta a los requerimientos diagnósticos exigidos en la actualidad y respaldados por la evidencia clínica.
¿Cuáles son las principales reivindicaciones que hacen desde esta sociedad científica?
Entre las principales reivindicaciones está la de situar a la Semnim como referente e interlocutor representativo de los médicos nucleares españoles, especialmente entre la Administración, pero también entre otros actores implicados en la prestación de la asistencia sanitaria, como la industria farmacéutica, asociaciones de pacientes e incluso otras especialidades médicas.
Otra de nuestras reivindicaciones es la visibilidad y el posicionamiento de nuestra especialidad, sobre todo con respecto a la formación en las facultades de Medicina, donde tenemos un amplio margen de mejora.
También reivindicamos la actualización del programa formativo de la especialidad ya que está muy obsoleto, con 27 años de antigüedad. Todavía no se ha revisado por parte del Ministerio de Sanidad y estamos a la espera de que lo hagan este año, esperamos que así sea.
Reivindicamos la actualización del programa formativo de la especialidad ya que está muy obsoleto, con 27 años de antigüedad
Por último, ante el importante crecimiento de la especialidad y el interés que esto suscita en otras áreas de conocimiento y grupos de interés, la Semnim trabajará por el desarrollo del ejercicio profesional coordinado y colaborativo, pero sin intrusismo.
¿Hacia dónde se dirige la investigación en esta especialidad y qué importancia tiene el uso de radiofármacos dirigidos a tumores concretos?
La investigación en el ámbito de la medicina nuclear se dirige hacia varios ámbitos. Uno de ellos es la instrumentación, donde progresivamente se van incorporando novedades tecnológicas más avanzadas que hacen posible la obtención de una mejor calidad de imagen y en menos tiempo, lo que redunda en una menor dosis de radiación al paciente.
La innovación tecnológica ha supuesto un verdadero avance en la especialidad y, por supuesto, la irrupción de la inteligencia artificial
Otra línea de investigación son los nuevos radiofármacos, tanto a nivel diagnóstico como terapéutico. Hay que tener en cuenta que las estimaciones económicas asignan un crecimiento de casi el doble del volumen total del mercado mundial en el ámbito de los radiofármacos en diez años. Por otra parte, creo que deberíamos promover la evaluación de resultados y de costes de los procedimientos de medicina nuclear en el contexto de procesos asistenciales concretos, que nos permitan medir objetivamente su impacto clínico y económico respecto a otras alternativas y, fundamentalmente, en el paciente.
¿Hasta qué punto la innovación tecnológica y la irrupción de la inteligencia artificial han supuesto un avance en la especialidad de medicina nuclear?
Los últimos años han supuesto un avance verdaderamente disruptivo de la especialidad gracias a la innovación tecnológica y, por supuesto, a la irrupción de la inteligencia artificial. En cuanto a la innovación tecnológica, se ha producido grandes avances tanto en el ámbito del equipamiento como en el de nuevos radiofármacos. En el caso del equipamiento, nos ha permitido la mejora de la capacidad de adquisición y procesado de las imágenes diagnósticas consiguiendo con ello una mayor sensibilidad y especificidad y, por tanto, tener mayor precisión diagnóstica.
La investigación en la innovación tecnológica en radiofármacos, nos ha permitido ampliar el abanico de aplicaciones de la medicina nuclear a muchas más patologías, con mayor rendimiento diagnóstico y también una mayor efectividad en los tratamientos dirigidos, promoviendo un avance sin precedentes en el campo de la teragnosis.
Probablemente, en España tenemos cierto retraso en el Sistema Nacional de Salud en el acceso a los radiofármacos respecto a otros países europeos. En ese sentido, notamos una brecha en cuanto a la aplicación rápida de esa innovación tecnológica disponible en otros países.
Probablemente, en España tenemos cierto retraso en el Sistema Nacional de Salud al acceso a los radiofármacos respecto a otros países europeos
Gracias a la inteligencia artificial podemos en la actualidad realizar la adquisición de imágenes en menor tiempo, con menos dosis y evitando artefactos naturales producidos, por ejemplo, por los movimientos del paciente o de los órganos, con la que obtenemos imágenes de mejor calidad. También ofrece una ayuda muy importante en la interpretación de las imágenes y, en definitiva, nos permite un mayor rendimiento diagnóstico. El proceso sigue avanzando y es posible que, en breve, como en otras áreas clínicas, nos permita incluso mejorar los criterios de indicación individualizado para los pacientes concretos.
En 2023, medicina nuclear fue la especialidad médica que más eligieron los MIR extranjeros, por encima de los españoles. Y, en la adjudicación MIR de este año, ha sido una de las últimas especialidades en completar su cupo de plazas. ¿A qué se debe este hecho y cómo se puede hacer más atractiva esta especialidad para los futuros médicos?
Probablemente esta situación esté relacionada con el hecho de que la especialidad mantiene plazas vacantes hasta números altos del MIR y, por tanto, está más accesible a puestos con número altos, a los que probablemente tengan más acceso los aspirantes extranjeros.
Es muy importante que la especialidad de medicina nuclear tenga presencia en las facultades ya que solamente en una facultad española existe una asignatura de medicina nuclear
El esfuerzo que queremos hacer desde la Semnim es precisamente dar a conocer la especialidad. Es muy importante que tenga presencia en las facultades ya que solamente en una facultad española existe una asignatura, en este caso cuatrimestral, de medicina nuclear. Por otro lado, en la mayoría de las facultades donde hay docencia de medicina nuclear no la imparten médicos nucleares. Para nosotros ese es un verdadero factor limitante en el conocimiento de la especialidad tal como se desarrolla hoy día y, por lo tanto, de su selección en el proceso MIR.
También es verdad que existe una imagen de la medicina nuclear un poco anticuada. Sin embargo, es una especialidad muy completa, que incluye actividad diagnóstica y terapéutica, incluyendo actividad en área quirúrgica.
Probablemente, otro factor que permanece en el inconsciente colectivo es que al ser una especialidad que, salvo casos concretos, no tiene guardias presenciales, a efectos retributivos puede haber una desventaja competitiva respecto a otras especialidades. En la actualidad, debido a la ampliación de la actividad programada en jornada de tardes para incrementar la rentabilidad de los equipos y la accesibilidad a los pacientes, esto ya no es así. Al contrario, puede convertirse en un atractivo más al no suponer una merma económica significativa y ganar en calidad de vida, tal como se debate en la actualidad con el tema de las guardias médicas de 24 horas.
Por tanto, el esfuerzo de la Semnim en este sentido se centra en desmitificar esa imagen de la medicina nuclear anticuada y hacer ver que realmente es una especialidad atractiva.