En la actualidad, la tasa de supervivencia de los programas de trasplantes hepático infantil se sitúa entre el 90% y el 95%, la más alta desde que se inició este tipo de cirugías. Estas consisten en sustituir el hígado afectado por el injerto de otro sano conseguido gracias a un donante cadáver o a un donante vivo compatible, familiar del menor. Esto se ha conseguido gracias a investigaciones realizadas para conseguir “mejores técnicas quirúrgicas e inmunosupresión”.
Pese a este logro en la tasa de supervivencia , quedan muchos retos a los que enfrentarse – “el más importante es investigar dianas terapéuticas más conservadoras para las enfermedades hepáticas congénitas, con el objetivo de que sea posible retrasar todo lo posible el trasplante” afirma la Dra. Mónica Rodríguez Salas, miembro de la Unidad de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. Por otro lado, Rodríguez Salas considera necesario un mayor conocimiento de los avances en hepatología infantil por parte del resto de los pediatras ya que esta enfermedad “es todavía una gran desconocida“.
No hay apenas lista de espera en trasplantes hepáticos pediátricos
La terapia, que consiste en sustituir el hígado afectado por un hígado o parte del mismo obtenido a través de la donación. Hay varios tipos de donación “según de donde provenga el hígado: la de cadáver, procedentes de personas que han aceptado el proceso de donar sus órganos para quienes lo necesiten; o un familiar directo vivo, mayor de edad, que sea compatible y acepte libremente la donación”. La principal ventaja de realizar el trasplante hepático con un donante vivo es evitar un periodo largo en la lista de espera, así como poder programar el día del trasplante. En cuanto a los resultados de la intervención, Rodríguez Salas asegura que no existe diferencia entre ambas opciones.
En España, solo 4 hospitales realizan esta cirugía, el Hospital Universitario La Paz de Madrid; el Hospital Universitari i Politècnic La Fe de Valencia; el Hospital Universitario Vall d’Hebrón de Barcelona; y el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.