Redacción
La sonrisa cumple un papel fundamental en la vida de un niño. Esta no solo evidencia el paso del tiempo y el desarrollo de lo más pequeños a través del crecimiento de sus primeros dientes, la pérdida de su dentición temporal y, finalmente, el reemplazo de esta por una definitiva y permanente; sino que también funciona como un indicador de salud bucodental y general. En este sentido, la sonrisa de un niño es capaz de evidenciar maloclusiones que pueden convertirse en un problema a futuro si no son abordados, según el caso en particular, por especialistas en ortopedia u ortodoncia interceptiva. En este sentido, la ortodoncia preventiva es fundamental para un desarrollo de una sonrisa saludable en niños.
“La ortopedia consiste en crear un efecto sobre los huesos, lo que solo se puede realizar cuando estos son lo más maleables posible; mientras que la ortodoncia interceptiva consiste en evitar que ciertos hábitos impliquen un mal desarrollo facial”, explica el Dr. Javier Girón de Velasco, ortodoncista de la clínica dental infantil Moonz.
Tanto la ortopedia como la ortodoncia interceptiva forman parte de la primera fase de la ortodoncia, cuya implementación puede recomendarse desde los 5 hasta los 9 años inclusive. Durante este periodo, los niños pueden presentar una dentadura muy variada, ya que algunos de ellos continúan teniendo una dentición temporal, conformada completamente por los reconocidos dientes de leche; una dentición mixta en la que conviven dientes de leche y definitivos o una dentición definitiva, es decir, cuando la totalidad de sus piezas dentales son permanentes.
Este tipo de ortodoncia preventiva o preortodoncia se recomienda desde los 5 hasta los 9 años para evitar que ciertos hábitos impliquen un mal crecimiento de la estructura facial del niño a futuro
Tradicionalmente, se cree que la ortodoncia solo se puede realizar en dientes definitivos y que es utilizada únicamente para modificar o corregir el posicionamiento de los dientes por medio de la aplicación de brackets o alineadores. Sin embargo, el ortodoncista de Moonz subraya que esto no es del todo correcto. “Ante una dentición temporal no se colocan brackets, salvo en circunstancias muy específicas, sino que se utiliza otro tipo de aparatología que puede ser fija o removible con objetivos ortopédicos o interceptivos; mientras que, ante una dentición mixta, es posible que se utilicen brackets para corregir ciertas maloclusiones en los dientes definitivos”, afirma el especialista.
Ventajas de aplicar ortodoncia interceptiva en edades tempranas
Los casos clínicos que requieren de ortodoncia interceptiva están relacionados con algunos hábitos que pueden provocar complicaciones a futuro en la estructura facial, tales como chuparse el dedo, el chupete y la deglución infantil, es decir, tragar interponiendo la lengua entre los dientes.
Los brackets pueden implementarse en tratamientos que tienen como pacientes a niños con dentición mixta o definitiva
En este contexto, el Dr. Javier Girón de Velasco asegura que la gran ventaja de implementar ortodoncia en edades tempranas es solucionar problemas que más adelante no se pueden resolver de manera conservadora, es decir, sin tratamientos quirúrgicos o extracciones dentarias. Además, el experto destaca que, de la mano de la ortodoncia interceptiva, se puede evitar que ciertas maloclusiones empeoren con el paso del tiempo.
“En nuestras clínicas, la gran mayoría de los pacientes que han necesitado extracciones de dientes definitivos o una tracción ortodóncica de un colmillo con ayuda quirúrgica no han tenido una fase ortopédica previa”, expone el ortodoncista de Moonz a modo de ejemplo ilustrativo. Sin embargo, cabe recordar que, la realización de estos tratamientos en niños de edades tempranas no significa que estén exentos a utilizar brackets o alineadores en un futuro con el fin de corregir maloclusiones que pueden tratarse con compensaciones dentarias.